La nueva PS5 Pro llegará en noviembre por 800 euros sin lector
La promesa es que no tendremos que elegir entre modos visuales y de rendimiento, pero la sensación es que mi PS5 ha sido desaprovechada
Bueno, pues ya está. Tras muchos rumores, tenemos nueva consola de Sony: PlayStation 5 Pro. No nos ha pillado de nuevas, ya que la semana pasada a la propia compañía japonesa se le escapó el diseño de su nueva máquina y hace unas horas Sony anunció la celebración de una "presentación técnica" de PlayStation. Y ya conocemos todos los detalles de PS5 Pro.
Mark Cerny, arquitecto de las últimas consolas de Sony y uno de los mejores técnicos de la industria, ha sido el encargado de la misma. Lo cierto es que no se ha andado por las ramas a la hora de desgranar las especificaciones de la consola, ya que un evento de nueve minutos en los que ha contado todo lo que tenía que contar sobre la nueva PS5 le ha bastado. Pero yo, como entusiasta de las consolas, estoy un poco desencantado.
Tengo PS5 -y Xbox Series X- desde el mismo día de lanzamiento y esta generación, por primera vez, no he sentido ningún cambio generacional respecto a las anteriores. Y, ahora, tenemos una PS5 Pro que hace que me pregunte… ¿era necesaria cuando siento que la mía está desaprovechada?
Antes de nada, así es PS5 Pro
Aunque ya hemos publicado información sobre las capacidades técnicas de la consola, y en el vídeo compartido por Sony se han condensado muchos detalles, vamos a repasar los puntos clave de la nueva PS5 Pro al margen de la mejora de almacenamiento a 2 TB:
- Mejora en la GPU con una velocidad de renderizado un 45% superior a la de PS5 base.
- Mejoras en raytracing para doblar o triplicar el rendimiento en algunos casos.
- PlayStation Spectral Super Resolution, o PSSR. Es el escalado de imagen mediante IA que permite ofrecer una salida a una resolución altísima sin comprometer el rendimiento.
Lo que Sony promete es que podremos jugar en PS5 Pro sin necesidad de elegir entre modo fidelidad gráfica o rendimiento. Es decir, tendremos las ventajas visuales de los modos de fidelidad visual, pero con las mejoras de jugabilidad que otorgan las altas tasas de refresco del modo rendimiento. Un ejemplo es 'Gran Turismo 7', que contará con raytracing a la vez que mantiene una alta resolución y 60 frames por segundo. O 'The Last of Us Parte 2' con la calidad visual del... 'Modo Calidad', pero con una mejora tasa de FPS. Y eso se aplicará en juegos seleccionados compatibles.
Son características que evidencian que estamos ante una nueva consola de paso antes de la siguiente generación, pero aunque hay elementos de esa lista que llaman mucho mi atención (como ese PSSR del que ahora hablaremos y que creo que será su punto más fuerte), la presentación me ha dejado frío.
Sobre todo al final con el precio de 800 euros y sin lector. Pero ese es otro tema.
Una generación extraña (y desaprovechada)
Lo cierto es que Sony y Microsoft tuvieron muy, pero que muy mala suerte con la fecha de lanzamiento de las consolas actuales. Lanzadas en noviembre de 2020, las dos consolas se enfrentaron a una crisis doble: muchos países seguían en alerta por la crisis del COVID-19 y eso implicó que la industria y las vías comerciales no habían vuelto a la normalidad. Una de esas industrias que colapsó fue la de los microchips.
Los fabricantes tenían un cuello de botella bestial a la hora de entregar chips porque todos los dispositivos necesitan uno y, claro, hay que priorizar entre los coches, teléfonos móviles, consolas, cámaras y otro tipo de dispositivos del día a día que, como decimos, también utilizan un procesador. Eso provocó una escasez de consolas que, sobre todo, se notó en el caso de PS5.
Básicamente, no había consolas y la especulación estaba a la orden del día. La falta de stock provocó que la situación en la consola de Sony no mejorara hasta entrado el 2022. ¿Y por que cuento todo esto? Porque como al principio no se vendieron las consolas esperadas, Sony y Microsoft se vieron obligadas a alargar la vida de consolas de las que tenían stock de sobra: PS4 y PS4 Pro por el lado de Sony; Xbox One y Xbox One X por el de Microsoft.
Prácticamente todos los juegos (con excepciones al comienzo de PS5 como 'Demon's Souls') salían para las consolas anteriores, y eso fue el primer factor que hizo que no sintiera que las nuevas consolas eran necesarias en absoluto. Sí, evidentemente mostraban más resolución, mejores efectos y el uso de un SSD mejoraba mucho la experiencia, pero si tenías una consola anterior, podías disfrutar del 99% del catálogo de la 'nueva' generación.
