¡Aparta Carlos Sainz! Los coches autónomos están aprendiendo a derrapar

Les estamos dando cancha en nuestras ciudades a los coches autónomos, principalmente en Estados Unidos, y tiene cierta lógica si lo que queremos es probar comportamientos de los vehículos en situaciones reales. Pero antes de llegar ahí hay mucho trabajo en laboratorios y escenarios menos peligrosos para el gran público. ¿Qué tal un circuito de pruebas para coches de radio control?

Pues ahí andan trabajando algunos, pero probando cosas bien diferentes a semáforos y detección de peatones, más bien hablamos de habilidades de conducción, que bien podrían ir a parar a competiciones como Roborace, donde los coches autónomos competirán sin piloto, buscando trazar la mejor curva, con la mejor estrategia.

Nos estamos acostumbrando a que los coches autónomos conducen calmados, con todo bajo control. Sin duda es menos aburrido verlos conducir agresivamente en circuito, derrapando

Los chicos del Instituto Tecnológico de Georgia están jugando con pequeños coches autónomos, intentando que aprendan a conducir como Carlos Sainz, derrapando en las curvas del circuito para sacar el mejor tiempo en vuelta. Echad un vistazo al vídeo, tenéis por delante muchos minutos de explicaciones y pruebas:



AutoRally

Para conseguir esto no solo hace falta un tipo de algoritmos diferentes, también tenemos cargados a los pequeños cochecitos de tecnología. En Georgia Tech han creado toda una plataforma para trabajar y la han llamado AutoRally.

Se trata de un coche relativamente pequeño - un metro de largo - pero con un peso total de 21 kilos, y es que hay muchos sensores y procesadores que cargar para convertirlo en inteligente. Para tirar de él hay un motor eléctrico que es capaz de propulsarlo hasta los 100 kilómetros por hora.

El chasis realmente proviene de vehículos de radio control, al que se le han modificado partes mediante impresión 3D, y se ha dejado espacio para colocar sensores como GPS, una IMU (inertial measurement units), un par de cámaras de alta velocidad, sensores en las ruedas, y un ordenador bastante potente: Core i7 con una gráfica Nvidia GTX 750ti GPU y 32GB de RAM.

Como podéis comprobar en las imágenes, todo está protegido por un escudo de aluminio, algo necesario teniendo en cuenta que el pequeño coche realiza sus maniobras a una velocidad de 8 metros por segundo. El estudio del funcionamiento de las tecnologías autónomas en condiciones agresivas de conducción no solo es divertido de ver, también es importante para plantear límites en situaciones reales.

El trabajo de la GPU es esencial en el cálculo de las trayectorias en tiempo real, que tiene que elegir de entre más de 2.560 que contempla como posibles. El cálculo lo va realizando 60 veces por segundo, mandando las operaciones correspondientes a freno, aceleración y dirección.

Todas las especificaciones y algoritmos de AutoRally están online, en una web y en Github, con la esperanza de que otros investigadores puedan tomar ventaja de lo que ellos ya han trabajado.

BMW ya ha jugado con esto a gran escala

Con coches de tamaño real, BMW nos ha enseñado hasta en un par de ocasiones que ellos están jugando con la conducción autónoma más agresiva, llevando la idea al circuito: haciendo trompos sin manos o derrapando solo. En los vídeos tenéis algunas pruebas:



Más información | AutoRally | ICRA 2016

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