Hay un momento clave en la vida de todo jugador en el que se salta de buscar ante todo la victoria a perseguir únicamente divertirte. Por su estilo y ritmo, mucho más cercano a la colaboración que a quedarte acampado en una esquina para poder decir que has matado más, el multijugador asimétrico de Evolve simboliza claramente ese cambio.
No es de extrañar que entre refritos y juegos sospechosamente parecidos, el título de los creadores de Left 4 Dead haya conseguido hacerse un hueco entre la atención de público y crítica. Si como idea sobre el papel ya resultaba atractiva, bastó poner a ambos grupos a los mandos para cosechar decenas de premios allí donde pisaba la bestia.
El porqué de ese rotundo éxito en ferias y la diferencia de opiniones que se podría encontrar en casi cualquier noticia del mismo es otro tema bastante más difícil de medir. ¿Cómo ante una evidente escasez de novedades un juego como Evolve puede despertar posturas tan enfrentadas? ¿Qué tiene para haberse llevado más de un "the best of" y qué le falta para que pese a ello algunos usuarios frunzan el ceño al escuchar hablar de él?
¿Qué es Evolve?
Antes de meternos en faena lo educado es hacer las pertinentes presentaciones. Evolve, para lo bueno y para lo malo, se lo debemos a Turtle Rock Studios, la desarrolladora independiente que tras apoyar el crecimiento de Counter Strike dio vida a la locura zombi del Left 4 Dead de Valve.
Precisamente ese título es el que nos sirve para entender el salto a Evolve. Mientras que allí teníamos que colaborar con otros tres jugadores para sobrevivir a las hordas de muertos vivientes con superpoderes, aquí tendremos que hacer lo mismo para hacer frente a un monstruo que no nos supera en número pero sí en poder y habilidades.
La diferencia entre aquella experiencia y la que pretenden acercarnos ahora es que en esta ocasión el enemigo no lo controlará una inteligencia artificial, sino otro jugador con el mismo objetivo que los cazadores, que deberán perseguir a su presa y regalarle un billete al otro barrio en forma de ataques aéreos y trampas. Estamos ante un sistema de uno contra cuatro (o cuatro contra uno) en el que, objetivos secundarios a un lado, la muerte de cazadores o monstruo marcará el fin de la partida y la victoria para el que quede en pie.
Pinta mal eso de tener que enfrentarse a un Godzilla capaz de evolucionar para disminuir las posibilidades de supervivencia de sus captores. No menos que tener que verte obligado a alimentarte en la clandestinidad y borrar tus huellas para no quedar atrapado en la misma jaula con cuatro cazadores armados hasta los dientes, pero el auténtico reto no corresponde ni aun lado ni al otro, sino al equipo encargado de crear algo así y hacerlo lo suficientemente equilibrado para que sea igual de divertido estar en cualquiera de los dos bandos.
La clave del éxito de Evolve
Las distintas pruebas que hemos podido realizar, ya sea en forma de beta o presentaciones, se iniciaron con un miedo que duró los 10 minutos que puede alargarse una partida si los planes de tu equipo o tu monstruo salen bien. Desde el prisma del monstruo el sigilo es primordial, al menos hasta que consigues alimentarte de algunas de esas presas alienígenas que pululan por el escenario y te permiten saltar a la segunda y tercera evolución.
Con ellas ganas más vida, más fuerza y puntos de mejora para cada habilidad de las que dispones, lo que te permitirá recoger un pedrusco tamaño catedral del suelo para lanzárselo a algún cazador desprevenido, o realizar un salto de fe encima del grupo para lanzarlos en distintas direcciones y poder merendarlos pasito a pasito.
Como cazador controlarás al portento con armas de asalto que debe intentar herir al monstruo, el trampero que debe rastrearlo, el apoyo encargado de proteger al grupo o el médico que debe velar por la supervivencia de todos los demás. Cada uno tiene sus propias armas y accesorios, pero por separado son presa fácil y bajo una buena comunicación y estrategia un escuadrón prácticamente invencible.
Que tras varias partidas estés más interesado en el trampero o el médico, probablemente los personajes con las armas y habilidades que menos daño hacen al monstruo, deja bien patente lo que comentábamos al principio, que encontrar un multijugador en el que la colaboración y la ayuda al prójimo sea igual o más divertido que ganar no sólo no es imposible, también es una moda en auge.
El cazador de Jumanji vs. el soldado tradicional
Cuando la industria del videojuego encuentra un espejo en el que colocarse el sombrero y cepillarse el bigote durante años, pocas razones encuentra para salir de esa tónica. El mundo de los multijugadores online tiene a Battlefield como adorno para la cabeza y a Call of Duty para abrigar el labio superior, y como el de al lado triunfa siempre con ese atuendo, para qué molestarse en cambiarlo.
El problema viene cuando la fiesta se llena de copias y pseudocopias que ocultan al único que ha elegido frac, que espera en una esquina a que alguien le haga caso para aspirar a instaurar una nueva moda de manos de la originalidad.
Por suerte el foco a veces gira hacia esos cambios, y aunque no sirve para despachar al resto de integrantes, el que busca algo distinto puede encontrarlo. Hoy toca bailar con un viejo sesentón que lleva bigote y gorro, pero en vez del arma que junto a sus músculos salvará a la galaxia, lleva un arpón atado a una cuerda que permitirá que él y sus compañeros puedan ganarse el pan de este mes cazando al primo de Cthulhu y a sus crías.
Sólo por esas ganas de romper con lo establecido Evolve merece que fijemos en él nuestra mirada, pero no todo son alegrías ni todos los días son fiesta, y pese a que todo lo relatado con anterioridad parece desembocar en un éxito rotundo, al recordar que esto no ha dejado de ser un industria empiezan a aparecer nubes de tormenta que arruinarán el traje.
Los jugadores que quieren cazar al monstruo
La desafortunada situación de las críticas hacia la obligatoriedad de la conectividad online de Xbox One (y aquí pueden leer desafortunada tanto los que estaban a favor como en contra), y los rumores sobre acciones similares por parte de Sony, calentaron un ambiente al que sólo hizo falta sumar un juego que pretendía olvidarse de la campaña para centrarse en el multijugador.
Pasó con Titanfall y el mosqueo general parecía apuntar a que el camino de Evolve iría bastante a la par. El parche en forma de modo adicional para esquivar esa bala no le funcionó demasiado bien al primero, y las posibilidades de esconder el bulto en el título de 2K quedaron calcinadas, no por las buenas intenciones de sus creadores al incluir la posibilidad de jugar en solitario, sino por otro fuego al que poca leña le falta para arder con la fuerza de una hoguera de San Juán.
A la escasez de contenido, en forma de un escueto catálogo de tres variantes para monstruo y cada clase de cazador, sólo le faltaba el anuncio de un DLC para que aquellos que estaban indecisos respecto al título se sumaran a la causa de los que ya tenían bien claro que era el siguiente objetivo de sus horcas y antorchas.
Queda por ver cómo le sentará finalmente al potencial del juego en las tiendas ese abismo entre los que lo ven como una alternativa al cambio y los que tienen claro que es un sacacuartos vestido con piel de revolución. Aquí el que hablen bien o mal, pero que hablen, no funciona igual, pero no es menos cierto que cerrarle la puerta en las narices a algo que triunfa en el intento de romper con lo habitual le abre todas las ventanas de la fiesta a otro grupo de señores con sombrero y bigote.
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