En toda familia que se precie hay alguien destinado a soportar la dura carga de ser el experto de la casa. Lo mismo da que hayas estudiado una ingeniería en Harvard o que te guste trastear un poco con la pasta térmica. Probablemente, si has llegado hasta este artículo serás, como muchos de nosotros, el encargado de todos estos menesteres: desde pasar las fotos del móvil al ordenador hasta abrirlo en canal porque ya no va tan rápido como antes, en 2007, lo que sea.
'PC Building Simulator' se lanzaba a principios de este año y se sumaba al rentable negocio de los videojuegos que emulan trabajos con la premisa de conseguir que los más aficionados a la tecnología pudieran sentirse como auténticos profesionales a cargo de un taller de reparaciones. Por el camino, los jugadores podrían trastear con cientos de productos oficiales que en la vida real cuestan cientos, o miles, de euros.
Para poder probar en condiciones el juego que teníamos delante, tenté a dos amigos con experiencia de sobra en el mundo de los ordenadores, tanto personal como laboral. El objetivo era organizar una disfrutable reunión de colegas con patatas, pizza y algo de bebida para poder afrontar el proyecto que teníamos delante. A estos dos, se sumó un tercero con especial desapego por lo electrónico, no era una cuestión solo de él, realmente cualquier aparato del siglo XX y XXI parecía querer abandonar la existencia entre sus manos.
¿Qué profesional no pone pasta térmica?
Lo cierto es que existe algo magnético en los videojuegos, también en los que la premisa es trabajar fuera del trabajo. Aunque sea bajo tus propias reglas, hay magia al llevar un cargamento a través de la Ruta 66 o al convertir tu granja en el orgullo de Pinypon. 'PC Building Simulator' llegaba a Steam como la posibilidad de “crear y desarrollar tu propio negocio de reparación de ordenadores" en donde aprender a "diagnosticar, arreglar y montar equipos”, un acercamiento prometedor que se convierte en una tarea menos grata de lo que parece incluso para los más amantes del sector.
'PC Building Simulator' recibe a sus compradores con un menú sencillo y sin algarabías: unas pocas opciones técnicas y un rápido acceso a lo importante, trabajar. Cuando inicias el modo carrera, porque tampoco hay otro, apareces en el rellano de una oficina no muy amplia que será el escenario de tus aventuras durante las horas que quieras dedicarle. Con un rápido vistazo se pueden contemplar las posibilidades del juego: armarios de almacenaje en donde guardar las piezas encargadas para agilizar los procesos o una segunda mesa en la que poder operar con otro encargo.
'PC Building Simulator' no es un juego que busque interesar a público multitudinario, o no parece serlo. A pesar de todo, tiene algunas concesiones con el jugador que descolocan un tanto al ojo experto. El recordatorio de poner pasta térmica en el procesador porque al dueño de la tienda para el que trabajas “se le olvida casi siempre” sigue retumbando en mi cabeza. “¿Quién no pone pasta térmica? ¿Qué profesional hace eso?”, exclamó atónito mi amigo Aitor que empezó a trastear con ordenadores desde niño y pasó alrededor de un año en una tienda especializada en tecnología.
Decisiones inconexas
El primer pedido te da de bruces contra la realidad: el juego otorga un feedback irregular al jugador. Cuando inicié la partida por mi cuenta para comprobar que funcionaba correctamente, noté que 'PC Building Simulator' daba por hecho que el usuario sabría cómo actuar ante él, pero lo cierto es que no resulta tan intuitivo como se piensa.
Para comprobarlo dejé que Xabi -que también había tenido sus más y sus menos en el mundo de la tecnología, teniendo que hacer decenas de pedidos y montajes en su antiguo trabajo- jugase por su cuenta y me mordí la lengua para ver si detectaba los mismos fallos que yo. Lo cierto es que mi compañero fue mucho más habilidoso y se hizo pronto con los controles, sin embargo seguía cayendo en el desconocimiento sobre qué había que hacer con el clic izquierdo del ratón para interactuar con las piezas: en ocasiones te pedía que lo mantuvieras apretado o un simple toque bastaba y en algunas otras había que mantenerlo apretado y arrastrar.
El sistema de 'PC Building Simulator' se convirtió en una suerte de prueba y error hasta identificar qué funcionaba con qué. Por ejemplo, para desenroscar los tornillos de la tapa lateral de la caja había que apretar el clic izquierdo, y poco a poco se veía cómo iba saliendo, algo extremadamente satisfactorio, la verdad; pero colocar cables habría funcionado mucho mejor dirigiéndolos uno mismo hacia el puerto adecuado (ya fuera un usb o un cable de alimentación).
