Cuando se habla las ventajas de los coches eléctricos, el bajo coste de mantenimiento siempre se cita como uno de los principales beneficios para el usuario. Sin embargo, lo habitual es que se se cite como una ventaja de forma genérica, sin mencionar cifras reales. Por eso, en este artículo vamos a tratar de demostrar con números si el mantenimiento de un coche eléctrico es realmente más barato y si es un factor determinante a la hora de saber si merece la pena comprar un coche eléctrico.
A mayor simpleza, menor mantenimiento
A priori, y siguiendo la lógica ingenieril, un coche eléctrico debe tener sí o sí un menor mantenimiento que uno de combustión. Como sabéis, los motores de combustión son relojes de cuco compuestos por miles de piezas moviéndose de forma sincronizada. Una obra de arte de ingeniería compuesta por infinidad de piezas que deben soportar cambios extremos de temperatura e importantes niveles de fricción de forma habitual.
Para evitar el envejecimiento prematuro de un motor de combustión es primordial que cuidemos las condiciones en las que trabaja. Hay que hacerles mantenimientos periódicos. Es por eso que es necesario cambiar el aceite cada ciertos kilómetros o periodos de tiempo (depende de la marca y el tipo de motor), así como los filtros del propio aceite, del combustible y del aire de admisión. El objetivo es que estos fluidos no pierdan sus propiedades y el motor (así como todas sus piezas) pueda seguir trabajando en las mejores condiciones posibles y siempre dentro de sus parámetros de diseño.
Aún realizando todos los mantenimientos a rajatabla, es inevitable que, tarde o temprano, algunas piezas se acaben desgastando y haya que cambiarlas. Son piezas que tienen una durabilidad limitada y que hay que sustituir una o varias veces a lo largo de la vida útil del coche. Hablamos de elementos como la correa de distribución, el embrague o las bujías, entre otros. Y es entonces cuando a los usuarios nos toca visitar el taller y pasar por caja.
Con la llegada de los coches 100% eléctricos la cosa ha cambiado. Si por algo destacan, es por su simpleza. Ya no contamos apenas con elementos de desgaste. Además, por muy innovadores que puedan parecer, los sistemas de propulsión de los coches eléctricos son una tecnología más que probada. La propulsión eléctrica lleva entre nosotros más de 100 años y se ha utilizado (y se sigue utilizando) en multitud de aplicaciones, solo que no ha sido hasta hace apenas una década cuando se ha querido recuperar para el sector de la automoción.
Los elementos básicos que componen la tracción eléctrica como el propio motor eléctrico, la electrónica de potencia o el cargador de abordo, no necesitan ningún tipo de mantenimiento. Y es que en un coche eléctrico, las temperaturas, las vibraciones y los elementos en movimiento se reducen a la mínima expresión y como consecuencia, también lo hace el mantenimiento.
Si bien es cierto que la batería de tracción es probablemente uno de los puntos más débiles del coche eléctrico, no lo es por mantenimiento (las de iones de litio no tienen) sino por degradación y vida útil. Poco más se puede hacer que seguir una serie de buenas prácticas para alargar su vida y mantener su capacidad lo máximo posible.
Eso sí, es importante tener en cuenta que en cuanto salimos del sistema de propulsión y de la batería, las diferencias entre un coche eléctrico y uno de combustión desaparecen. El tren de rodaje, las suspensiones o el interior de un coche eléctrico es igual que el de un coche de combustión por lo que, en ese sentido, hay ciertos mantenimientos de los que no podremos librarnos.
Mantenimiento de un coche eléctrico ¿qué operaciones hay que realizar?
Cuando hablamos de mantenimiento, en este artículo nos referimos a la necesidad de cambiar ciertas piezas, líquidos o componentes que debido a su desgaste o degradación necesitan ser sustituidos de una forma planificada. No se incluyen fallos no previstos de piezas que en principio deberían durar toda la vida útil del vehículo, o que no tienen una sustitución programada dentro del periodo de vida del coche. Aunque eso, por supuesto, no quiere decir que no se puedan romper.
Por ejemplo, si se nos rompen los inyectores o la caja de cambios de nuestro coches de combustión estaríamos hablando de un fallo no previsto (no es algo previsto en los planes de mantenimiento). En este caso estaríamos hablando de fiabilidad y no de mantenimiento.
En el coste de mantenimiento tampoco se incluyen los gastos como el consumo de combustible o electricidad, el seguro, la Inspección Técnica de Vehículos o el Impuesto a los Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM), entre otros. Esos deben encasillarse en los denominados gastos operativos.
Al igual que ocurre con los coches de combustión, el mantenimiento de un coche eléctrico está programado por los propios fabricantes en los manuales del vehículo. A priori, elementos como las escobillas del limpiaparabrisas, neumáticos, la batería de 12V o las suspensiones están sujetos a un desgaste similar que en los coches de combustión y es algo que también tendrás que acabar cambiando tarde o temprano en los coches eléctricos. La gran excepción son los frenos, que gracias a la frenada regenerativa tienen un uso menos intensivo, alargando la vida útil de discos y pastillas forma notable.