De hecho, esto fue tan importante que obligó a Sony a cambiar sus planes. En la presentación de Xbox, Spencer confirmó que ya no creían en generaciones y ese planteamiento de todos los juegos para todas las consolas de Xbox era su apuesta. Sony, por el contrario, afirmó en la presentación de PS5 que sí creían en generaciones y que PS5 sería distinta a PS4. Si querías los nuevos juegos, tendrías que tener una PlayStation 5.
Como venía diciendo, los planes por la rotura del segmento de los microchips obligó a trastocar los planes y Sony reaccionó como pudo. Juegos que ya estaban siendo desarrollados pensados únicamente para aprovechar PS5 -'Ratchet & Clank: una dimensión aparte' o 'Returnal'- se lanzaron únicamente en PS5, pero títulos que no hacían un uso tan crucial del SSD de la consola -'Spider-Man Miles Morales', 'Gran Turismo 7', 'Horizon Forbbiden West' o 'God of War Ragnarok'- también llegaron a PS4. Y a PC.
Sí, los he jugado en PS5 y los he disfrutado porque se ven genial, pero volvemos a lo de antes: podría haberlos jugado y disfrutado en mi vieja PS4 Pro. Y me estoy centrando en los juegos creados por la propia Sony, pero en el segmento third party, el guión era exactamente el mismo. Y, de nuevo, tiene lógica porque la base instalada de PS4 era enorme, pero mi sensación es que las desarrolladoras no han explotado todo lo que las nuevas consolas pueden ofrecer.
Es ahora con títulos como ‘Alan Wake 2’ o ‘Black Myth: Wukong’ cuando de verdad estoy sintiendo que las desarrolladoras están exprimiendo la potencia de las nuevas máquinas. Con esos dos juegos (y alguno más como el reciente ‘Warhammer 40.000 Space Marine 2’) sí tengo la sensación de que se trata de juegos imposibles para Xbox One X o PS4 Pro. Y justo cuando comienzan a llegar esos títulos que aprovechan las bondades del nuevo hardware, Sony anuncia una PS5 Pro.
La IA avanza a pasos agigantados
Ahora bien, pensándolo en frío, hay un motivo que hace que, desde el punto de vista tecnológico, una PS5 Pro tenga sentido. Las consolas son hardware cerrado y, hasta la generación de Xbox 360 y PS3 -incluidas-, ese hardware estaba diseñado por la propia compañía -Sony en el caso de las PlayStation- o por socios del mundo del PC, pero con órdenes concretas y diseños únicos para las consolas.
Microsoft no fabricó la GPU y CPU de Xbox 360, pero dio indicaciones a AMD e IBM para crear un sistema complejo y muy bien optimizado. Y, con las generaciones anteriores, más de lo mismo. Eso implicaba que los primeros juegos marcaban un salto generacional con los últimos de la generación anterior por potencia bruta, pero a medida que los desarrolladores iban desentrañando los misterios del hardware, éste se podía exprimir mucho más. Un ejemplo es 'Uncharted': el primero no tiene nada que ver con el tercero. O, incluso, con 'The Last of Us'.
Quizá, la primera Xbox era la más parecida a un PC y eso hizo que los desarrolladores, que conocían la plataforma al dedillo, pudieran sacarle mucho partido. Con la llegada de Xbox One y PS4, las dos grandes compañías enfocaron sus consolas precisamente a eso: hacer que fueran… un PC, pero con una caja distinta y un sistema operativo propio.
Eso tuvo cosas buenas y malas. La buena es que desde el comienzo de la generación anterior vimos títulos imponentes visualmente, como ‘Ryse son of Rome’ o ‘The Order 1886’. Y también se ha visto una evolución hasta ‘Red Dead Redemption 2’, por ejemplo. La mala es que los desarrolladores llegaron al techo del hardware muy pronto. Y eso es lo que ha ocurrido con las actuales consolas pero mientras éstas pueden haberse quedado cortas rápidamente (con desarrolladores que, en muchas ocasiones, no optimizan lo que deberían), el PC ha seguido avanzando.
AMD y, sobre todo, Nvidia, han lanzado nuevas GPU cada año. Y aquí ya no hablamos sólo de potencia brutal, sino de tarjetas gráficas que cada generación implementan nuevos sistemas de inteligencia artificial. El más conocido es el DLSS, el escalado que utiliza machine learning para ofrecer una resolución de salida muy alta cuando la resolución nativa es bastante inferior. Es algo que ha mejorado muchísimo con la última generación y, además, ahora tenemos hasta generación de frames por inteligencia artificial.
