Tras una semana poniéndonos los dientes largos, en estas prejornadas del Computex 2011, ASUS ha confirmado (pocos) detalles de su ASUS Padfone, un teléfono móvil de gran pantalla que tiene otra más grande esperándole.
El ASUS PadPhone resuelve, según la compañía, un inconveniente actual del consumidor avanzado: tener dos tarifas de datos, SIMs, contratos y toda la parafernalia que rodea actualmente al poseedor de un teléfono avanzado y un tablet con 3G. Cuando colocamos el teléfono en la base (el tablet), el segundo adquiere conectividad a Internet mientras el primero se recarga quitándole autonomía a la batería de más capacidad del tablet.
Si bien de entrada podríamos pensar en lo absurdo de esta solución, repasemos los últimos intentos de llevar una pantalla más grande con nosotros para potenciar la funcionalidad de nuestro teléfono avanzado. Casi todas las marcas están confirmando con pequeños pasos (unos más acertados que otros), que el teléfono móvil será en breve el cerebro de nuestra vida digital. ¿En qué cuerpo lo colocaremos?
ASUS, especializado en gadgets con problemas de identidad
Este “invento” de ASUS no es el primero de la compañía. Hace apenas unos meses se presentaba el ASUS Eee Pad Transformer, un modelo de tablet que adquiere todo su potencial cuando lo conectamos a una base que es prácticamente un portátil pero sin componentes internos ni pantalla. Eso lo pone el tablet.
Este ASUS Padphone se repliega todavía más para unir teléfono y tablet. El accesorio, que sería el cuerpo, no cuenta con ningún signo de inteligencia, la cual pone completamente el teléfono de ASUS. De hecho, el tablet no funciona si no se le ha acoplado antes el terminal, por lo que la función de éste es mucho más importante que la que se anunció en principio: darle conectividad.
Playbook y Atrix, primeros gadgets dependientes
La propuesta de una pantalla externa para nuestro teléfono avanzado no es nueva. Aunque no es exactamente el mismo caso que el ASUS PadPhone, RIM inició la andadura de su Playbook como un complemento de sus teléfonos Blackberry. De hecho, hasta que no reciban funcionalidades básicas como el gestor de correo nativo, el Playbook actúa en muchos momentos como una extensión de nuestro teléfono, agrandando la pantalla y haciendo más cómodas tareas de trabajo que llevamos a cabo con el teléfono. En este caso el tablet sí que tiene funcionalidad propia pero se potencia con el teléfono.
El resto de tablets, especialmente en sus versiones WiFi, también dependen de un teléfono asociado para la vital tarea de tener conectividad a Internet en todo momento.
Pero seguramente el pionero de la nueva generación de cerebros en busca de cuerpos sanos ha sido el Motorola Atrix, ejemplo descarado de aprovechamiento de la potencia de los teléfonos móviles actuales para conseguir un equipo más completo cercano al portátil clásico con ayuda de su accesorio correspondiente. El fracaso de este producto ha venido marcado más por el precio de los accesorios que por la idea en sí.
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