Síndrome Wii: dícese del olvido que sufre la consola de Nintendo tras un periodo de euforia desmedida y juego con los amigos. Sinónimo. Acabar en el cajón.
Hace un año, en el E3 de Los Ángeles, tanto Sony como Microsoft escenificaron la actualización de sus consolas de sobremesa a las nuevas formas de jugar – y nuevos usuarios – en forma de dos accesorios: Kinect y Move.
Con el síndrome de la Wii siempre amenazante, ya puedo decir que para mi, Kinect de Microsoft ha ganado el pulso a Move de Sony. Y gracias a dos antídotos, de momento parece que está aguantando el tipo frente al posible olvido detrás del televisor.
La fuerza del cuerpo y la ausencia de accesorio
La idea de los nuevos accesorios Kinect y Move buscaban que el movimiento del jugador fuera importante en el control durante el juego. Sony mejoró hasta el infinito la idea del mando de la Wii con Move, pero Microsoft dio con la “gallina de los huevos de oro” al deshacerse del mando y poner el cuerpo a jugar, nunca mejor dicho.
Esa ausencia del accesorio en la mano del jugador y la “magia” que provoca usar Kinect en el consumidor ocasional ha jugado un papel clave para que Kinect esté delante de Move como la tecnología de juego más avanzada en la actualidad.
Además, juegos importantes como el último Forza, permiten jugar tanto en modo hardcore como al estilo Wii, aunque lo mejor es la integración que se hace de Kinect dentro del juego avanzado, como el seguimiento de la cabeza del conductor.
Kinect va más allá
Frente al uso “limitado” del mando de la Wii para juegos ocasionales, Kinect es una apuesta de largo recorrido para Microsoft. No hablamos solo de las posibilidades de control del juego de este accesorios, que no han hecho más que comenzar, sino que el manejo de menús ya pasa en buena parte de los juegos por movernos o hablar a la consola.
Esta funcionalidad es especialmente interesante en la función multimedia de la consola. Precisamente Microsoft, con algún que otro problema ya solventado, ha lanzado esta semana la actualización del escritorio o dashboard de su consola de sobremesa Xbox 360. Y Kinect tiene un protagonismo especial, acompañado de la interfaz con estilo Metro y la llegada de más contenido bajo demanda (Netflix en México, por ejemplo) y en directo.
El papel de Kinect, con la voz y los gestos, supone un acercamiento al control del futuro. El mando a distancia como lo conocemos hoy en día tiene el tiempo muy contado. Microsoft ha apostado en este campo de lleno con Kinect como la forma de controlar los equipos en el futuro más cercano.
Si finalmente Kinect se acaba integrando con el sistema de juego y control de Microsoft, la ausencia de accesorio externo en la próxima generación de la consola (algo muy lógico) hará que el síndrome Wii no amenace a Kinect porque directamente no habrá nada que esconder en un cajón.