Un videojuego está reformulando el marketing de la industria agrícola. Bueno, mejor dicho, de la industria de los tractores. Normalmente, estos vehículos destinados al mundo rural se anunciaban en ferias del sector o prensa especializada, pero ahora las empresas han descubierto un lugar donde publicitarse que les proporciona mucha más visualización y notoriedad: el videojuego Farming Simulator.
Farming Simulator permite a sus jugadores (que en realidad podríamos llamar clientes) probar nuevos vehículos, remolques, cosechadoras y demás maquinaria de manera muy realista. Y eso ha atraído a muchas personas dispuestas a comprar productos o que tienen dudas sobre qué tractor adquirir. Los fabricantes, al darse cuenta de la popularidad del videojuego y del uso que muchos agricultores le estaban dando, concluyeron que la mejor forma de anunciar sus productos frente a millones de personas era pagando para añadir sus vehículos al videojuego. El problema es que ahora todos quieren hacer lo mismo.
Tal ha sido el fenómeno que el desarrollador, Giants Software, explicaba en este artículo de Observer que recibe cientos de peticiones al año de fabricantes sobre cómo pueden aparecer en el juego. Hasta el punto de que esto les proporciona ya un flujo de ingresos suficiente para cubrir los costes del desarrollo del juego. "Al principio, tuvimos que pedir a los fabricantes que se incluyeran en el juego", señalaba Wolfgang Ebert, gerente de marketing de la compañía. "Hoy tenemos que considerar a quién podemos integrar y qué beneficio aporta: tenemos muchas, muchas marcas esperando ser incluidas".
También hay que comentar que el videojuego solo tiene capacidad para albergar 500 productos en sus versiones de PC y consola y 130 para móvil. Eso quiere decir que hay toda una batalla por entrar en ese mundo virtual y que el desarrollador tiene que decidir a quién le da tal privilegio y a quién saca del videojuego. También es un obstáculo para las empresas, que no pueden simplemente anunciar todo su catálogo, sino que tienen que ser selectivos. Es por eso que muchas acaban colocando sus máquinas más grandes y caras. "Lo realmente interesante está por encima de los nueve metros, eso es lo que todo el mundo quiere anunciar", explica la empresa.
El realismo es la clave
Farming Simulator ya tiene tanto peso en la industria que algunas empresas incluso lanzan sus productos en la vida real simultáneamente a las actualizaciones del videojuego. El fabricante finlandés Valtra, por ejemplo, anunció su última serie de tractores al mismo tiempo que entró a Farming Simulator 2022. Literalmente, los remolques se lanzaron el mismo día. "Colaboramos desde 2014 y vemos si nuestros horarios coinciden, y eso hace las cosas más frescas", explicaba Pamela Engels, gerente sénior de comunicaciones y marketing digital de Valtra en este artículo de The Guardian.
Para que esto sea posible y los productos sean representados de manera fiel a la realidad, las compañías envían dibujos técnicos con todo tipo de detalles de ingeniería para que los simulen de manera precisa. "Trabajamos en estrecha colaboración con los fabricantes para obtener la física y los métodos de operación correctos para garantizar que cada pieza del equipo funcione lo más cerca posible de su contraparte del mundo real", señalaba el gerente de socios de Giants Software, Martin Seidel.
Pero espera, de qué va en realidad Farming Simulator. No hace falta saber mucho de tractores para poder jugarlo. Los jugadores comienzan con una especie de granero, algunos equipos y un poco de tierra. Y el objetivo es cultivar alimentos, venderlos, expandir su granja y comprar mejores equipos. Pero lo que lo hace único es que, al igual que Microsoft Flight Simulator o la saga de Fórmula 1, tiene un realismo extremo.
Aunque a diferencia de estos, mientras que a los jugadores que les gustan las carreras o los aviones no pueden pagarse esos vehículos, hay muchos agricultores que sí pueden probar un nuevo tractor que quieran adquirir antes de gastarse medio millón de euros en él. Y es precisamente ese realismo lo que lo convierte en una gran herramienta de marketing. Además, Farming Simulator no tiene ningún rival en la industria de videojuegos, ya que la mayoría de juegos son de móvil y no se han preocupado tanto por ese realismo, sino por la jugabilidad y el entretenimiento. FarmVille y Stardew Valley son algunos ejemplos.
No es la primera vez que los videojuegos sirven como medio para los anunciantes. Hemos visto como algunos han incluido publicidad y colocado productos, desde móviles hasta comida basura. H&M llegó a vender paquetes complementarios de ropa en Los Sims, y Sony logró anunciar la PlayStation en los carteles electrónicos de los estadios del FIFA.
Imágenes: Farming Simulator
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