Llegará un día en que el rugido de los motores de combustión de los autobuses que circulan por la ciudad no será más que un eco del pasado, o al menos eso están probando varias poblaciones españolas. Cada vez existen más autobuses eléctricos en circulación por las urbes del país y, aunque queda mucho camino por delante todavía, la pregunta es obvia: ¿cuáles son sus planes para "electrificar" su flota?
Barcelona: inversión de casi 6 millones de euros
Desde Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB), el director del área técnica de autobuses, Josep Maria Armengol, explica que los resultados están siendo muy positivos fruto de los pasos dados hasta ahora en el proceso de electrificación de la flota y de la adopción de energías tanto certificadas como de origen renovable.
“En 2018, logramos una reducción del 58% de los contaminantes que provocan el calentamiento global, un objetivo que en general estaba fijado para 2040”, afirma el directivo. Según TMB, ese dato se refiere a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero conseguida por toda la empresa — metro y autobuses — con la disminución de consumos y la adopción de energías renovables.
TMB ha incorporado en el último año siete autobuses articulados 100% eléctricos con carga de oportunidad por valor de 5,7 millones de euros. También ha contratado una ampliación de las infraestructuras de carga en sus cocheras por valor de 200.000 euros. Además, ha gestionado con las administraciones y las entidades financieras la inversión necesaria para adquirir 254 autobuses hasta 2021, de los cuales 106 serán 100% eléctricos.
Era diciembre de 2008 cuando TMB presentaba el primer prototipo de autobús híbrido. Durante esta última década, las apuestas para reducir emisiones por parte de la empresa pública han sido el gas natural comprimido, los híbridos (coches nuevos o existentes transformados) y la experimentación con eléctricos puros. Todo ello ha supuesto un estímulo a la hora de ayudar a la industria de la automoción en perfeccionar y abaratar este tipo de transporte.
El plan para los próximos años es retirar la mayor parte de vehículos diésel existentes en la flota (unos 440) y sustituirlos por eléctricos e híbridos, y los de gas natural comprimido (GNC) de primera generación por GNC más modernos, sin incrementar su número. TMB cuenta con el apoyo del Banco Europeo de Inversiones (BEI) para hacer frente a los elevados costes de inversión en vehículos e infraestructuras de carga.
Asimismo, TMB ha impulsado la fabricación de un prototipo de minibús 100% eléctrico capaz de funcionar 16 horas con aire acondicionado para cualquier terreno, algo muy demandado por los ciudadanos de los distintos barrios de Barcelona.
Tras el periodo de pruebas, si la industria lo produce en serie podría ser el inicio de la electrificación del servicio de bus de barrio, para el que hasta ahora no hay vehículos de cero emisiones adecuados. Armengol deja claro que este es el camino:
“Estamos decididos a continuar la apuesta por la electrificación por un transporte público de cero emisiones, un objetivo que esperamos conseguir en el próximo decenio. El compromiso de Barcelona con los acuerdos de París para la reducción de emisiones de efecto invernadero es muy serio, y el transporte público va en cabeza en ese camino. Los retos son múltiples: organizativos, tecnológicos, financieros… Deberemos resolverlos todos para alcanzar las metas propuestas”
El bus eléctrico ‘acelera’ en varias ciudades
En Madrid, la Empresa Municipal de Transportes (EMT) incorporó los primeros quince autobuses eléctricos a su flota en febrero de 2018. Cuatro meses después, adquirió 18 minibuses eléctricos por un importe de 4,67 millones de euros y, en marzo de este año, se hizo con 35 autobuses eléctricos por un total de 19,9 millones de euros. En 2020, la empresa dispondrá de 93 vehículos eléctricos en su flota.
Desde el área de comunicación de EMT Madrid sostienen que la valoración “es muy positiva”. Su impacto en el conjunto de las emisiones contaminantes del parque del transporte público es todavía pequeño, pues la flota eléctrica representa, por el momento, tan solo el 4% del total de los vehículos de EMT. Sin embargo, EMT está realizando en el periodo 2016-2020 la mayor renovación de flota de su historia, incorporando más de 1.200 nuevos autobuses propulsados por gas natural comprimido, de modo que en 2020 el 100% de la flota de EMT será de cero o de bajas emisiones.
