No terminamos de hablar del Kindle Fire. Si lo pensabas así, te has equivocado. Aunque pudiera parecer que el tablet de Amazon es un modelo discreto, su repercusión es más importante de lo que podemos ahora mismo alcanzar a comprender.
Si el otro día hablábamos de lo que la venta del tablet Kindle Fire por debajo de su precio podía suponer, hoy ya tenemos los primeros resultados, además de la constancia del mayor reto al que el Kindle Fire se va a tener que enfrentar.
Si la semana pasada era el Playbook de RIM el que bajaba su precio a los 300 dólares, el HTC Flyer, otro modelo de 7 pulgadas y seguramente de los más afectados por el nuevo Kindle Fire, también costará menos los próximos días: 300 dólares. Ese parece un precio psicológico que no llega al nivel del Fire de Amazon pero que lo coloca en una barrera mental importante.
Un reto para los rivales pero uno más grande para Amazon
Esa rebaja de precios de los tablets de 7 pulgadas o con menos pretensiones es el primer reto que pone Amazon a sus rivales del mercado. Pero el gigante tiene por delante uno mucho más importante en el que el juego de ofrecer terminales más o menos subvencionados es a la vez ventaja pero también inconveniente.
Como bien apuntan en Asymco, el sistema que Amazon pone en el mercado con su Kindle Fire imita el que ya ha funcionado con éxito en el mundo de las consolas: ajustar precios en el hardware a la espera de amortizar ese esfuerzo con servicios y ventas de títulos/accesorios.
La jugada para las marcas que tienen un potente ecosistema de servicios y contenidos del que sacan jugosos beneficios es claro, pero Amazon puede toparse en este mercado con un problema difícil de solventar: el ciclo de renovación que se ha instaurado en la electrónica de consumo. Mientras en el mundo de las consolas todos los protagonistas tienen claro su negocio y van de la mano en lo ciclos de sus productos, en el mundo del tablet Amazon no podrá esperar que otras compañías entren en su juego sencillamente porque no pueden. Su negocio es vender equipos, el de Amazon, contenidos.
Le queda pues a Amazon el reto de conseguir un equilibrio entre precio y prestaciones de sus equipos, con la dura tarea de que su cliente no caiga en la tentación a la que nos invitan el resto de marcas varias veces al año: cambiar de tablet y teléfono a cada generación.