El líder de Corea del Norte mantiene la tradición de su abuelo y padre de desplazarse en tren, aunque eso exija afrontar largas travesías de 20 horas
Blindado, lujoso, sorprendentemente lento y con su propia provisión de vino de Burdeos y langosta fresca
Ni jets, ni lujosos aviones, ni limusinas. Cuando Kim Jong-un, líder de Corea del Norte, quiere desplazarse a lo largo del país recurre a un modo de transporte que no goza de demasiada popularidad entre el resto de mandatarios del planeta: el ferrocarril. El suyo, eso sí, no es uno cualquiera. De aspecto casi decimonónico y marcada estética militar, pintado con un inconfundible color verde oliva y franjas amarillas, su tren, bautizado "Taeyangho", la palabra coreana que designa al Sol, es una especie de fortaleza móvil, blindada, lujosa y tan extemporánea que en plena era de los trenes bala se cree que apenas puede pasar de 85 kilómetros por hora.
Al fin y al cabo su objetivo es la seguridad, no la velocidad.
Entre el lujo y la seguridad. No son muchos los detalles que conocemos del Taeyangho, aunque su peculiar aspecto y el papel crucial que parece jugar en los viajes de Kim Jong-un ha despertado un interés que trasciende Corea del Norte y le ha hecho protagonizar informes en medios del alcance de The New York Times, The Washington Post, Vice o las cadenas CNN o BBC. Del peculiar tren del líder norcoreano sabemos, eso sí, que se define con dos grandes adjetivos: es lujoso y en su diseño parece haberse priorizado la seguridad por encima de la velocidad; tanto de hecho que viajar a bordo de sus vagones exige un ejercicio de paciencia.
Un restaurante con ruedas. A hacernos una idea de lo exclusivo que es el Taeyangho nos ayuda Konstantin Pulikovsky, un funcionario ruso que relata en su libro 'Orient Express' un viaje a través del Extremo Oriente de Rusia con Kim Jong il, padre y predecesor del actual líder norcoreano. Pulikosvky asegura que los viajes a bordo del inconfundible tren verde oliva quizás fuesen lentos, pero al menos podían afrontarse con el estómago lleno de manjares exclusivos.
"Se podía pedir cualquier plato de la cocina rusa, china, coreana, japonesa y francesa", recuerda el estatista. En su libro relata que a bordo del tren de los Kim se transportan botellas de Burdeos y Borgoña e incluso se abastecía de langostas vivas, listas para hacer realidad los más exclusivos sueños gourmets. Más allá del libro de Pulikosvky disponemos de algunas fotos distribuidas por medios estatales que nos ayudan a hacernos una idea de cómo es por dentro el Taeyangho, un tren reservado para la élite del país. Las imágenes muestran vagones amueblados con amplias mesas para celebrar reuniones y conferencias, sillones de cuero rojo, paredes pintados de un blanco brillante y monitores de pantalla plana.
Un tren con cochera. No son los únicos lujos a bordo del tren verde y amarillo de Kim Jong-un. En 2009 un artículo del diario surcoreano Chosun Ilbo aseguraba que el tren disponía de 90 vagones, incluidos algunos que no están pensados para acoger pasajeros ni el personal de servicio. Su propósito es transportar coches. Así llegó a afirmarlo Georgy Toloraya, diplomático ruso que realizó un periplo a bordo del tren en 2011. Al hablar años después de su experiencia aseguró que durante su travesía el Taeyangho transportaba dos vehículos Mercedes blindados.
Que el tren norcoreano parezca más propio del siglo pasado o llame la atención por su escasa velocidad no significa que no incorpore tecnología. Además de salas para conferencias y dormitorios privados, Chosun Ilbo sostiene que el Taeyangho está dotado de conexiones telefónicas por satélite y teles de pantalla plana para que el líder norcoreano pueda estar informado y transmitir órdenes durante sus viajes.
Avanza lento, pero avanza seguro. Si hay un objetivo que priorice el Taeyangho es sin embargo la seguridad. El tren está blindado y al menos parte de sus vagones incorporan vidrios a prueba de balas y láminas para reforzar la parte inferior. En lo que respecta a su configuración, aunque hay fuentes que aseguran que Pyongyang dispone de casi un centenar de vagones capaces de resistir ataques, no siempre los despliega todos. Por ejemplo, en marzo de 2018, cuando Kim Jong-un usó el tren para desplazarse a Pekín, lo hizo con "solo" 21 vagones.
No toda la seguridad depende en cualquiera caso del diseño y la resistencia del Taeyangho. Para garantizar que los desplazamientos de Kim Jong-un están libres de peligros, se dice que el famoso ferrocarril viaja acompañado de otros dos trenes que velan por su integridad y con los que forma una peculiar expedición. Uno se moviliza a modo de avanzadilla para revisar las vías. Otro cierra la comitiva con guardaespaldas y el personal de apoyo que protege al líder norcoreano.
Chosum Ilbo afirma que las autoridades del país controlan hasta tal punto los movimientos del tren que hay un centenar de agentes encargados de revisar las estaciones para asegurarse de que están libres de amenazas e incluso se aplican cortes de energía para evitar otros vehículos. El medio surcoreano, citado por The Washington Post, señala incluso un grupo de apoyo logístico que incluye aviones de transporte de la fuerza aérea y helicópteros de factura soviética.
No apto para impacientes. Semejante despliegue tienen su coste, por supuesto. Y no solo económico. El Taeyangho quizás resulte seguro, pero avanza a un ritmo exasperantemente lento que contrasta con las velocidades alcanzadas por los jets que suelen utilizar los líderes mundiales en el siglo XXI. ¿Qué marcas registra? Difícil precisarlo, aunque los informes sobre el ferrocarril norcoreano desgranan cifras sorprendentes: The Washington Post asegura por ejemplo que el tren de Kim no pasa de los 55 mph, equivalente a unos 88,5 km/h, aunque hay otras fuentes, como la BBC, que rebajan esa marca hasta dejarla en 60 km/h.
Un tren con historia. No abunda la información sobre los orígenes del Taeyangho, aunque sí se sabe que la fijación con los trenes blindados no es algo exclusivo de Kim Jong-un. Antes que él mostraron una inclinación parecida su abuelo, Kim Il-sung, y su padre, Kim Jong-il, de quien se dice que tenía miedo a tomar aviones. Algunas fuentes afirman que Joseph Stalin y Mao Zedong llegaron a regalarle sendos trenes blindados al veterano líder norcoreano. Cuando en 2001 un grupo de técnicos rusos inspeccionaron el Taeyangho se encontraron con que los vagones eran de origen soviético, aunque estaban bastante modificados.
Priorizando la seguridad. Se sabe que Kim Jong-un ha viajado en un jet privado y estudió en Suiza en los 90, así que no parece probable que comparta la aversión de su padre a subirse a un avión. Con todo, ha seguido utilizando el tren para desplazamientos por el país, pese a que optar por un avión le permitiría un ahorro de tiempo considerable. El tren quizás no sea veloz y la red ferroviaria del país está muy lejos de ser la más moderna del mundo, pero sigue ofreciendo ciertas ventajas al dirigente, como la seguridad y mantenerse al tanto de lo que ocurre.
"Si viaja en tren, puede controlar todo el país desde cualquier lugar, recibir faxes y correos electrónicos y acceder a todos los informes porque todas las instalaciones de comunicación están disponibles —explicaba a Reuters en septiembre Ko Young Hwan, ex funcionario norcoreano—. Kim puede sentirse como su hogar".
Imagen de portada: North Korean TV
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