Es posible que con el paso del tiempo algunos aviones de pasajeros funcionen con combustible derivado del alcohol en lugar del petróleo. Puede que esta idea parezca algo disparatada, pero el futuro de los combustibles alternativos, en medio de la creciente necesidad de hallar soluciones sostenibles, es cada vez más prometedor.
Bill Gates, el cofundador de Microsoft y uno de los activistas contra el cambio climático más conocidos del mundo, es el fundador de Breakthrough Energy. Esta compañía ha anunciado que financiará con una subvención de 50 millones de dólares la primera planta en producir Combustible Sostenible de Aviación (SAF) en base a alcohol.
Combustible derivado del alcohol como alternativa al petróleo
La aportación de Breakthrough Energy, a través de su programa Catalyst, está destinada a LanzaJet. Se trata de un conocido proveedor de SAF y biocombustibles con más de una década de presencia en la industria que a lo largo de los años ha desarrollado diferentes tecnologías que apuntan a la transición energética, entre ellas, el alcohol-to-jet (ATJ).
En un mundo donde la aviación representa aproximadamente entre el 2 y el 3 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero al año, y con muchas aerolíneas enfocadas en alcanzar la “neutralidad de carbono”, el alcohol-to-jet promete reducir las emisiones en “al menos un 70% en comparación con los combustibles fósiles”.
La promesa de LanzaJet era muy buena, pero hay esencialmente tres problemas. La producción de SAF representa en la actualidad menos del 1% de la producción total del combustible de aviación; los precios no son competitivos frente a los combustibles fósiles, y no existe una planta para producirlo, venderlo y distribuirlo a escala.
Breakthrough Energy y LanzaJet confían en que en los próximos años podrán superar esos tres desafíos. La subvención de 50 millones de dólares de la compañía fundada por Bill Gates servirá para construir la planta de ATJ que se espera que esté operativa tan pronto como en 2023 y desempeñe un papel fundamental en la ampliación de la producción global de SAF y en su competitividad.
Si todo sale de acuerdo a lo planeado, cuando la planta se encuentre en pleno funcionamiento será capaz de producir 34 millones de litros de ATJ anualmente. Este aumento de la producción debería ir acompañado de una mayor demanda de los SAF en general, que ya están siendo utilizados en mezcla en algunos vuelos comerciales con pasajeros y que hemos visto pruebas también en helicópteros.
¿Cómo se produce el alcohol-to-jet (ATJ)?
LanzaJet utiliza una reformación catalítica continua (CCR) que convierte el etanol (del tipo del alcohol de farmacia) en queroseno parafínico sintético (también conocido por las siglas SPK, Synthetic Paraffinic Kerosene) o en diésel parafínico sintético (SPD). Esto lo consigue a ttravés de cuatro pasos que se han probado a escala comercial: deshidratación, oligomerización, hidrogenación y fraccionamiento.
En cuanto al etanol para producir este combustible alternativo, puede provenir de residuos de biomasa, desechos sólidos o gases residuales industriales. El hecho de que existan varias fuentes de abastecimiento puede ser una ventaja a la hora de mantener la producción y reducir su precio de comercialización.
LanzaJet asegura que su combustible ATJ cumple o supera las especificaciones de combustible para aviones ASTM D7566 Anexo A5. En ese sentido, apuntan a que los clientes puedan mezclarlo con hasta un 50% de combustible de aviación convencional para utilizarlo en sus aviones sin la necesidad de modificar los aviones.
Queda por ver cómo evolucionará esta propuesta para reducir las emisiones de carbono de la aviación comercial. Eso sí, cabe señalar que también hay otras ideas en marcha, aunque no todas son iguales de prometedoras. El avión eléctrico de pasajeros acaba de superar un reto clave y la idea de volar utilizando energía solar, como lo hace el Solar Impulse II, también está en el horizonte.
Imágenes: Jason Rosewell | LanzaJet
Ver todos los comentarios en https://www.xataka.com
VER 14 Comentarios