Uno de los puntos clave y diferenciadores del mantenimiento de un coche eléctrico es la comprobación del correcto aislamiento de todas las conexiones eléctricas del coche, principalmente aquellas que afectan a la parte de alto voltaje (400V normalmente, cableado de color naranja), es decir, todas las que entran y salen de la batería de tracción. Para ello, es necesario equipamiento específico y un técnico especializado en coches eléctricos. De hecho, lo habitual es que las marcas obliguen a los concesionarios a formar a sus mecánicos en servicio postventa si quieren tener la habilitación para comercializar vehículos eléctricos o híbridos enchufables.
Por lo demás, en el resto de elementos comunes con los coches de combustión solo hay que revisar que todo se encuentra en perfecto estado.
Estos son los números (y lo que dicen las marcas) sobre el mantenimiento del coche eléctrico
A la hora de hacer el mantenimiento de un coche, el criterio y la voluntad del propietario del vehículo es un factor primordial. Lo normal es encontrarse gente de todo tipo: desde los que prefieren pasar todos los mantenimientos a rajatabla según las recomendaciones de la marca y en el servicio técnico oficial (y tener todos los sellos en el libro de mantenimiento), hasta los que no visitan nunca el taller y prefieren ir haciendo las diferentes actuaciones por su cuenta.
En este caso, vamos a tratar de centrarnos en las recomendaciones de las marcas, ya que es la única forma de hacer una comparativa lo más equitativa posible. Es importante puntualizar que los mantenimientos que le hagas a tu coche (sea en el servicio técnico oficial o en el taller de tu barrio) dependenden ti, y no son obligatorios en ningún caso. Lo que sí que es habitual es encontrarse promociones en las que la marca amplía la garantía (más allá de los tres años obligatorios por ley) a cambio de pasar por el taller oficial.
Cabe resaltar también que hablar de precios estandarizados no es tarea sencilla. Pasar la revisión en un servicio técnico u otro puede tener diferencias reseñables (incluso en la misma marca y la misma provincia), por lo que lo mejor es pedir varios presupuestos y decantarse por el que mejor nos encaje. Al fin y al cabo, los concesionarios son empresas independientes de las marcas y tienen cierta libertad a la hora de definir sus propias tarifas.
Por nuestra parte hemos optado por comparar el coste de mantenimiento de un Volkswagen e-Golf y un Renault ZOE con el de sus homólogos de combustión. El primero, por la transparencia y facilidad de acceso a datos detallados a través de su web. El segundo, por ser un vehículo muy popular y porque hemos conseguido acceder a datos tanto de un servicio técnico oficial, como de su comunidad de propietarios en España. Además, también hemos añadido el caso de Tesla, un tanto peculiar si lo comparamos con los fabricantes tradicionales.
Volkswagen
Volkswagen es probablemente una de las marcas más transparentes en cuanto al mantenimiento del coche eléctrico se refiere. A través de su aplicación web calculatumantenimiento.volkswagen.es hemos realizado una comparativa del mantenimiento de un coche eléctrico frente a uno de combustión. Además, para que sea lo más equitativa posible, hemos optado por enfrentar a un Volkswagen e-Golf contra un Golf diésel y otro gasolina. Por el momento, la web no permite acceder a precios del ID.3 o ID.4.
Las denominadas operaciones de desgaste habitual (neumáticos, limpiaparabrisas, amortiguadores, batería 12V…) las hemos quitado de la ecuación, ya que son prácticamente iguales para ambos tipos de coches con excepción de los frenos, que son mucho más longevos en el caso del eléctrico.
La siguiente tabla muestra el resumen de los costes de mantenimiento para 3 coches que realicen 20.000 kilómetros anuales durante 12 años:
Los costes totales queda de la siguiente manera:
- Volkswagen e-Golf: 1.289 euros en total. 107 euros anuales o 9 euros mensuales.
- Volkswagen Golf gasolina: 3.959 euros en total. 330 euros anuales o 27 euros mensuales.
- Volkswagen Golf diésel: 3.749 euros en total. 107 euros anuales o 26 euros mensuales.
De esta forma el coche eléctrico supone un ahorro en mantenimiento de 223 euros anuales (19 mensuales) respecto al gasolina y 205 euros anuales (17 mensuales) respecto al diésel.
Hyundai
De forma similar a Volkswagen, Hyundai cuenta también con la página web calculahyundai.es donde puedes calcular el coste de mantenimiento de sus coches, aunque no de forma tan detallada como la marca alemana.
Hemos comparado los costes de mantenimiento de un Hyundai Kona 1.6 T-GDI gasolina y uno eléctrico.
