El futuro de los televisores planos en Europa es probable que no lo decidan los consumidores, ni tan siquiera los propios fabricantes, sino que podría ser la Unión Europea la que acabe con las tecnologías actuales, empezando por los televisores de plasma, y potencie la llegada de nuevos sistemas, como las OLED. El motivo tenemos que buscarlo en el consumo energético de estos equipos.
Mientras una pantalla de plasma consume del orden de cuatro veces lo que una de LCD, las futuras pantallas con tecnología OLED tienen ese consumo energético como uno de sus mejores bazas, aunque luego nos encontramos con otros inconvenientes, como el más complejo reciclaje de sus elementos. Con todo ello, la Unión Europea podría estar preparando una nueva normativa para que el consumo de los televisores se ajuste a los nuevos tiempos, y que se imponga una etiqueta similar a la de las clases energéticas de algunos electrodomésticos para que el usuario sepa antes de comprar un equipo a qué atenerse en términos de eficiencia energética.
Si se cumplen los plazos, para primavera ya podríamos tener esa nueva normativa, que establecería unos límites de consumo para los televisores, lo que podría dar al traste con la tecnología de plasma, la más perjudicada sin duda con esta medida. Al menos lo haría con los modelos que no mejoraran sus consumos, aspecto en el que los fabricantes ya llevan años invirtiendo.
El reciclaje de los componentes de los televisores y la electrónica de consumo en general seguro que será otro de los temas estrella para los próximos años, lo que nos llevaría por fin a, esperemos, un consumo más responsable y ecológico.