FIFA 20 y sus cambios en FUT: un giro a lo Fortnite con pase de batalla incluido

De una u otra forma, sin importar el número de mejoras o cambios realmente reseñables que introduzcan, FIFA Ultimate Team siempre parece ser el tema estrella de la popular saga de fútbol. La solución de EA frente a las polémicas pasa por abrazar en ‘FIFA 20’ una cara más distendida, manteniendo el competitivo pero acercándose a algo más arcade, más loco, más bobo. Más ‘Fortnite’.

A base de cosméticos, personalización y nuevos modos, ‘FIFA 20’ introduce no sólo una cara más amable y atractiva que las jornadas maratonianas de fútbol competitivo a las que nos tiene acostumbrados, también una posible respuesta a la controversia de los sobres y la regulación legal en varios países.

Misiones, experiencia y premios en el nuevo FUT

Los pases de batalla se han convertido en una práctica muy habitual entre los juegos que persiguen un compromiso por parte del jugador. Originados en el mundo de los MOBA con juegos como ‘Dota 2’ y habiendo alcanzado su máxima popularidad de la mano de ‘Fortnite’, consisten en sistemas de progresión que invitan a seguir jugando para desbloquear nuevos premios conforme avances en su línea de experiencia.

Conscientes del buen trabajo que está haciendo la idea a la hora de potenciar esa cita habitual con el juego, ‘FIFA 20’ se valdrá de objetivos diarios para conseguir que sus usuarios vuelvan ara algo más que jugar al fútbol por el mero hecho de ganar otro partido más y seguir consiguiendo oro o nuevos jugadores.

Con temporadas que durarán entre seis y ocho semanas, el jugador de FUT tendrá por delante 30 niveles en los que ir acumulando experiencia para poder acceder a premios. La idea es, como en tantos otros títulos que se apoyan en este tipo de propuestas, ofrecer contenidos cosméticos para que podamos personalizar aún más nuestro equipo.

Entre las principales novedades que rodearán a esta premisa estarán tifos en forma de mosaicos para mostrar en las gradas, cánticos de la afición o celebraciones especiales en forma de bailes o las típicas bobadas de los jugadores cuando se acercan corriendo a su público. La idea es que ese componente más loco complemente a la otra cara de ‘FIFA’ más solemne y profesional.

Lejos de quedarse solo en la personalización, ese espíritu más amigable y menos sobrio quiere arrastrarse también hasta el juego en sí. Disponible también en modo normal pero con FUT como principal objetivo, pudimos asistir a la presentación en sociedad de lo que desde EA llaman FUT Friendly.

Retorno a lo arcade

La idea es ofrecer cuatro modos adicionales a los habituales partidos para que, huyendo de esa citada competitividad que suele poner a FUT en el candelero, el juego se acerque más a la diversión con amigos que a la cara de presión y rendimiento que había adoptado hasta ahora.

Un lado más arcade en busca, como en lo cosmético, de un juego más social. Tras ello opciones como partidos con la química al máximo o transferencias aleatorias de jugadores entre un equipo y otro que, sin embargo, cuentan con King of the Hill y Mystery Ball como principales exponentes de ese cambio de paradigma.

En el primero una suerte de captura la bandera que nos pide mover el balón en cuadrados virtuales del campo para acumular puntos de gol. Si tras ello conseguimos colar el esférico en la portería contraria, todo ese cúmulo irá a parar a nuestro marcador.

El segundo, en cambio, un festival de poderes especiales en el que la pelota arrastrará al campo una nueva funcionalidad cada vez que se ponga en juego. Velocidad endiablada, regates perfectos, cañonazos brutales… Un completo lavado de cara a la estética solemne que empezaba a caracterizar al juego.

Pudiendo acceder también a estadísticas entre amigos, la promesa de haber escuchado a la comunidad en lo que a rendimiento del juego se refiere y mejoras de interfaz, que a base de menús radiales hacen más fácil el gestionar tu equipo, pueden palparse cambios importantes pese a lo difícil de apreciar hasta dónde llegan sin dedicarle algo más de tiempo.

Se palpa la intención de EA a la hora de explorar otros caminos que intenten esquivar esa espada de Damocles llamada cajas de botín, pero está por ver si un pase de temporada gratuito y un espíritu más alocado son una alfombra lo suficientemente gruesa para intentar esconder todo lo que está en juego.

En el hueco de las dudas queda también qué repaso le ha pegado EA a los servidores y todas esas quejas que tanto la comunidad competitiva como la de jugadores se han encargado de visibilizar. Lo sabremos a partir del próximo 27 de septiembre cuando el juego llegue a PS4, Xbox One y PC por 64,99 euros. Sin opción a gozar del motor Frostbite, la versión de Switch seguirá siendo menor al resto en lo que respecto a gráficos -y también está por ver si se repite el caso de entregas anteriores y su falta de modos-, así que en la medida de lo posible es recomendable optar por alguna de las otras.

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