Es discreto, compacto y sólo tiene capacidad de hasta 12 personas, pero los creadores de Ollie, el minibús que puedes ver sobre estas líneas, tienen esperanzas en que su proyecto puede revolucionar el mundo del transporte. La idea es ofrecer a la gente "transporte bajo demanda": cualquiera, desde su app, puede "llamar" a Ollie para que éste le recoja y le lleve a donde desee. Como un Uber, pero eléctrico y sin conductor.
Sus creadores destacan otra ventaja de Ollie: la mayoría de sus componentes se pueden imprimir con una impresora 3D. Su objetivo a corto plazo es conseguir que sea posible fabricar las piezas de uno de estos minibuses en unas 10 horas y que su montaje no supere otra hora adicional. ¿Y a largo plazo? Que haya cientos de "micro-fábricas" que puedan producir estos vehículos por todo el mundo.
Autónomo... y charlatán
Como decimos, Ollie es un minibús autónomo que, eso sí, está diseñado para no moverse a más de 12 kilómetros por hora (no, no es apto para autopistas sino más bien para moverse en zonas urbanas). En cuanto el sistema esté más "rodado", nunca mejor dicho, viajará a velocidades más altas.
Local Motors, la compañía que está tras el proyecto, asegura además que Ollie está diseñado para interactuar con sus pasajeros. En concreto, hacen uso del Watson de IBM para entender y responder todo lo que le digan los pasajeros: desde órdenes de a dónde llevarlos hasta preguntas sobre cuánto queda, pasando también por recomendaciones que le puedan solicitar.
Ollie comenzará sus pruebas en entornos reales este mismo verano. El escenario elegido es un resort de Maryland, pero pronto podría dar el salto a otros lugares: la compañía asegura tener acuerdos con un condado de Miami, Las Vegas e incluso con Dinamarca.
Vía | Washington Post
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