Relatividad general

Un error singular donde los haya y que sigue disputándose a día de hoy.

Muy a menudo la ciencia avanza entre las grietas de las teorías dominantes.

Los físicos tienen un plan que persigue reconciliar de una vez por todas la teoría general de la relatividad y la mecánica cuántica. Y es, quizá, el más ambicioso de todos los que han elaborado hasta ahora.

Elaborar una descripción de la gravedad en la escala en la que se produce la interacción entre las partículas es muy difícil. Muchos físicos trabajan en esta área desde hace décadas.

El espacio y el tiempo son tan fundamentales que podemos hablar de ellos, pero sin llegar a identificar con la máxima precisión qué son en realidad.

La relatividad general y la mecánica cuántica son bellísimas. Perfectas en sí mismas, y, sin embargo, incompatibles.

La teoría de la relatividad es uno de los mayores avances de la humanidad a la hora de entender el funcionamiento de la gravedad. Pero hay áreas de nuestro conocimiento que parecen escaparse de ella.

Unificar la descripción de lo muy grande y lo muy pequeño no es nada fácil.

Las estrellas de neutrones son unos de los escasísimos objetos del cosmos capaces de disputar su protagonismo a los agujeros negros.

Un equipo de astrónomos ha conseguido hacer el mapa más preciso hasta la fecha de algo que, por definición, no podemos ver: la materia oscura.

Un error singular donde los haya.

Un grupo de investigación alemán logró recrear en su laboratorio un espacio-tiempo efectivo que puede ser manipulado de una forma flexible para simular una familia de universos curvados. Suena increíble, sí, pero es muy real.