Uno de los mayores “conflictos” de la noche fue el hecho de limpiar el polvo de un ordenador, algo clásico y que en las tiendas te lo pueden hacer a fondo por un módico precio. Al contrario que en la realidad, en 'PC Building Simulator' se convierte en un trabajo extremadamente sencillo, pero sin perder un ápice de confusión: seleccionas el aire comprimido, desconectas los cables internos, y con un simple toque prácticamente desaparece del fondo del ordenador y el exterior, en cambio el tema cambia girando un poco la caja. El juego te hace limpiar una a una todas las tapas PCI de la máquina de una forma individual y ortopédica, obligándote a tratar cada una como una unidad y no como un conjunto.
Tras más de dos horas, el sentir generalizado había decaído profundamente: lo que había empezado de forma sencilla terminó tornándose en un ejercicio de responsabilidad en el que apuntábamos las tareas pendientes del día siguiente. “Aplicar pasta térmica, ponerle el disipador, hay que instalarle el 3D Mark y limpiarle el polvo. De acuerdo ese pedido es para mañana”, dijo Aitor decaído. “Se agobia ya hoy por lo que tiene que hacer mañana, qué estrés”, apuntó Xabi entre carcajadas.
Solo por apuntarlo. En un pedido anterior al último, el email había comenzado con un “¿qué clase de empresa del tres al cuarto se olvida de poner pasta térmica en el procesador?”, reclamando -como no podía ser de otra manera- por un servicio gratuito. Efectivamente, al jefe se le solía olvidar ponerla. Lo cierto es que por lo menos el juego tenía sus momentos en los que sabía poner una nota humorística.
Piezas reales, diversión artificial
'PC Building Simulator' es un juego que cuenta con más de una veintena de marcas oficiales de las más famosas del mercado, como Intel, Zotac, Nvidia o Corsair. Todos estos pequeños detalles harán las delicias de los más expertos, en este tipo de juegos siempre resulta más emocionante poder sostener la suspensión de la incredulidad todo lo posible para lograr una inmersión lo más profunda posible.
A pesar de poner todo de nuestra parte para vivir la experiencia, una que en compañía siempre resulta más liviana, el comienzo resulta tedioso por lo repetitivo y la sencillez de las propuestas. La primera veintena de pedidos sirven para familiarizarse con el juego y sus mecánicas básicas, pero es precisamente este primer escollo el que resulta más complicado de soslayar.
No resulta difícil buscarle potencial al juego e imaginar que conforme pasen las horas los clientes ofrecerán un presupuesto ajustado al jugador y unas necesidades que quiera cumplir para que sea el usuario el que tenga que crear el ordenador que como experto va a ofrecer al cliente imaginario. Los vídeos sobre 'PC Building Simulator' ofrecen una buena muestra de cómo pueden acabar esos ordenadores: luces RGB hipnóticas, cajas del futuro y cierto regusto futurístico como el que se puede apreciar en una battlestation.
Sin embargo, como apunta mi amigo Aitor, es un juego “muy nicho”, centrado en aquellos expertos y amantes de la construcción de ordenadores, pero incluso para ellos puede resultar algo “tedioso”. Terminamos la velada intentando engañar al sistema para conseguir animarnos un poco: poner un tarjeta gráfica más barata que la que nos habían pedido originalmente para ganar la diferencia, establecer un disipador más económico… toda clase de tejemanejes para ahorrar un poco de dinero dentro del juego y dinamizar la experiencia. Por supuesto, no nos dejaron llevar a cabo nuestras tropelías como expertos en reparaciones. Una verdadera lástima.
'PC Building Simulator' cumple bien al conseguir transmitir muchas de las sensaciones que puedes tener al montar un ordenador desde cero, pero queda muy lejos de enseñar a “diagnosticar, arreglar y montar equipos”. El gran Fran Pinto, Pinjed, definió así Euro Truck Simulator 2 en Anaitgames: “Se trata de disfrutar el camino, de los cambios climáticos, los paisajes y las variaciones de luz (...) Nos hace viajar de un lugar a otro y gestionar nuestra actividad con un aire indolente y contemplativo, como esos paseos por el bosque, con tu perro olisqueando de arbusto en arbusto, un iPod en la camisa y un bastón improvisado en tu mano”.
Quizás sea porque otros juegos consiguen transmitir más dentro de sus limitaciones, pero las cuatro paredes de Reparaciones Tim dan la sensación -imaginaria sin duda- de ir estrechándose poco a poco en torno al jugador. 'PC Building Simulator' puede ser disfrutable por muchos, no hay duda, pero se olvida del jugador menos especializado que en otros simuladores sí puede hallar motivos para sumergirse en su propuesta. Conducir un camión por las autopistas europeas me enganchó durante más de 50 horas varios años antes de sacarme el carnet, y ni entonces ni ahora me gustaban especialmente los vehículos.
El juego ha sido cedido para la prueba por parte de The Irregular Corporation. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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