Jugar a un videojuego antiguo es posible pero a veces es difícil, requiere el hardware original y en algunos casos volver a encontrar la plataforma y el formato físico original no está al alcance de todo el mundo. Gracias a las consolas virtuales o los emuladores podemos disfrutar de ellos de forma sencilla pero con los títulos más modernos está ocurriendo un problema nuevo: sus funciones online.
Pensad en juegos recientes que tienen conectividad online, bien porque hay opciones multijugador o porque tienen alguna llamada a un servidor para funcionar. Dado este panorama, la Electronic Frontier Foundation (EFF) quiere que nosotros, como jugadores, podamos seguir disfrutando de ellos una vez sus creadores decidan cerrar sus servidores.
Un modo offline para preservar los juegos
Para ejemplificar este caso tenemos juegos como Mario Kart para Nintendo DS o Super Smash Bros. para Nintendo Wii. Hace poco la compañía de Kyoto anunció el cese del servicio de los servidores online de ambas consolas lo que impedía, de primeras, disfrutar de los modos que requerían tener conexión a internet.
La comunidad por su cuenta se ha movido: ha logrado encontrar formas para crear servidores paralelos y redireccionar las conexiones que realiza el juego y poder seguir disfrutando de los modos online o de aquellos que requieren una verificación previa, lo que se conoce como “call to home”.
La EFF esgrime un par de argumentos para defender su iniciativa. Por un lado el valor histórico para conservar los videojuegos lo mejor posible y no encontrarnos con una colección de juegos modernos que son inútiles debido el requerimiento de conexiones que condicionan el acceso completo o parcial al contenido.
Por otro tenemos a los jugadores y su derecho a seguir disfrutando de los juegos sin tener que hacer modificaciones por su cuenta. A esto además hay que sumarle el auge de las ventas en digital y el eterno dilema de a quién pertenece el contenido que descargamos.
La propuesta de la EFF ya está sobre la mesa y ahora queda por ver si la industria se moviliza para buscar soluciones. En un momento donde cada vez más juegos usan servicios online, es una buena idea plantearse lo que implica y las dificultades de cara a archivar y preservar su contenido.
Vía | Ars Technica
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