PlayStation, las consolas de tu vida

Si en los anteriores posts de esta serie dedicada a algunas de las consolas míticas que han pasado por nuestras vidas se os cayó la lagrimita, a ver qué sucede con este que le dedicamos a la PlayStation. Porque quizás no sea una consola que se preste tan facilmente a la nostalgia (a mí es una consola que me encanta, pero no me trae los mismos recuerdos que la Super Nintendo, por ejemplo), pero por ahora sigue siendo la segunda consola de sobremesa más vendida de la historia con algo más de 102 millones de unidades en todo el mundo, solamente superada por su sucesora. Y eso no es moco de pavo.

El hecho de que no me despierte las mismas sensaciones que tengo cuando recuerdo la Super Nintendo (ni peores ni mejores, distintas) puede deberse a muchos factores, pero estoy seguro de que el temporal tiene mucho que decir. Sigo recordando de forma especial las partidas que me echaba al ‘Super Castlevania IV’ o al ‘Super Mario Kart’ de la SNES, pero también es cierto que disfruté como nunca con el ‘Metal Gear Solid’, el ‘Crash Bandicoot’ o el ‘Medievil’, por poner unos cuantos ejemplos de juegos que tenía para la Play.

Tengo que mencionar forzosamente uno de los juegos de esta consola que más me marcaron: el ‘Final Fantasy VII’. De hecho fue la razón de que yo quisiera tener una PlayStation en mi poder a toda costa. No recuerdo exactamente cuándo fue la primera vez que lo vi anunciado ni dónde, pero supe desde el primer momento que quería jugar a ese juego. Y sí, pude acercarme a un Centro Mail y hacerme con la consola más el ‘Final Fantasy VII’.

No lo soltaría hasta casi 60 horas de juego después. Una vez finalizado (y no al 100%, me quedaron algunas misiones secundarias pendientes, como eliminar a un pedazo de robot que se encontraba bajo el mar llamado Arma Esmeralda) recuerdo haber ido a por una vieja cámara de vídeo que teníamos en casa (grababa en VHS, con lo que había que conectarla a un cacharro similar a un vídeo donde se introducía la cinta y que había que llevar colgado del hombro de un lado a otro junto con la cámara), conecté todo el sistema, la puse en su trípode y volví a cargar el último punto de guardado del juego para poder grabar el final y verlo posteriormente cuando me apeteciera. No me preguntéis dónde anda esa cinta ahora…

Sony y Nintendo, lo que no pudo ser

Después de haberme enrollado un poco al hablar de mi relación con la PlayStation (¿os he dicho que la vendí? Pues sí, como ya hice con la Super NES, acabé deshaciéndome de la Play para comprarme la Play 2), vamos a echarle un vistazo a sus comienzos. Unos inicios que tienen que ver con Nintendo.

La compañía ya estaba pensando en el formato que sustituiría al cartucho incluso antes de lanzar al mercado su Super NES. De hecho los primeros intentos relacionados con evolucionar de cartucho a CD se produjeron pocos años después del lanzamiento de la NES, más o menos alrededor del 86, aunque todavía pasaría un tiempo antes de que la cosa empezara a cristalizar.

Este nuevo sistema, llamado SNES-CD, iba a ser anunciado en el Consumer Electronic Show (CES para los amigos) de Mayo de 1991. En el último momento Nintendo decidió echarse a atrás al darse cuenta de que el acuerdo inicial del 88 le daba control total a Sony sobre todos los juegos que fueran lanzados en el formato SNES CD-ROM, así que finalmente el anuncio que realizó la compañía en el CES fue que se aliaba con Philips…

Lo que hizo Sony tras la cancelación de todo acuerdo posible con Nintendo en lo relativo a la creación de este nuevo sistema fue aprovechar lo que habían desarrollado para lanzar al mercado su propia consola, aunque por el camino se las volvieron a ver con Nintendo por temas legales. Finalmente, el 3 de Diciembre del año 1994, se lanzaba en Japón la primera consola de sobremesa de Sony: la PlayStation. Casi un año después, en Septiembre el 95, la consola llegaba a Norteamérica (el día 9) y a Europa (el 29).

Las tripas de la PlayStation

A nivel técnico, y sin ánimo de hacer un repaso exhaustivo, la PlayStation contaba con un procesador MIPS 3000A RISC de 32 bits, 2MB de RAM y una capacidad de cálculo de 30 millones de instrucciones por segundo. Dentro del chip de la CPU encontramos el Geometry Transfer Engine (GTE), un motor encargado de renderizar los gráficos tridimensionales y que era capaz de realizar 66 millones de instrucciones por segundo y de procesar 360.000 polígonos por segundo. Paleta de 16,7 millones de colores y resoluciones que van desde 256×224 hasta 640×480.

Lógicamente para poder leer un CD, ¿qué se necesita? Pues eso, un lector de CDs. En este caso la PlayStation llevaba un lector con una velocidad de lectura de 2x (300 kB/s de transferencia de datos como tope) y era compatible con los formatos CD-XA (donde se usa el modo 2 de grabación, lo que permite ganar algo más de espacio para datos reduciendo la parte de comprobación de errores) y CD-DA.

Gracias a esta compatibilidad con el formado CD-DA la consola no solamente podía ser usada para jugar, sino que era capaz de reproducir CDs de audio. Además ofrecía una serie de funciones que nos permitían escuchar los temas en orden aleatorio, en el orden que nosotros escogiéramos e incluso repetir un tema o todo el disco.

No hemos hablado de las unidades de almacenamiento que usaba la consola para guardar nuestras partidas, algo totalmente imprescindible. Y además hablamos de un sistema que se ha mantenido en posteriores consolas de Sony: la Memory Card. En este caso se trataba de tarjetas de memoria de 128 kB, pero posteriormente se lanzaron otras versiones no oficiales con algo más de capacidad.

Evolución y muerte de la consola

La PlayStation contó con una cantidad exagerada de modelos distintos que sería aburrido repasar, pero hay un par de variantes que me gustaría destacar. Por un lado está la Net Yaroze, una consola que Sony lanzó pensado especialmente en todos aquellos usuarios aficionados a la programación de juegos.

Esta unidad debug, que era de color negro en vez del gris al que estábamos acostumbrados, venía a compañada de una serie de herramientas de desarrollo para que todo aquel que quisiera pudiera programar sus propios videojuegos. Vendría a ser como una especie de mini kit de desarrollo, ya que un kit completo, además de caro, estaba vetado a todo aquel que no hubiera sido validado como desarrollador de videojuegos dentro de la industria.

Por otro lado cabe mencionar la PSOne, una versión rediseñada y económica de su exitosa PlayStation. Era mucho más pequeña que la original, contaba con un nuevo sistema de menús gracias a un lavado de cara de su GUI, añadía protección contra los modchips y venía desprovista de algunos de los puertos con los que contaba la original (paralelo y serie). Fue lanzada en Julio del 2000 y llegó a comerse en ventas a la PS2, la hermana mayor que ya andaba por el mercado desde hacía unos meses.

La PSOne con una pantalla LCD opcional acoplada

Finalmente, en Marzo del año 2006, la producción de la PlayStation cesaba. Casi 12 años de vida y, como decía al principio, más de 102 millones de unidades vendidas. Toda una señora consola.

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