Se trataría de una sistema comprensible, por decirlo de alguna forma, de control de acceso a determinados contenidos en la PlayStation 3 y que Sony ha hecho saber al gobierno nipón.
Sony deja caer algo que, con tanta polémica sobre videojuegos violentos, sexistas o pornográficos, precocupa a los padres, asociaciones y gobiernos.
De esta forma, pasa la papeleta a los padres, con lo que quizás estén por el camino correcto para prevenir que los gobiernos sean los que dejen o no vender un título en el mercado.
Vía | joystiq.
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