Yamaha y Toyota refuerzan su apuesta para no dejar morir los motores de combustión interna. Eso sí, de la mano del hidrógeno. En un escenario marcado por la transición hacia un modelo totalmente eléctrico, proceso en el que ya se han embarcado la mayoría de fabricantes, las dos marcas niponas acaban de anunciar un nuevo esfuerzo en el desarrollo de motores de combustión más eficientes y respetuosos con el medio ambiente. Ambas compañías han decidido unir fuerzas en el desarrollo de un motor V8 de 5.0 litros para automóviles que funciona totalmente con hidrógeno.
El anuncio se enmarca en el compromiso de ambas multinacionales asiáticos con el uso del hidrógeno, que juega un rol clave en los planes de Japón para lograr la independencia energética y una huella de carbono neutra. En noviembre de 2021, de hecho, Toyota y Yamaha, junto a otras tres grandes firmas niponas —Mazda, Kawasaki y Subaru—, salieron juntas a la palestra para mostrar su decisión de colaborar en la búsqueda de "vías para ampliar la gama de opciones de combustible para los motores de combustión interna". El objetivo: garantizar su futuro mientras se persigue "la neutralidad del carbono", lo que obliga a cambios radicales en la industria.
Más que un sustituto de la gasolina
"Los motores de hidrógeno tienen el potencial de ser neutrales en cuanto a emisiones de carbono y, al mismo tiempo, mantienen viva nuestra pasión por los motores de combustión interna", reivindica Yoshihiro Hidaka, presidente de Yamaha Motor, en un comunicado en el que la compañía informa del encargo de Toyota para el desarrollo del V8 de alto rendimiento. El ejecutivo garantizó que la firma se ha marcado de conseguir la neutralidad de CO2 en 2050, pero dejando claro que no tienen planes de renunciar a la combustión interna: "Tenemos una gran pasión y nivel de compromiso".
A finales de 2021 la compañía ya mostró su modelo de hidrógeno V8 basado en el motor de 5.0 litros del cupé deportivo de lujo Lexus RC F, con modificaciones en los inyectores, las culatas, el colector de admisión y que ofrece 450 CV a 6.800 rpm y 540 Nm de par motor a 3.600 rpm. Yamaha empezó a desarrollar el motor de hidrógeno para automóviles, de hecho, hace un lustro, y lo reivindica como algo más que un simple "sustituto de la gasolina". También Toyota tiene una larga experiencia con el hidrógeno. El Mirai, con pila de combustible, es un ejemplo de su apuesta por esa vía.
"Todos los que venían a probar el prototipo comenzaban algo escépticos, pero al final salían con una gran sonrisa en la cara. Mientras observaba esto, comencé a creer que en realidad existe un enorme potencial en las características únicas de los motores de hidrógeno", comenta Takeshi Yamada, parte del equipo del Centro de Investigación y Desarrollo Técnico de la firma japonesa.
La tecnología del hidrógeno, presenta, en cualquier caso, problemas que van más allá de su potencia o de las "sensaciones" —por ejemplo, preservar el fuerte sonido del 8V— en las que asegura estar trabajando Yamaha. Como recuerda Motorpasión, dos de sus puntos débiles son el almacenamiento y la densidad energética. En el Corolla de carreras utilizado por Toyota, de hecho, se almacena en un depósito de 700 bares de presión que ocupa toda la parte trasera del coche.
Otro de sus inconvenientes es que consume cierta cantidad de aceite. A la espera de conocer las indicaciones del nuevo V8, los cálculos de emisiones de CO2 que existen con el motor del Corolla de hidrógeno muestran que afrontaría problemas, por ejemplo, en una UE que quiere prohibir de facto la comercialización de de motores de combustión interna ya para mediados de la próxima década.
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