Por su parte, Badajoz cuenta con una de las mayores flotas de autobuses eléctricos en España, con un total de 42 buses. En abril, la ciudad se hizo con 15 vehículos 100% eléctricos de la marca china BYD, uno de los fabricantes más destacados en este sector. Sobre el papel, estos buses consiguen que se dejen de emitir hasta 165 toneladas métricas de dióxido de carbono al año. Cada unidad de estos autobuses costó 475.000 euros y su vida útil oscila entre los diez y los trece años. Con un 40% del total de la flota siendo de cero emisiones, Badajoz es porcentualmente la ciudad europea con la mayor flota de autobuses eléctricos.
A mediados de este año, Pamplona convirtió su línea 9 en la primera del Transporte Urbano Comarcal (TCC) en operar en modo 100% eléctrico. Con este tipo de motores, se requiere un 63% menos de energía para mover los vehículos en los 360.000 kilómetros que recorren en dicha línea cada año. El total de la adquisición de los seis autobuses eléctrico que circulan por dicha ruta ascendió a 2,5 millones de euros. Estos modelos de Vectia incluyen unas baterías con capacidad para durar más de diez años, sin necesidad de recambios.
En el caso de Valladolid, la compañía de servicios de transporte público, Auvasa, cuenta desde el pasado febrero con once autobuses eléctricos que prestan servicio por la ciudad, también modelos de Vectia. La empresa, filial de CAF, también provee a Irún, donde están en circulación cuatro vehículos que dan servicio a la línea 1, la más utilizada del municipio. En ese aspecto, el avance incipiente del bus eléctrico en las ciudades españolas demuestra, por ahora, que el interés por parte de las administraciones por este medio de transporte es creciente.
Por ejemplo, Bilbao incorporó el pasado febrero dos nuevos autobuses eléctricos a la flota de su servicio urbano, con lo que ya cuenta con seis vehículos 100% eléctricos y dos híbridos, y espera renovar 120 unidades en los próximos diez años. Estos buses, fabricados por Irizar, son totalmente silenciosos, sin emisiones contaminantes; alcanzan una autonomía superior a los 200 kilómetros, reducen las emisiones anuales de CO2 en 800 toneladas y ahorran 33.000 litros de combustible al año, según el Ayuntamiento. En su plan de electrificación de la movilidad, el Consistorio espera que para el año 2030 el 100% de la flota de transporte público de la ciudad esté compuesta por autobuses híbridos o eléctricos.
Más de 2.200 buses eléctricos en Europa
Actualmente, existen más de 2.200 buses eléctricos en circulación en Europa y aproximadamente 400.000 en todo el mundo, el 99% de ellos en China. Estas son algunas de las cifras recogidas por la firma Interact Analysis, que indica que Europa realizó pedidos de alrededor de 1.200 buses eléctricos en 2018, un paso atrás en comparación con el año anterior, cuando se ordenaron 1.516 unidades.
Francia, Reino Unido, Polonia, los países nórdicos, Países Bajos y Alemania juntos representan más de la mitad del número total de autobuses eléctricos en Europa en la actualidad. Después de una fase de experimentación, se está lanzando un número creciente de procesos de licitación para este tipo de vehículos. En las principales ciudades comprometidas con la mejora de la calidad del aire, como París y Londres, ya se han puesto en marcha esquemas de reemplazo a gran escala.
Londres tiene hoy más de 200 autobuses eléctricos, lo que la convierte en la flota más grande de Europa. Esto continuará en ascenso el próximo año, ya que Transport for London (TfL) ha otorgado este año contratos a los operadores para otros 78 buses eléctricos de dos pisos, que transportarán alrededor de 18,5 millones de pasajeros a través de la ciudad cada año. El objetivo es reducir las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) en todo Londres en un promedio del 90% para finales de 2020 y que toda la flota sea de cero emisiones para 2037.
En los países del norte de Europa, se espera que el aumento en el número de autobuses eléctricos desplegados sea de 56 a 467 a cierre de 2019. Suecia lidera el grupo con 245 e-buses operativos, seguida de Noruega, Dinamarca, Finlandia e Islandia. Ciudades como Oslo o Copenhague proyectan una flota totalmente eléctrica para los próximos años, si bien hay localidades más pequeñas como Roskilde, en Dinamarca, que ya sustituido toda su flota por vehículos eléctricos. En su caso, se trata de una población con 50.000 habitantes y 20 buses que operan en nueve rutas. Los hechos, en cualquier caso, están ahí.
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