El juego de conducción de Microsoft y Playground Games va poco a poco calentando motores: llegará a las Xbox Series X y S, Xbox One y PC el próximo 9 de noviembre (con acceso anticipado el 5 quienes tengan la edición Premium del juego). Todo ello con el juego presente en Game Pass desde el día de salida, la posibilidad de aprovechar el Xbox Cloud Gaming para jugar desde cualquier dispositivo y, cómo no, Smart Delivery, que nos permitirá jugar con la versión que mejor aproveche el dispositivo que usemos para cada partida.
Es decir, todo a punto para un título que poco a poco ha ido desvelando unas cuantas características que le diferenciarían de otras entregas de la saga. La primera y más notable, la ambientación en México, lo que garantizan mucha más variedad de escenarios de los que cabría pensar en un principio: pasaremos por once biomas, lo que incluye selvas, ciudades, ruinas mesoamericanas, zonas devastadas por las tormentas y playas.
Vuelve en este 'Forza 5' el sistema de estaciones que ya nos presentaron en 'Forza 4', y algunos biomas tendrán condiciones climáticas específicas. Además, tendremos acceso a algunas zonas solo en determinados momentos del año. El clima mexicano es lo que tiene: variedad, colorido y tormentas de arena que dejan en mantillas a 'Mad Max: Fury Road'. De hecho, es lo que más nos ha llamado la atención de esta preview que hemos podido disfrutar del juego.
Hora y media de carreras al límite
Hemos tenido ocasión de disfrutar de alrededor de hora y media de juego, lo que ha incluido, aparte de unas carreras guiadas iniciales, el mapa abierto con acceso a los 11 biomas, y de ellos dos estaciones distintas, primavera y verano. Hemos tenido la ocasión también de acceder al mundo abierto para explorarlo y en general, hemos podido tantear las posibilidades ambientales que ofrece México, porque en términos jugables, Forza sigue siendo Forza.
Sin duda, es México lo que da una personalidad especial al juego, no solo estéticamente, sino también de temperamento. El entorno tiene tanta variedad como atractivo y color. Escenarios como Guajanato, con estrechas callejuelas que obligan a carreras donde las frenadas y la velocidad moderada es obligatoria, son absolutamente renovadores para la franquicia. Detrás queda el algo mustio escenario de 'Forza Horizon 4', cuya ambientación en Reino Unido sorprendió por sus entornos fotorrealistas, pero cuya personalidad y empuje queda definitivamente atrás en las pocas carreras que hemos tenido ocasión de probar en esta quinta entrega.
Y buena parte de la culpa la tiene la reorientación parcial de la saga hacia la fantasía arcade. No estamos en los dominios de un 'Burnout' o de las entregas más Criterion de 'Need for Speed', pero hay escenarios de aliento mitológico, saltos absurdos y esos tramos en el desierto que no tienen nada de realista. Microsoft no se decide a dar un paso definitivo hacia la fantasía rodada, pero está claro que 'Horizon' cada vez tiene menos de simulador de conducción, y nos alegramos que así sea, porque el jugador de la saga posiblemente viene en busca de emociones fuertes y aventura. De nuevo, pocos entornos más propicios para ello que México.
La conducción, eso sí, se siente netamente 'Forza', no vamos a vivir aventuras a base de derrapes al estilo de un arcade japonés. La conducción nos permite pequeños choques con otros vehículos, pero todo está dentro de ciertos límites sensatos. Si para algo nos ha servido esta preview ha sido para comprobar que 'Forza Horizon 5' se sigue sintiendo como un 'Forza Horizon' tradicional.
Apabullante despliegue técnico
He jugado a 'Forza Horizon 5' en una Xbox Series S, donde se me ha dado a elegir entre un modo Rendimiento a 60 frames por segundo y un modo Calidad a 30. En Rendimiento, el acabado visual del juego es absolutamente apabullante (y eso que en esta Preview aún no están activados los efectos más sofisticados, como el ray-tracing). No he percibido apenas problemas con la velocidad, y el diseño y el colorido de los escenarios es tan disfrutable como suele ser habitual en la serie: una miriada de efectos de partículas, agua, barro y arena dándole salero a las pistas (y la pantalla) y un efecto de velocidad muy conseguido, pero que permite a la vez disfrutar de los exquisitos escenarios gracias a una distancia de dibujado espeluznante.
Nos queda, por supuesto, mucho que probar de esta apuesta de Playground Games: habrá que ver cómo se comportan los competidores reales en el mundo abierto y cómo funciona la IA de los rivales, del mismo modo, en la Campaña en los modos más avanzados. De momento, nos ha gustado el sistema de galones que da premios no solo por ganar carreras, sino por conducir bien y bonito, lo que nos permite desbloquear pruebas sucesivas, que aquí, solo en el principio, ya se revelan muy distintas, desde zambullirse en una tormenta demencial a encontrar un Volkswagen Beetle en la selva, puntuado con pruebas que dan variedad al conjunto, como algunas relacionadas con stunt driving que hemos probado.
De momento nos quedamos con los sutiles pero definitivos cambios de estación y bioma que hacen que conducir un mismo coche por entornos distintos obligue a estrategias (y velocidades) muy distintas. Es el principio de un juego que, aunque no parece que vaya a revolucionar la franquicia, sí que parece estar dispuesto a brindarle más variedad que nunca a las partidas.
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