Las últimas bajadas de precios de las consolas portátiles de Sony – con su PSP “capada” – y la 3DS de Nintendo, han dejado un interrogante a los consumidores.
Animar las ventas es el objetivo prioritario de las marcas con estas reducciones, en algunos casos muy sustanciales, de los precios de sus equipos más portátiles, pero no cabe duda de que el impulso del juego en teléfonos y tablets tiene bastante que ver. Es más, el precio y la forma de acceder a esos juegos de mayor o menor complejidad es lo que más daño está haciendo a las consolas portátiles si nos enfocamos en los jugadores que no han tenido antes una consola portátil.
Basándome en este planteamiento, os dejo con dos reflexiones para discutir:
En busca del usuario ocasional con los avanzados en mente
Hasta hace no mucho, el usuario ocasional no tenía muchas opciones cuando quería jugar un rato. O consola portátil o consola portátil. Llegó el teléfono móvil y los ratos muertos en el dentista o el autobús se solucionaban buscado que la serpiente que crecía no se cruzara consigo misma o con una pared. Los juegos y teléfonos avanzaron y ahora están en situación técnica de competir de tú a tú en bastantes gamas de juegos, pero principalmente en los ocasionales o “menos duros”.
Ese éxito fulgurante hay que dividirlo entre el control táctil perfecto para muchos juegos y la nueva forma de disponer de los títulos, con descarga en cualquier sitio, al instante y con precios que invitan más a la compra compulsiva masiva que a la reflexión serena. Ahí es donde quieren “saber” cómo jugar los clásicos como Nintendo y Sony.
La nueva PSP, a la que Sony le ha quitado algo tan elemental como la conectividad y que hoy en día le da la vida con el modo multijugador tan importante en los teléfonos móviles, queda pues ya como un equipo centrado solamente en la movilidad y que quiere jugar en la liga de los teléfonos y tablets sin tapujos.
Sus armas son el precio del equipo asequible (en el caso del teléfono podemos considerar que sale “gratis” el equipo pues lo tenemos de todas formas) y juegos cuyo coste no requiera de complejos cálculos matemáticos ni factores como el Euribor. Por ejemplo, los discos para la nueva PSP de Sony, que costará en Europa 99 euros, saldrán por unos 10 euros, casi ya a la par que los más completos títulos para el iPad 2, por ejemplo.
Consolas portátiles que son mucho más
Frente a este acercamiento a lo asequible del juego en teléfonos móviles, las consolas portátiles de Sony y Nintendo han ido evolucionando claramente hacia ellos en otros aspectos clave.
Lo han hecho en primer lugar con los modos de control, donde lo táctil se ha ido imponiendo pero también en la forma de acceder a los juegos, las descargas … Y qué decir de su aspecto multidisciplinar. Las consolas portátiles como la Nintendo 3DS o la estrella de estas Navidades, la PS Vita que saldrá por 249 euros, permiten reproducir vídeo, tomar fotos incluso en 3D en el caso del modelo de Nintendo, tienen conectividad avanzada e incluso las redes sociales han llegado para quedarse.
La futura PS Vita contará con aplicaciones nativas para acceder e interaccionar en Facebook, Twitter o FourSquare, pero además Skype estará también presente en su salida al mercado.
Lo dicho, ¿dónde están o quedan las consolas portátiles?