La presencia de Ouya en el E3 encajaba con el estilo de proyecto que encarna. Nada de gran stand dentro del recinto, nada de mega presentación multitudinaria, para probar la Ouya uno tiene que desplazarse hacia un aparcamiento adyacente, donde varios tenderetes y un autobús rodeados de puestos de comida rápida y cojines de colores le esperan.
Se trata sin duda del más mediático representante de una generación de consolas que tiene el precio bajo por bandera y Android más o menos adaptado por sistema. En esa liga encontramos proyectos como M.O.J.O. de MadCatz, Gamestick o Unu (probamos el primero al igual que Ouya, vimos una prueba de concepto del tercero) y una pléyade de actores menores cuyo planteamiento es más "ligero": darte un dispositivo barato capaz de mover Android y enganchar algún dispositivo bluetooh con el que manejarlo, ya sea para ver contenidos tele, leer Xataka o jugar en la tele.
Probando Ouya y M.O.J.O, dos conceptos diferentes de consola Android
Nuestros 20 minutos con Ouya no permiten sacar demasiadas conclusiones. Apenas un par de juegos y mucha conversación con la gente del proyecto de crowdfunding tecnológico más famoso. ¿Impresiones? Funcionar funciona como promete, se puede jugar… y como toda consola dependerá más de los juegos que los desarrolladores pongan sobre la mesa que de sus especificaciones o planteamientos.
Las sensaciones al jugar con Ouya me hacían pensar en un cruce entre volver a tener una Super Nintendo y las tendencias de juegos indies actuales. Moderada potencia gráfica y gran sencillez en los títulos iniciales (por momentos devenida en exceso de simplicidad) era lo que imperaba entre los juegos que pudimos tocar.
Contamos con que tendremos propuestas sobre la mesa más enfocadas a shooters, deportivos y simuladores (aquí Nvidia los está empujando para Android) pero todo dependerá de a quienes son capaces de atraer como desarrolladores y de que cristalicen los esfuerzos de la propia NVidia para llevar el juego en streaming a estos entornos.
El planeamiento de Ouya se aleja del "puro Android de Google" – que permite descargas tanto desde Play Store como desde otras fuentes – para ejercer un filtro de títulos y aplicaciones que estén aprobadas por ellos. De esta forma se pierden muchas apps disponibles para Android – entre ellas muchos juegos y emuladores, con los que habrá que hacer piruetas con los que permiten – mientras que se gana en que lo que se instale tendrá una experiencia aceptable para Ouya… a la vez que estos tienen ingresos extras por su store. Nada de lo que tengamos comprado en Google Play será ejecutable en Ouya.
M.O.J.O por su parte tiene un planteamiento diferente. La idea es que no tendrán tienda de aplicaciones propia y que lo que se pondrá a disposición del usuario será una experiencia Android más convencional: acceso a Google Play y a otras fuentes de aplicaciones. Tendrá su propio interfaz, por supuesto, así como un gamepad especial diseñado por MadCatz, aunque admitirá cualquier periférico vía bluetooth.
M.O.J.O como consola está bastante menos madura que Ouya. El manejo del interfaz a día de hoy es impracticable con el gamepad y nos apoyamos con teclado y ratón para probarlo, algo que tendrán que pulir si quieren que se gane un sitio en el salón de casa. La experiencia jugando a algún título bien diseñado para soportar gamepad era solvente, pero todo lo demás estaba muy verde todavía.
Esta diferencia de planteamiento es muy relevante a la hora de elegir dispositivo. Con M.O.J.O. tendremos acceso a Google Play y muchas aplicaciones que nos den una experiencia pobre ejecutadas en un televisor, pero a la vez cualquier juego que hayamos comprado para el móvil y compatible con gamepad nos va a funcionar. Ahora bien, el producto de Madcatz no contará con ingresos extra por la tienda de juegos, por lo que su precio de salida - todavía no confirmado - es previsible que sea sensiblemente más alto que el de Ouya.
Unu apenas lo pudimos ver simulado, siendo un ejemplo de propuesta típica de desarrollo ligero sobre Android. Un tablet pequeño que quiere hacer las veces de smarttv y de consola, con un interfaz diseñado exprofeso y un mando a distancia con teclado integrado. Si Mojo no parecía listo para salir al mercado, Unu está a años luz (si acaso me recordó a cosas como las JXD pero cambiando el enfoque de portátil por el de tablet).
¿Hay público para las consolas low cost?
El éxito de Ouya en Kickstarter ha abierto un debate ¿y si esta vez la oleada de consolas baratas sí que tiene posibilidades? ¿y si esta vez no ocurre como con tantos intentos tipo Gizmondo y similares?
Uno mantiene dudas respecto a este nuevo intento de consolas independientes de los grandes fabricantes. La primera es acerca del tipo de juegos que tendremos, que en esta primera hornada están siendo los de los dispositivos móviles, y el público y contexto al que pertenecen ¿quiere el perfil de usuario de esos títulos una consola para conectar a la tele? Y, si la quiere, ¿no prefiere en ese momento una experiencia muy superior tipo Wii, Xbox o Playstation dejando los juegos móviles… para el móvil? Podemos pensar en el precio, pero precisamente ahora es cuando más barato está hacerse con una consola de la generación actual de segunda mano.
Estas preguntas cambiarán de respuestas según el catálogo que consigan poner sobre la mesa los Ouya y compañía, pero puestos en la piel del desarrollador, si hay que hacer un juego para Android ¿a qué daríamos prioridad? Probablemente a diseñar el juego pensando en el móvil y no en un tipo de dispositivo que no llega ni al 0.1% del mercado, pero a la vez será interesante observar si surgen cada vez más “middlewares” que permitan desarrollar multiplataforma de forma más eficiente y, por tanto, traer títulos a Android y Ouya a un coste pequeño para el estudio que los realiza.
La otra duda es que la mayoría de lo que ofrecen no es tan complicado lograrlo con un dispositivo de gama alta Android. Uno puede coger su Galaxy S4, conectarlo a la tele y a un gamepad bluetooth y empezar a utilizarlo así: ya tengo una mini consola Android, la mar de portable, bastante potente y con acceso a todos los juegos y apps de Google Play (eso sin olvidarme del mundo de los emuladores).
El caso es que estas nuevas consolas llegarán sí o sí antes de navidades, coincidiendo con el advenimiento de la nueva generación de consolas “clásicas” y compitiendo todas con la Wii U que aumenta catálogo. A su favor juega el precio (Ouya está en preorder en Amazon España por 122 euros), la flexibilidad que otorga Android y el enorme ecosistema alrededor, en su contra las dudas de que el público de sus juegos realmente busque conectarlo a la tele y que, si quiere eso, no lo articule a partir de dispositivos existentes.
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