La ración anual de pegadisparos ya ha sido servida: ‘Battlefield 4’ llegó la semana pasada y ‘Call of Duty: Ghosts’ lo hizo ayer mismo. Supongo que la pregunta que nos hacemos todos es: ¿traen novedades? Sus respectivas compañías se han pasado los últimos meses intentando responderla con un montón de vídeos promocionales y promesas que, al final, se han cumplido a medias.
Esto es como ser del Madrid o del Barça. O te gusta la saga ‘Battlefield’ o te quedas con ‘Call of Duty’. Así lo entienden muchos —yo prefiero jugar a los dos y ver qué hay de bueno o malo en cada franquicia, pero allá cada cual— y así nos lo venden las compañías que hay detrás de estas franquicias. Tienes que elegir. Y esa elección te marcará de por vida. Te señalarán por la calle: “mira, por ahí va ese que juega al Call of Duty, jijiji”.
Pero ¿traen novedades o no?
Volvamos al tema. ¿Qué pasa con estas grandes franquicias que cuentan con una nueva entrega prácticamente cada año? ¿Introducen novedades relevantes o no son más que extensiones vendidas como juegos completos? De nuevo, y para seguir con la analogía futbolística, sólo basta mirar hacia un lado para ver otro ejemplo claro: la saga ‘FIFA’ no se pierde ni una temporada, pero las diferencias entre una entrega y la siguiente son mínimas. No importa, se vende bien. Hace poco hablamos de ‘Assassin’s Creed’...
Activision se lo ha montado muy bien. Dispone de dos estudios de desarrollo para la saga ‘Call of Duty’, Infinity Ward y Treyarch, lo cual le permite darle a cada uno un par de años de desarrollo y, sobre todo, meter el hocico en cada campaña navideña. No hay año sin un nuevo ‘Call of Duty’. No hay año sin disparos y explosiones y situaciones espectaculares al más puro estilo Michael Bay.
EA se lo toma con algo más de calma y entre ‘Battlefield 3’ y ‘Battlefield 4’ ha dejado pasar un par de años, los cuales ha ido rellenando con hasta cinco grandes actualizaciones para BF3. En todo caso el pique con Activision por ver quién ofrece el FPS más espectacular —y más vendido— sigue ahí, pero creo que no hemos respondido del todo a la pregunta: ¿hay novedades o qué, maldita sea?
Es más bonito, sí, pero tampoco demasiado
Estamos viviendo un salto de generación y este mismo mes llegarán tanto la Xbox One (el 22 de noviembre) como la PS4 (el 29), lo cual implica varias cosas. La más importante en relación con lo que estamos hablando es que hay muchos juegos que se han desarrollado y se están desarrollando tanto para las plataformas actuales como para las nuevas, provocando que las diferencias técnicas entre las distintas versiones no sean demasiado evidentes.
Activision y EA quieren vendernos los juegos haciendo hincapié en el apartado técnico de los mismos (¡graficazos, oiga!), pero a la vez se están produciendo situaciones de lo más rocambolescas. ‘Call of Duty: Ghosts’, por ejemplo, cuenta en PS4 con resolución a 1080p nativa, mientras que la versión para Xbox One va a 1080p reescalada desde 720p. Mark Rubin de Infinity Ward asegura que la diferencias son inapreciables, pero es algo sobre lo que todo el mundo está hablando. Porque, en realidad, parece que nos importa más todo esto que la diversión que un juego sea capaz de ofrecer.
Para estos dos juegos se ha hablado mucho sobre motores gráficos. ‘Battlefield 4’ estrena el Frostbite 3, una burrada tecnológica de la que solamente veremos su poderío si jugamos en PC con todo en Ultra, mientras que ‘Call of Duty: Ghosts’, del que inicialmente se dijo que iría con un nuevo motor, hace gala de una versión mejorada de la tecnología usada por Infinity Ward anteriormente. El resultado, en consolas, no es nada del otro mundo. Es decir: el principal reclamo de estos juegos se va al garete.
Modo historia, ¿para qué?
Además de las mejoras gráficas, pequeñas o grandes, da igual, en el fondo hay pocas diferencias entre estas entregas y las inmediatamente anteriores. Y así es como debe ser, a pesar de que nos estemos empeñando en que estas franquicias deberían cambiar por completo por desgaste. Claro que están desgastadas, pero el público al que van dirigidas es el que es. Y sabe lo que quiere. Y lo que quiere, tanto en el caso del BF4 como en el del Ghosts, es meterse de lleno en los modos multijugador y dejarse de historias.
Y esto puede ser el motivo por el que considero que la campaña del ‘Battlefield 4’ es sosa como pocas: si nadie quiere realmente jugar al modo historia, ¿para qué invertir tiempo y recursos ahí? El resultado es verdaderamente desastroso. Durante las cuatro horas aproximadamente que dura la campaña del juego de EA sólo hay dos o tres momentos algo más intensos, pero en general es todo muy plano (y no me vale la excusa del componente más táctico porque no es eso lo que falla). Los personajes no me podrían importar menos —si se mueren todos me da igual, fijaos lo que os digo— y las misiones no tienen chicha. ¿Debo mencionar los diálogos? No estoy buscando aquí una obra sesuda, pero por favor, algo de consistencia, algo de dignidad. La principal baza, por tanto, es el multijugador. Y que nadie busque revoluciones ahí tampoco.
En Infinity Ward, por otro lado, han optado por una campaña muy intensa que mantiene al jugador siempre en tensión con un buen puñado de misiones y situaciones que siempre están en el límite. No revoluciona nada, por supuesto, pero es divertida. Y si jugamos un ‘Call of Duty’, o cualquier FPS en general, digo yo que será para divertirnos. En su multijugador hay una gran novedad: un modo llamado Extinction que funciona de forma independiente y que cuenta con alienígenas como enemigos. Digamos que esta es la forma de hacerle frente al modo estrella de las entregas desarrolladas por Treyarch, que no es otro que el modo zombi.
En el caso del ‘Call of Duty: Ghosts’, siendo su campaña tan entretenida, quizás la cosa tenga un pase, pero tras ver lo que ha hecho EA en su ‘Battlefield 4’ lo cierto es que dan ganas de pedirles que se olviden del modo historia y den el salto hacia un juego completamente online.
Y al final...
Al final lo de siempre. Parece ser que en el género de los FPS nada funciona mejor como vender gráficos como sinónimo de buen juego, aunque luego nos encontremos con sorpresas desagradables. Seguro que BF4 luce de maravilla en un PC potente, pero el juego sigue ofreciendo lo mismo. Si no fuera así es probable que empezara a perder seguidores.
La saga ‘Call of Duty’ podrá estar quemada, desgastada y todo lo que queráis, pero va dirigida a un público que busca lo que ofrece, un público al que como le cambies demasiado los esquemas se va a enfadar, va a dejar de comprar y va a empezar a hablar mal. Podemos hartarnos de pedir revoluciones en franquicias establecidas, pero es evidente que esto no va a pasar.
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