La siguiente tabla muestra el resumen de los costes de mantenimiento según la web de Hyundai para los dos coches que hacen el mantenimiento en un servicio oficial en la ciudad de Madrid, y suponiendo que realizan 15.000 kilómetros anuales durante 8 años:
Los costes totales queda de la siguiente manera:
- Hyundai Kona eléctrico: 976 euros en total. 122 euros anuales o 10 euros mensuales.
- Hyundai Kona gasolina: 1826 euros en total. 228 euros anuales o 19 euros mensuales.
De esta forma el coche eléctrico supone un ahorro en mantenimiento de 106 euros anuales (9 mensuales) respecto al gasolina.
Renault
El mantenimiento del Renault ZOE puede ser consultados por los propietarios a través de la aplicación MyRenault, accesible cuando eres propietario del coche. En ella, podemos ver una tabla donde se describen los diferentes mantenimientos que se le deben realizar al coche en función de su edad o número de kilómetros (lo que ocurra antes).
El caso de Renault con los costes de mantenimiento del ZOE es especialmente llamativo. Después de preguntar a la comunidad de propietarios del Renault ZOE en España y de recibir multitud de casos y experiencias, lo único que he podido sacar en claro es que no existen tarifas estandarizadas para los mantenimientos periódicos del Renault ZOE, sino que cada concesionario aplica su criterio con diferencias significativas.
También nos hemos encontrado desde propietarios que después de más de 100.000 km no han pasado ni una sola vez por el servicio técnico (lo que sería una auténtica locura en un coche de combustión, pero no tanto en un eléctrico), hasta otros que lo hacen todos los años tal y como recomienda la marca.
Para tener información de primera mano, hemos contactado con un concesionario oficial de Renault para que nos haga un estudio de la comparativa del mantenimiento de un Renault ZOE y un Renault Clio equivalente. Y aunque no nos han pasado el detalle pormenorizado, el estudio comparativo de costes de mantenimiento después de 60 meses para un conductor que recorra 20.000 kilómetros anuales es el siguiente:
- Renault ZOE: 437 euros.
- Renault Clio: 1.833 euros.
Esto nos da una ahorro de 1.396 euros a favor del ZOE (279,2 euros anuales o 23,25 euros mensuales).
Tesla
Hasta principios de 2019, los clientes de Tesla podían comprar paquetes de mantenimiento de forma anticipada, lo que les permitía acceder a revisiones periódicas por un precio cerrado. Unos precios que, por cierto, no eran nada baratos, aunque progablemente sí del orden de magnitud de un coche premium de esas características. Sin embargo el pasado mes de marzo, y quizá empujada por la saturación de sus centros de servicio, Tesla decidió dejar de ofercer estos planes para pasar a un formato más tradicional, en el que es el cliente quien elige cuándo realizar las operaciones de mantenimiento.
Las revisiones planificadas por Tesla son siempre recomendaciones para mantener el vehículo en perfectas condiciones de utilización y seguridad, pero nunca obligatorias. En caso de no seguir este programa de mantenimiento, la garantía limitada que la marca concede a sus vehículos nuevos o seminuevos no se ve afectada (para un Model 3 Standard, 4 años u 80.000 kilómetros para el vehículo completo y 8 años o 160.000 kilómetros para la batería y grupo motor. Más información aquí).
Esta situación, y sobre todo el hecho de conservar la garantía, hace que muchos propietarios decidan no pasar nunca por el servicio oficial de la marca (al menos por voluntad propia). Incluso la marca tiene una sección DIY (Do It Yourself) para que los usuarios tengan la opción de hacer muchos de los mantenimientos más sencillos por su cuenta.
En cualquier caso, para el Tesla Model 3 la marca recomienda realizar algunas actuaciones de forma periódica:
- Reemplazo del filtro de aire del habitáculo cada 2 años. En caso de que sea filtro de aire de partículas de elevada eficacia (HEPA) el cambio se realiza cada 3 años.
- Comprobar el líquido de sistema de frenos cada 2 años y sustiturlo si está contaminado.
- Sustituir el desecante del aire acondicionado cada 6 años.
Lo que parece claro es que tanto el servicio postventa de las marcas como el taller tradicional van a sufrir una importante transformación a la que tendrán que adaptarse de forma paulatina durante los próximos años.
También hay que ser conscientes de que el tamaño y la edad de la muestra nos limita las conclusiones que podamos sacar. Dentro de 10 años, cuando haya muchos coches coches eléctricos por las carreteras que empiecen a tener cierta edad, podremos saber muchas más cosas sobre su mantenimiento y sobre todo, sobre su fiabilidad y posibles fallos recurrentes. Hoy en día, según las estadísticas de ventas, en España apenas hay unos cientos de coches eléctricos que superen los 10 años (si es que no se han retirado de la circulación), lo que todavía no nos permite hacer una foto completa de su fiabilidad. Nos vemos en 2030.
En Xataka | ¿Son caros los coches eléctricos? El coste oculto de nuestro vehículo: eléctrico contra tradicional
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