Los ingenieros y diseñadores de Sony dentro de su división de consolas de sobremesa parece que tenían claro que el disco duro tradicional no tenía que estar presente en la última actualización de la PS3. Con ello hubieran conseguido reducir mucho más su tamaño y consumo.
Sin embargo, esa opción de una PS3 sin disco duro se desechó por el alto precio de los discos SSD con los que quería sustituirse, con el almacenamiento online, la archimencionada nube, también entre las posibilidades. No hay duda de que si lo hubieran hecho, la consola PS3 hubiera dado un importante salto adelante para eliminar el formato físico y basarse en la red y las descargas.
Según se puede leer en una entrevista a Masayuki Chatani, los ingenieros también valoraron la posibilidad de sacar del interior de la consola la fuente de alimentación, pero con ello no conseguían solucionar el problema de tamaño sino que lo exportaban al exterior, como pasa con la Xbox 360 de Microsoft, un suplicio cuando hay que cargar con ella de un lado a otro.
Vía | Electronista.
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