Tras mostrar los primeros modelos de su gama de televisores 3D con tecnología pasiva a finales del año pasado, LG ha confirmado con el lanzamiento mundial de la nueva generación, que tras un año en que siguió al resto de marcas con televisores activos, su apuesta para la gran familia es el cine 3D pasivo, como el que encontramos en la mayoría de cines comerciales.
LG Cinema 3D es la nueva gama de televisores tridimensionales de la compañía con un mercado muy claro: familias que quieren pasarse a la tecnología 3D pero sin rascarse mucho el bolsillo. Para ello, LG ha prescindido de la cara tecnología activa (tanto en el televisor como sobre todo en las gafas) y ha dejado estos nuevos televisores en modelos con tecnología pasiva para la que cualquier gafa polarizada nos servirá. Así, por apenas unos euros podemos tener gafas 3D para toda la familia y amigos.
3D más sencillo, con menos fatiga pero sin plena resolución
Como ya te habrás imaginado, el uso de la tecnología pasiva en los nuevos televisores Cinema 3D de LG tiene sus ventajas e inconvenientes. Empezamos con las primeras, que son bastantes. El más destacado está asociado directamente con la tecnología pasiva: menos fatiga y gafas más asequibles.
Si vamos a ver mucho contenido 3D (el televisor incorpora tecnología de conversión 2D a 3D pero si algo no ha sido pensado en tres dimensiones resulta algo absurdo), estos LG Cinema 3D no hacen trabajar de manera tan intensa los ojos, el brillo no se ve reducido tan drásticamente, se elimina casi por completo el efecto parpadeo, las gafas son mucho más ligeras y no necesitan recargarse.
¿Y dónde está pues la diferencia con la tecnología activa? Básicamente cuando se usan gafas activas, el televisor envía alternativamente imágenes al ojo derecho y al izquierdo o más bien se bloquea la llegada de luz a uno de ellos cuando no le toca. Es lo que causa parte de la fatiga visual al ver 3D, pero mantiene la imagen completa para cada ojo, y con ello la resolución.
En el modo pasivo de la tecnología Cinema 3D, la señal alternativa para el ojo izquierdo y derecho no se envía a cada uno de ellos cuando toca en cuadros alternativos sino que se distribuyen en líneas alternativas de la imagen, consiguiendo que no haya parpadeo. A cada ojo llegan 540 líneas, con lo que el resultado final para el usuario es una imagen plena a 1080p, que le llega dividida entre los dos ojos y no a uno solo como en el caso del modo activo.
Usar este tipo de tecnología tiene otra ventaja: mantiene la tasa de refresco del televisor, 200 Hz, íntegra para los dos ojos y no se divide, con lo que las escenas de acción y deporte se verán más fluidas.
Un inconveniente de estos televisores en su primera versión era que se trataba de modelos LCD, así que quedaban lejos las mejoras de la retroiliminación LED a la que la compañía le ha sacado tanto jugo y tan bien. Los nuevos modelos que llegarán en breve a España serán LED, así que problema resuelto. En breve os ofreceremos los precios y características de estos próximos lanzamientos de LG.
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