En la historia de la tecnología hay tres grandes momentos de arrepentimiento:
- Cuando Motorola pensó que sería buena idea vender teléfonos satelitales en los años noventa por 1.000 dólares la unidad cobrando a diez dólares el minuto de conversación usando la red Iridium.
- Cuando Kodak rechazó abrazar la fotografía digital para preservar su negocio de fotografía analógica.
- Y cuando quien escribe estas líneas dijo que "un televisor de 42 pulgadas es más que suficiente, no merece la pena ir a por más".
De aquellas palabras me sigo arrepintiendo, cómo no, pero me sirvieron para aprender que los estándares en torno al tamaño óptimo de los televisores son tan volátiles como Bitcoin, y que siempre que compremos uno nuevo hay que apuntar tan alto como podamos, porque lo que hoy nos parece gigante, dentro de un tiempo nos parece normal, y poco después, pequeño. La 'Ley de Moore' aplicada a diagonales de televisores.
Hace veinte años, la mayoría de televisores domésticos no llegaban a las 30 pulgadas, 28 era un tamaño más que generoso. Poco después las 32 pulgadas se erigieron como el tamaño para los más exigentes, con precios para los más pudientes. Hace una década ese estándar subió hasta las 42 pulgadas, para pasar después a las 55 y situarse a día de hoy en torno a las 65. Ese es el tamaño considerado por el imaginario colectivo como el grande, pero apropiado. Por arriba es un exceso, y por debajo —sobre todo por debajo de las 55— es pequeño a estas alturas.
Imaginen llegar a 2021 con 42 pulgadas y resistiendo a renovar el televisor porque, como dijo un sabio, "está la cosa muy mal muy mal". Muchos años de travesía por el desierto con un panel en el salón que se quedó pequeño hace tiempo.
Deme muchas pulgadas, por favor
En este Black Friday, altavoz inteligente va, bombilla conectada viene, más de uno se lanzará a renovar su televisor. Mi consejo es clarísimo: es mejor poner algo más de dinero (cada uno sabrá cuál es su límite) a cambio de un panel mayor que quedarse corto y arrepentirse durante años, especialmente en algo como un televisor, que dura entre ocho y diez años tranquilamente y cuyo coste se amortiza a lo largo de todo ese tiempo, diluyéndose mucho el extra a pagar si lo pensamos en clave anual. ¿Cuánto nos estamos ahorrando por anclarnos en 55 pulgadas? ¿400 euros? Eso equivale a 33 40 euros al año durante diez años. Menos de cuatro euros al mes que marcan la diferencia entre mantener superior la satisfacción día tras día durante mucho más tiempo (aclaración: en una versión anterior de este artículo figuraba un mal cálculo, 33 euros al año, ya corregido gracias a los comentarios).
Por supuesto, no todo el mundo puede plantearse diagonales de infarto. Hay varios condicionantes:
- El tamaño del salón, algo que afecta tanto al espacio disponible para colocar el televisor como a la distancia de visionado.
- El lugar de colocación de la TV. Los muebles que condicionaban su tamaño hacían gracia en los 90, pero ya no. Vivan las grandes mesas amplias y despejadas y los soportes de pared.
- El presupuesto para la compra, naturalmente.
- La idea que llevemos con ella, no es lo mismo un televisor pensado para las series, que para la TDT que para jugar.
¿Qué tamaño es el máximo que casa con estas cuatro cuestiones? Para la mayoría de casos, ese será el recomendable. A partir de ahí podemos entrar a valorar si veremos esa pantalla solos o acompañados, y evaluar sus ángulos de visión, o la resolución a la que veremos la mayoría de contenidos, pero no olvidemos que ese avance también es constante. Sé de alguien que hace tres años se compró un televisor diciendo que "1080p es más que suficiente, ni las consolas ni la mayoría de los contenidos están en 4K", y hoy en día ya tenemos la next-gen en 4K y el streaming en esta resolución normalizada.
Con el paso del tiempo me he dado cuenta de que aprecio más los saltos cualitativos de imagen en pantallas que veo más de cerca, como monitores o smartphones, pero para una tele, donde claramente esto también importa, termino priorizando mucho más el tamaño, que es lo que hace la experiencia realmente inmersiva.
Lo bueno es que en los últimos tiempos ya estamos viendo cómo algunos modelos de al menos 65 pulgadas van llegando a precios hasta ahora impensables, y con los OLED, sobre todo del año anterior, quedando muy bien posicionados tras sus ofertas.
LG 75UP8000-ALEXA 2021-Smart TV 4K UHD 189 cm (75") con Procesador Quad Core, HDR10 Pro, HLG, Sonido Virtual Surround, HDMI 2.0, USB 2.0, Bluetooth 5.0, WiFi
LG OLED65CX6LA - Smart TV 4K UHD OLED 164 cm (65") con Inteligencia Artificial, Procesador Inteligente α9 Gen3, Deep Learning, 100% HDR, Dolby Vision/ATMOS, 4xHDMI 2.1, 3xUSB 2.0, Bluetooth 5.0, WiFi
Sony KD65X80J - Smart TV de 65" con 4K Ultra HD, Google TV, Processor X1, Triluminos Pro, HDR (modelo 2021, color negro)
¿Pensando en renovar el televisor y ver cuál cabe en el salón? Ahí va una tabla de tamaños, cortesía de RTINGS. Recuerda que estos tamaños hablan del tamaño del panel, tendrás que sumar el de los marcos y la peana. Suerte.
Tamaño en pulgadas | Ancho | Alto | Área |
---|---|---|---|
32" | 70,9 cm | 39,9 cm | 0,283 m² |
40" | 88,6 cm | 49,8 cm | 0,441 m² |
43" | 95,3 cm | 53,6 cm | 0,511 m² |
50" | 110,7 cm | 62,2 cm | 0,689 m² |
55" | 121,7 cm | 68,6 cm | 0,835 m² |
60" | 132,8 cm | 74,7 cm | 0,992 m² |
65" | 144 cm | 81 cm | 1,166 m² |
70" | 154,9 cm | 87,1 cm | 1,349 m² |
75" | 166,1 cm | 93,5 cm | 1,553 m² |
80" | 177 cm | 99,6 cm | 1,763 m² |
85" | 188,2 cm | 105,9 cm | 1,993 m² |
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