Como cada semana en Xataka, os traemos una nueva entrega del Especial video. En esta ocasión hablaremos sobre soportes de grabación. Cintas magnéticas, tarjetas SD, disco duro, DVD... ¿cuál es el soporte ideal? ¿Cómo acertar eligiendo un buen sistema? Aquí analizaremos los cuatro principales, veremos cuales son las claves de cada uno de ellos y cuál se adapta mejor a nuestras necesidades.
Cintas, una tecnología en desuso
Las cintas son el soporte nativo del video desde que se inventó la tecnología electrónica de imagen en movimiento. Su principio es muy sencillo: un par de bobinas contienen un determinado número de metros de una banda de plástico, que lleva impregnado un fluido que contiene millones de partículas de hierro. Esas partículas reciben una determinada corriente electromagnética a su paso por una parte de las cámaras llamada entrehierro, situado en el famoso cabezal. Este campo electromagnético controlado queda "impreso" en esa banda y ahí se mantiene la información durante años. El principio es el mismo tanto en analógico como en digital. La gran diferencia es que en digital el campo electromagnético contiene una información codificada, mucho más resistible a los agentes atmosféricos que pueden deteriorar las señales.
Una cinta de video debe estar bien almacenada: en un lugar fresco, seco, donde no le dé el sol ni se encuentre cerca de campos electromagnéticos fuertes como otros magnetoscopios, altavoces, televisiones, imanes e incluso llaves electrónicas de coches. Cualquiera de estos elementos puede alterar el campo electromagnético de la cinta y borrar parte o toda la información. A cambio, la duración de ese campo impreso en la cinta (en condiciones normales) es muy elevada, pudiendo realizar numerosos cambios instantáneos en la información, con la maquinaria adecuada.
La gran desventaja: es un sistema lineal, más antiguo que el cómodo sistema de archivos. Esto quiere decir que para buscar el minuto 00:15:25:00 de un video, la cinta tendrá que hacer todo el recorrido desde el punto en que se encuentre, antes o después. Es un sistema en desuso tanto en el ámbito doméstico como en el profesional, pero en mi opinión, es muy buen sistema para almacenar video a largo plazo.
Tarjetas, un cómodo flujo de trabajo
Es la tecnología que más se está comenzando a imponer en el mercado de soportes de grabación en video. Las tarjetas tienen una enorme ventaja: eliminan el proceso de digitalización/captura de video al ordenador. Aquí este proceso se llama volcado de información y es tan sencillo como transferir cualquier archivo, en este caso, de video. Es un sistema que comenzaron a adoptar las televisiones debido a su enorme flujo de trabajo diario y a la capacidad que tienen para poder transferir archivos de video y trabajar con ellos en muy corto plazo de tiempo.
El funcionamiento técnico cambia completamente. En las tarjetas el workflow completo es digital: la cámara captura directamente en ellas, la información de video se almacena en ellas y cuando se desea se produce el volcado de la información a un HDD. Es un sistema muy avanzado debido a la composición química de su circuitería interna. Las tarjetas no son más que memorias flash de la misma naturaleza que un pendrive, y a su vez, herederas de las memorias RAM de un ordenador (para hacer una comparativa sencilla). La ventaja es que pueden ser escritas o borradas en una misma operación de programación mediante impulsos eléctricos y a diferencia de las memorias RAM, su almacenamiento no es volátil. Cuando se les corta la corriente, la información continúa guardada. Es importante que si finalmente optas por una cámara de grabación en este sistema, te asegures comprar tarjetas de alta velocidad de escritura.
Otra de las grandes ventajas es que no tienen partes móviles, como por ejemplo, en los discos duros. Esto permite una gran versatilidad en cuestión de movimientos y resistencia a golpes. Las tarjetas más utilizadas para video son las SDHC y las CF. En video profesional por ejemplo, uno de los sistemas que se están adoptando es el P2 de Panasonic, un sistema económicamente muy caro, basado en una interfaz PCMCIA que almacena varias tarjetas SD en su interior.
Algunas desventajas de este sistema en general son que el tiempo de grabación está limitado a la capacidad de la tarjeta y que algunas veces éstas tarjetas fallan y borran la información si no se les da un mantenimiento adecuado. Aunque es algo muy extraño, puede ocurrir.
Discos Duros, cómo conseguir la mayor capacidad de grabación
La opción de discos duros para grabación de video suele ser algo más cara, pero ofrecen una gran capacidad de grabación. Muchas cámaras actuales los llevan incorporados, para no tener que depender así de tarjetas ni de cintas. Es un cómodo soporte de grabación, puesto que de lo único que te tienes que preocupar es de grabar y volcar. A grandes rasgos, creo que este sistema está pensado para transferir grandes archivos a otro lugar, como un ordenador o una unidad externa, pero no para grabar y almacenar video como en las cintas y tarjetas.
Si la gran ventaja es la capacidad de grabación, la gran desventaja es su composición física. Todos sabemos que los discos duros son muy frágiles porque llevan partes móviles en su interior, y una caída de la cámara o un golpe sin cuidado puede fastidiar la unidad de por vida. Si se agotó tu garantía, un arreglo interno puede salirte caro. Por otra parte, tanto cintas como tarjetas ofrecen la ventaja de que si nos quedamos sin capacidad de grabación, podemos cambiar el soporte y continuar grabando aparte. En las cámaras con disco duro interno, a no ser que lleven lector de tarjetas y puedan "relevar" la grabación sobre la marcha, cuando lleguemos al final de su capacidad necesitaremos un ordenador cerca para volcar todo lo grabado y comenzar de cero.
En algunas cámaras profesionales existen dispositivos especiales, discos duros externos que se pueden conectar directamente a la cámara. Es una buena solución cuando grabamos sobre trípode, ya que el peso del conjunto aumenta un poco más:
DVD y Mini DVD, soportes domésticos sin futuro
Hace unos años, con la revolución del DVD, algunas marcas incorporaron el formato a sus cámaras. Sin embargo, grabar directamente en DVD sólo tiene una ventaja: está fabricado para grabar un video y no editarlo ni guardarlo en otro soporte, sino para verlo tal y como se grabó. Fácil, rápido y sencillo. Respecto a todo lo demás, son inconvenientes:
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Es un soporte perecedero, al DVD no le quedan muchos años de vida
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No puedes volcar el video en el ordenador, todo se graba directamente al disco
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La vida de tu video dependerá de la conservación del disco óptico (rayaduras, calor...)
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Si intentas capturar el video del DVD al ordenador para editarlo con algún método, perderás definición
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No podrás grabar en HD, ya que es un formato SD
El DVD es un soporte de distribución de video y en todo caso, de almacenamiento de imágenes, pero su uso como soporte de grabación en videocámaras, personalmente lo desaconsejo al completo, a no ser que busques lo que ya hemos comentado: grabar y almacenar sin editar fácilmente.
En resumen, y como conclusión a esta entrega, los soportes de video dependerán del uso que vayamos a darle a nuestra videocámara, pero al igual que en la informática, la evolución del video es muy rápida y está en manos de la industria tecnológica. Cada año salen nuevos formatos y cada cierto tiempo, nuevos soportes de grabación, pero todos ellos comparten, al menos a largo plazo un denominador común: son digitales y pueden manipularse con ordenadores. El soporte de grabación que tiene más futuro es la tarjeta, ya que contiene directamente el fichero de video grabado y puede manipularse como cualquier otro archivo informático. Aunque esté en uno u otro codec, siempre podremos convertir formatos con los programas destinados a ese fin y poder editar dichos videos, pero este futuro no está igual de claro para el resto de soportes.
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