La tecnología electrónica en un coche puede servir para muchísimas cosas, y desde luego no solo para hacernos la conducción más cómoda (pensad por ejemplo en un climatizador automático bizona), más entretenida (por ejemplo con un sistema de conectividad multimedia) o más segura (con sistemas de control de estabilidad, frenado automático, distancia de seguridad).
También se puede utilizar para velar por la salud y el estado físico del conductor. Y todo está relacionado al fin y al cabo, ya que estos sistemas que vigilan la salud del conductor también implican mejorar la seguridad de la conducción y pueden sinergizarse con otros elementos de seguridad para actuar conjuntamente.
Detectar fatiga, cansancio y sueño
Uno de los primeros sistemas que velan por el conductor, y que ya se incluye de serie en algunos modelos (de Volkswagen, de Mercedes-Benz, o de Volvo, entre otros), o bien de manera opcional en otros, aunque todavía tienden a ser coches no muy asequibles, pero seguro que se irá generalizando, es el sistema de detección de fatiga.
Este sistema es capaz de detectar que el conductor está cansado, que lleva muchas horas conduciendo y su capacidad de atención y reacción se han reducido, o que se está durmiendo, y por tanto intenta evitar el susto, o peor aún el accidente. Lo hace principalmente con un sensor de ángulo de giro en el volante.
Si giramos el volante cada cierto tiempo acompasado unos pocos grados, uno, dos, tres, muy pocos, hacia la derecha o hacia la izquierda, el sistema entiende que ese es el comportamiento normal para mantenerse centrado en el carril, que exige estar pendiente y realizar correcciones en cada momento.
Sin embargo si las correciones son más bruscas, si no son homogéneas, si hay cambios en el patrón, si se van dando bandazos y haciendo eses, el sistema interpreta que el conductor está distraído, o medio dormido, y entonces salta una alarma, un bip sonoro y un mensaje de alerta en el cuadro de instrumentos recomendando parar a descansar.
Dependiendo del sistema, este puede haber aprendido del estilo de conducir del conductor para saber mejor cuándo cambia este, tiene en cuenta si se accionan otros mandos y botones del coche (o si por el contrario el conductor está muy parado), tiene en cuenta el tiempo transcurrido de viaje sin parar, etc.
Algunos sistemas pueden emplear también la cámara de reconocimiento de las líneas del carril, de un asistente para mantenimiento de carril, para determinar la precisión o imprecisión con la que el conductor circula por él, y hasta algún sistema más experimental incluye una pequeña cámara enfocada a los ojos del conductor para ver cómo parpadean y detectar más eficazmente los síntomas de sueño.
Todo esto de vigilar el estado del conductor y evitar el sueño es un tema que preocupa bastante en la seguridad vial, y es objeto de investigación, sobre todo para desarrollar sistemas eficaces, pero que no sean invasivos.
Vigilar el corazón
Pero hay más tecnologías en prueba y desarrollo, como por ejemplo el volante con sensores para medir el ritmo cardíaco, y detectar variaciones anormales del mismo que indiquen la inminencia de un problema vascular severo, como por ejemplo un paro cardíaco. Toyota tiene ya un prototipo en manos.
Un sistema así alertaría con una alarma y mensaje al conductor, el cual podría tener unos segundos para apartar el coche de la circulación y detenerse en el arcén. Pero además, en combinación con un asistente para emergencias el coche llamaría automáticamente a los servicios de ayuda.
En esta línea se encuentra también el ECGSeat de Ford, el asiento, todavía experimental, que realiza un electrocardiograma al conductor, gracias a un conjunto de placas metálicas colocadas bajo el tapizado del respaldo, que estarían en contacto con la espalda del conductor.
El ECG no solo sirve para monitorizar el ritmo cardíaco sino el comportamiento más en detalle del funcionamiento del corazón, pudiendo detectar más anomalías que un infarto. De nuevo saltaría la alerta o incluso se llamaría a emergencias si fuera necesario.
Detectar el estrés
Hasta se puede vigilar el nivel de estrés del conductor al volante, causa también de bastantes accidentes, y que si se detecta a tiempo, y se sabe cómo actuar, por ejemplo para autocontrolarlo con técnicas de relajación, o directamente parando a descansar, se pueden reducir y evitar riesgos innecesarios.
Ford ha presentado un proyecto en el que emplea un conjunto de sensores biométricos en el volante y en el cinturón para supervisar el ritmo cardíaco y respiratorio del conductor, además de controlar las condiciones del tráfico, el comportamiento del conductor al volante y la respuesta dinámica del coche (como siempre os digo podéis ampliar información en el enlace que lleva al artículo completo de Motorpasión Futuro).
Y hay también otros sistemas complementarios pensando en la salud de los ocupantes de un coche, como el incorporado en la última versión de Sync, con o sin MyFord Touch, de alerta de alergias, con información sobre los niveles de polen, que también puede emplearse para dar información sobre nivel de radiación ultravioleta, de virus de la gripe, etcétera.
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