Las consolas actuales tienen una plataforma de última generación de AMD y se pueden aplicar técnicas de reconstrucción de imagen, pero el problema es que el PC ha avanzado tanto que estamos viendo diferencias abismales en resolución y rendimiento en juegos de última generación entre las consolas y los ordenadores.
Los mencionados 'Alan Wake 2', 'Black Myth: Wukong' o 'Spacial Marine 2' son tres ejemplos, pero también el veterano 'Cyberpunk 2077'. Todos ellos van a una resolución mucho mayor en PC, con un rendimiento superior y con, por ejemplo, técnicas de sombreado más vistosas. Las consolas, al no ser actualizables -el hardware-, pueden llegar a cierto nivel mediante actualizaciones de software, pero más allá de eso, no pueden mejorar.
De ahí que considere que el PSSR sí puede ser la herramienta de Sony para ponerse a la par con los PC de última generación y, aunque me fastidie decirlo porque sigo considerando que Xbox Series X y PS5 no han sido aprovechadas, es un motivo interesante para lanzar una nueva consola.
Evidentemente, también está el punto de impulsar las ventas del hardware gracias a un nuevo modelo, aunque a 800 euros... no sé si se conseguirá.
¿Mitad de generación?
Una vez me he desahogado, voy con un pensamiento más analítico: ¿cuánto queda para la siguiente generación de consolas con la PS6 y una nueva Xbox? Es algo complicado de predecir, pero veamos el tiempo transcurrido entre las consolas de anterior generación y sus revisiones… hasta el lanzamiento de las consolas actuales:
|
lanzamiento |
Lapso |
---|---|---|
Xbox One |
22 de noviembre de 2013 |
- |
Xbox one x |
7 de noviembre de 2017 |
4 años |
Xbox Series X |
5 de noviembre de 2020 |
3 años tras One X |
ps4 |
15 de noviembre de 2013 |
- |
PS4 Pro |
10 de noviembre de 2016 |
3 años |
ps5 |
12 de noviembre de 2020 |
4 años tras PS4 Pro |
ps5 pro |
7 de noviembre de 2024 |
4 años tras PS5 |
Así, deberíamos ver una PS6 en tres o cuatro años a partir de aquí, pero como digo, es algo muy complicado de adivinar y puede que el mercado o las necesidades técnicas empujen a las compañías a adelantar o atrasar sus planes.
Además, algo que también es extraño es que, tanto Xbox como PS5 han subido de precio a medida que avanzaba la generación. Dos veces en el caso de la máquina de Sony. Tradicionalmente, lo que hacían las compañías era bajar el precio de las máquinas a medida que los costos de desarrollo se abarataban para llegar a más usuarios. Esta generación vimos un aumento de precio de los 499,99 euros de Xbox Series X a unos nuevos 549,99 euros en agosto del año pasado.
En el caso de PS5, Sony aumentó el precio de PS5 otros 50 euros menos de dos años después de su lanzamiento. Y, este año, el precio en Japón aumentó otros casi 80 euros al cambio. Es una situación extrañísima que, según la compañía, responde al valor actual del yen y la situación económica global.
La apuesta de mitad de generación de Microsoft
Y no quiero despedirme sin echar un ojo a Xbox. Microsoft ahora mismo tiene una estrategia de hardware que, como jugador, no entiendo muy bien. Lanzan todos sus juegos en PC y hemos visto movimientos arriesgados últimamente con el cierre de estudio, pero sobre todo con las nuevas consolas de la compañía.
En el no-E3 celebrado en junio, Xbox anunció tres nuevas consolas. Por un lado, una Series S con el doble de almacenamiento. Por otro, una Xbox Series X como la actual, pero también doblando la capacidad de su SSD. Y la que realmente es nueva: una Xbox Series X All Digital con 1 TB de SSD, pero sin lector de discos. Es una decisión rara porque siendo 100% digital, le vendría muy bien esos 2 TB de su hermana con lector, pero bueno.
Ninguna mejorará en potencia a la versión actual y es una decisión totalmente opuesta a la de Sony con su PS5 Pro. ¿Se animará ahora Microsoft a lanzar una consola con más potencia para seguir reinando en este aspecto?
Esta ha sido mi reflexión sobre PS5 Pro, pero antes de despedirme, me gustaría decir que si te decides por la nueva consola de Sony, espero que la disfrutes muchísimo. Seguro que es una muy buena consola con unas capacidades para los juegos superiores a las vistas en PS5, pero en esta ocasión, y habiendo tenido todas las consolas de las últimas generaciones, este modelo lo veré desde la distancia.
Y, mientras tanto, Nintendo a su bola con Nintendo Switch 2.
En Xataka | El fracaso del último juego de PlayStation: cuando todo lo que puede salir mal, a Sony le sale mal
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