¿Qué pretende Sony con su nueva PS4 Pro? ¿Competirá en los mismos términos con Project Scorpio o es una batalla que Microsoft ya tiene ganada por programar su lanzamiento para 2017? ¿Cambiarán estos movimientos el panorama de consolas más vendidas en todo el mundo?
Con el PlayStation Meeting todavía reciente, es un buen momento de analizar las estrategias de Sony y Microsoft para con sus consolas. Un repaso rápido:
- Sony descataloga la anterior PS4, la sustituye por la conocida como Slim (oficialmente "nueva PS4") y añade a la familia la PS4 Pro, con una GPU el doble de potente que la PS4 original y compatible con reproducción de contenido 4K (asunto aparte son los videojuegos, para los que se hace un reescalado, no es un 4K nativo).
- Microsoft presentó en E3 su Xbox One S, más pequeña y compatible también con reproducción 4K, y nos citaba a 2017 para su Project Scorpio, "la consola más potente jamás creada", en sus propias palabras.
La carrera por la mejor consola
La intención de Sony con sus dos nuevas consolas está clara: prolongar la vida de la actual generación y seguir consolidándose como la reina del salón con valores promocionales como el 4K, la mejora gráfica y el precio (299 euros para la nueva PS4 y 399 euros para la PS4 Pro). Problema número uno: no se trata de un 4K nativo, sino de un reescalado, y aquí Sony lo dejó caer en su evento con la boca pequeña, los usuarios han tardado poco en entenderlo bien y seguramente el valor diferencial de ese 4K acabe perdiendo peso. Como decían los compañeros de VidaExtra, sólo merece la pena una PS4 Pro si tienes o planeas tener un televisor 4K. Y teniendo muy presente que donde más partido le sacarás será con servicios como Netflix, no tanto en los videojuegos (insistimos, es un reescalado, no 4K nativo; ya nos preguntamos hace tiempo si era posible jugar a 4K en una consola por menos de 500 dólares).
Problema número dos: Microsoft vende Project Scorpio como la "mejor consola jamás creada" y todavía está en desarrollo. Parte con una gran ventaja porque Sony ya ha puesto sus cartas encima de la mesa, y, sí, tiene casi el triple de potencia gráfica que la actual Xbox One y Xbox One S (1,3 TF y 1,4 TF, respectivamente, frente a los 4,2 TF de PS4 Pro), pero lo lógico sería que, al menos, esta GPU se iguale en Scorpio, prevista en 6 TF para 2017. Además, está el asunto del 4K nativo, que puede ser una verdadera losa para el usuario medio y avanzado de cara a comprar o no una PS4 Pro. ¿Que el público demanda una consola con 4K nativo para videojuegos? Pues ahí llegaría Scorpio para satisfacer los deseos de los jugadores. El factor tiempo juega a favor de Microsoft en este caso, que se puede preparar mucho mejor y con datos encima de la mesa.
Problema número tres: no es sólo una batalla de hardware, sino de títulos. ¿Quién tiene los mejores exclusivos? ¿Quién tiene una mayor base de usuarios en juegos estrella como un FIFA 17, Call Of Duty o Battlefield? Cada cual tiene sus bazas, pero lo cierto es que esas 40 millones de PlayStation vendidas, frente a las más de 22 millones de Xbox One que se estiman en la cuenta de Microsoft, parecen decantar la balanza del lado de Sony. En este aspecto también es importante señalar que Sony está dando más valor a PS4 permitiendo que los desarrolladores introduzcan mejoras escalables en los juegos, pero también dejando claro que no puede haber una ventaja competitiva entre una PS4 y una PS4 Pro, es decir, que no se permitiría que un shooter funcione en multijugador a 30 fps en PS4 y a 60 fps en PS4 Pro.
Entonces, ¿quién va ganando la carrera por ser la mejor consola? Por tiempo, Sony, pero no es una nueva generación (sigue llamándose PS4 por algo). Por estrategia global, Microsoft tiene una hoja de ruta más prometedora, sobre todo con una muy bien llevada Xbox One S y una Project Scorpio que sí tiene más pinta de nueva generación, aunque poco sabemos por ahora.
¿Y ahora qué?
Estamos a medio camino de este ciclo de generación de consolas y la sensación recurrente del jugador parece ser más bien la de "todavía no hemos visto lo mejor de PS4 ni de Xbox One"; por títulos, por gráficos, por experiencias de juego. Y ahora, con este inciso en el que se actualizan ambas consolas, se dan más argumentos para la PC Master Race.
¿Y qué hay de la realidad virtual? En el evento de ayer de Sony no hubo menciones pero, al mismo tiempo, se espera que sea la PlayStation quien democratice el VR en videojuegos con su headset, tanto por su enorme comunidad de jugadores, como por precio (399 € en Amazon, por ejemplo). Y, mientras tanto, Xbox no tiene novedades en el horizonte, aparte de las esperanzas en Project Scorpio.
Al final muchas de estas preguntas acaban en una: ¿qué consola me compro? Aquí Sony deja claro que también es una empresa que vende televisores y sigue fomentando su ecosistema ideal, ése en el que todos tus gadgets cotidianos llevan su logo (desde la cámara de fotos, pasando por los auriculares o la televisión, hasta llegar al smartphone). En el otro lado, Microsoft intenta mejorar su posición en el mercado de consolas con una estrategia más enfocada a los jugadores, pero en la que muchos echan en falta títulos exclusivos de peso y en la que, de partida, se encuentran en una difícil segunda posición.
Ambas tienen el mismo objetivo, pero están jugando una partida con diferentes tiempos. Y sólo será el tiempo quien determine el ganador.
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