Casi 8.000 metros de perforación y una misión: cavar lo más profundo posible en los océanos
Hay buques dedicados a abastecer nuestras lonjas de pescado, cargar con contenedores de mercancías, cruzar medio mundo con las "tripas" cebadas de combustible, estudiar los mares o llevarnos de puerto en puerto durante nuestras vacaciones. Y luego está el Chikyu, que se dedica ni más ni menos que abrir pozos enormes en el océano para permitirnos conocerlo mejor y, de paso, comprender cómo se generan los seísmos, la historia de la tierra o el origen de la vida.
Recursos tiene para hacerlo, desde luego.
Chikyu es un navío de perforación científica, el de mayor capacidad, según el organismo que se encarga de operarlo, la agencia japonesa JAMSTEC, que lo presenta como el "buque insignia" del Programa Internacional de Descubrimiento de los Océanos (IODP). Gracias a esa capacidad, a lo largo de su carrera ha logrado varios récords y en abril de 2012 llegó a extender su columna de perforación 7.740 metros bajo el agua, lo que equivale más o menos a colocar nueve torres Burj Khalifa —el mayor rascacielos jamás construidos— una debajo de otra.
"La medición estableció el récord mundial de longitud total de la columna de perforación científica", destaca la JAMSTEC. La marca supuso en su día un hito que se alcanzó frente a la península de Oshika, en Miyagi, al norte de Japón.
Objetivo: ampliar el conocimiento
Eso sí, Chikyu y sus responsables no afrontaron el reto para colarse en el libro Guinness, sino para facilitar que los científicos comprendan mejor cómo ocurrió el fatídico terremoto —y tsunami— que en 2011 dejó miles de víctimas en la región. Lograr semejante profundidad exigió perforar un pozo de 856,5 metros por debajo del lecho marino en un punto situado a una profundidad de 6.883,5 m. Todo con el propósito de alcanzar la zona de falla al oeste del eje de la Fosa de Japón.
El récord anterior lo había logrado el buque Glomar Challenger a finales de la década de 1970 en la Fosa de las Marianas. Hace unos años, en 2021, otro equipo de científicos japonés consiguió ir incluso más allá y alcanzar una marca de 8.023 m. El récord se coronó con el respaldo del navío Kaimei, que JAMSTEC identifica sin embargo como "buque de investigación", no perforador, etiqueta que sí da al Chikyu. El Kaimei no es en cualquier caso una embarcación cualquiera: a bordo carga con un un sofisticado y completo equipo de estudio científico.
"Completado en julio de 2005, el buque de perforación de aguas profundas Chikyu cuenta con las capacidades de perforación más avanzadas del mundo", destaca el organismo nipón, que insiste en que, gracias a esa capacidad, de 7.000 metros, el navío permite adentrarse en puntos del manto y la zona sismogénica.
"Como el buque principal de IODP, el objetivo de Chikyu es facilitar una amplia gama de actividades que, una vez realizadas, ayudarán al futuro de la humanidad —destaca la JAMSTC—. Estas actividades pueden incluir revelar el mecanismo para desarrollar un gran terremoto, los orígenes de la vida, futuros cambios ambientales globales y nuevos recursos de aguas profundas".
En cuanto a su ficha técnica, el navío mide 210 metros de eslora con un haz de 38 m y un calado de 16,2 y es capaz de avanzar a una velocidad de crucero de 12 nudos acogiendo a una tripulación de 200 personas. Su rasgo más característico es sin embargo el equipo de perforación con el que carga, con un tubo kilométrico.
"A bordo lleva 10 kilómetros de tubería de perforación. Eso significa que es posible perforar desde el buque hasta 10.000 metros de profundidad. Para ello se necesita una tubería ascendente, por lo que la profundidad del agua puede ser de 2.500 como máximo para soportar el gran peso del sistema ascendente de arriba. 10 kilómetros menos 2,5 km nos da 7,5 km, que es la longitud de la mayor profundidad de perforación posible bajo el fondo marino", detalla.
Semejante músculo el permitió sumar otra marca histórica a su amplia hoja de servicio en enero de 2014, cuando logró un nuevo récord científico de perforación: 3.058,5 metros bajo el fondo del mar en un punto en el que el agua alcanzaba una profundidad de 1.939 m, por lo que la longitud total de su tubería pasó de 5 km.
"La vida en la Tierra primitiva comenzó en un entorno anóxico, de alta temperatura y presión. En la actualidad, los únicos lugares donde existen estas condiciones son las profundidades subterráneas, las fuentes termales y las fuentes hidrotermales marinos. La exploración de Chikyu en los yacimientos profundo de carbón submarino ha encontrado conjuntos de microbios que se han adaptado a su entorno a lo largo de millones de años, a medida que se enterraba lentamente y se convertía en carbón", explican desde la agencia nipona, con sede en Kanagawa.
Una capacidad poco excepcional para un objetivo de calado.
Imágenes | Satoshi KAYA (Unsplash), Yokosuka New Port (Wikipedia)
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