Volar en jet privado por un precio similar al de un vuelo comercial ya es posible, pero tal vez no te compense
Tener un jet privado listo para despegar hacia cualquier lugar del mundo en cualquier momento estaba reservado solo a multimillonarios y grandes empresas, que como Google, incluso cuenta con su propio servicio de vuelos privados.
El aumento de la demanda de los vuelos privados ha provocado que las agencias que ofrecían servicios de gestión de jets privados hayan aumentado el número de aeronaves y ahora buscan mejorar la rentabilidad ofreciendo los asientos vacíos en los desplazamientos a la base a precios asequibles para viajeros menos adinerados.
El ‘BlaBlaCar’ de los jets privados. La empresa estadounidense KinectAir es a la operativa de jets privados el equivalente a BlaBlaCar en los desplazamientos en coche o a Airbnb para el sector de los alojamientos. La compañía ofrece asientos en aquellos jets privados que han terminado un servicio o se dirigen a un determinado destino para recoger a un pasajero ‘VIP’: los denominados ‘tramos vacíos’ de la operativa de los jets privados.
Estos asientos pueden tener hasta un 75% de descuento, por lo que el coste final del vuelo es similar al de una aerolínea convencional, pero con el añadido de viajar en un avión asientos y servicios de primera clase. “La gente piensa que es solo para los Bill Gates y Elon Musk del mundo. No es barato, pero es más accesible de lo que la mayoría de la gente piensa. En lugar de simplemente ir a Delta, queremos que la gente vea cómo sería volar en privado... Es una forma de viajar totalmente diferente” explica a CNN Katie Buss, codirectora ejecutiva y expiloto del ejército de EE.UU.
Inteligencia artificial para reducir costes. El funcionamiento del servicio que ofrece KinectAir es muy similar al que ofrece BlaBlaCar, utilizando inteligencia artificial para procesar las rutas de todos los vuelos privados vacíos que se dirigen a recoger a un cliente VIP o de vuelta a la base.
El usuario fija un punto de origen y destino, y el servicio cruza los datos para encontrar una coincidencia entre las rutas de los aviones y las de los clientes, fijando un precio más o menos alto dependiendo de si el avión debe realizar una parada intermedia para recoger al cliente.
De ese modo, las agencias que ofrecen los servicios operativos de vuelos privados pueden rentabilizar cada vuelo y amortizar en menos tiempo unos aparatos que cuestan varias decenas de millones de dólares. Ocupando estos vuelos vacíos se consigue que al menos las emisiones contaminantes que se generan no sean en vano.
No válido para viajeros en solitario. La idea de KinectAir de aprovechar los vuelos vacíos es muy buena, pero hay que leer la letra pequeña para descubrir que, aunque la empresa muestra los precios de los vuelos por persona, no es posible contratar un solo asiento abordo. Eso entraría en conflicto con las grandes aerolíneas de vuelos regulares.
Lo que la empresa hace a la hora de ofrecer los vuelos es mostrar el coste total del vuelo, que acostumbra a costar varios miles de dólares en función del tiempo de vuelo, y los divide entre el número de asientos disponibles. Eso lo convierte en una opción a tener en cuenta para quienes viajan a corta distancia en grupo y ocupen todas las plazas, pero no para los viajeros solitarios. Estos tendrían que pagar el coste del vuelo al completo.
Jets privados “Low Cost” sujetos a cambios. El servicio utiliza vuelos privados con aviones con motores de turbohélice y de pistón, más baratos y menos lujosos que un jet privado, pero aun así más glamurosos que un avión normal.
No obstante, no hay que olvidar que los aviones privados están sujetos a la agenda del usuario ‘VIP’, por lo que si este cambia sus planes y el vuelo sufre un cambio en su horario o en su ruta, la reserva más asequible también sufrirá cambios. Por lo tanto, un requisito se añade a la lista: tener una cierta flexibilidad por si hay cambios en el programa de vuelo original.
Cada vez más jets privados, pero no en propiedad. Hasta hace poco, solo los millonarios o las grandes empresas podían asumir el coste que supone comprar un jet privado pero, sobre todo, costear el gasto de todo lo que implica su operativa y logística en tierra (pilotos y personal a bordo, hangar, mantenimiento, tasas de vuelo, combustible, etc.). Además, con este servicio, los desplazamientos de los clientes son más difíciles de rastrear.
Pero eso ha cambiado en los últimos años con la proliferación de los servicios de compra de jets privados en multipropiedad. Con este servicio, un grupo de clientes de una gestora de vuelos privados invierte una determinada suma de dinero inicial con el que se compra un jet privado. Los clientes, pagan una cuota a la gestora de vuelos proporcional al uso que hacen del avión, y la empresa se encarga de gestionar toda la operativa para que el cliente tenga el avión preparado en el lugar y día que lo necesite.
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Imagen | KinectAir
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