Hace un par de semanas os ofrecíamos el primer post de una serie en la que vamos a hacer un repaso de las máquinas recreativas que, por uno u otro motivo, han marcado un hito en la historia de la tecnología.
Partíamos de los orígenes más remotos, las máquinas arcade que nuestros abuelos veían en ferias hasta llegar a los años 70. Tras unos comienzos bastante tímidos, Atari lanza Pong y el mundo de los videojuegos conoce su primera gran época dorada. Dos años después y mientras compañías a lo largo y ancho del mundo tratan de replicar el éxito de Pong en versiones domésticas, Atari alcanza un nuevo Hito: Tank.
Tanques con memoria
Tank no tuvo ni mucho menos el éxito comercial de Pong, pero es importante por otra cosa. Fue el primer videojuego en utilizar memoria para gráficos.
El juego fue desarrollado por Steve Bristol y Lyle Raims. Ambos no trabajaban directamente para Atari, sino para una subsidiaria llamada Kee Games que la propia Atari había creado para esquivar los acuerdos de exclusividad que demandaban algunos clientes en sus juegos. Durante todo 1974, Kee comercializó diversas copias y versiones de Pong y juegos propios como Track 10, uno de los primeros títulos de carreras.
Gran Track 10 utilizaba una especia de forma de memoria basada en diodos que Kee Games desarrolló más profundamente en Tank. El juego es el primero en utilizar memoria ROM para gráficos. Concretamente se usaba para mantener la imagen distinta de cada tanque en el juego.
Tank tuvo tanto éxito que salvó a Atari de caer en la bancarrota. Poco después de su lanzamiento, el público descubrió que Kee era subsidiaria de Atari y ambas se fusionaron.
Gun Fight y los procesadores
Llegamos a 1975. Atari lanza un juego de conducción que hoy en día apenas luce mejor que uno de los test psicotécnicos que se hacen para el carnet de conducir. El juego se llamaba Hi Way (HighWay en Europa) y tiene la particularidad de ser el primero en introducir un asiento para que el jugador sintiera más realismo en la conducción. La cabina con asiento no salió del mercado americano.
Seguimos la trayectoria del año con juegos como Indy 800, versión para ocho jugadores simultáneos del Gran Track original. Con todo, el protagonismo del panorama de recreativas este año se lo lleva Midway con el lanzamiento de Gun Fight.
Gun Fight es importante por varios motivos. Fue el primer juego en incorporar personajes humanos reconocibles (aunque fueran rudimentarios). También fue el primero en enseñar la imagen de un arma en la pantalla y el primero en ser licenciado por otra compañía. El juego original se llamaba Western Gun y lo creó el japonés Tomoshiro Nishikado para Taito. Fue esta compañía la que lo lanzó en Europa y Japón, mientras que Midway lo licenció para territorio americano.
Por si no fuera bastante con estos hitos, Gun Fight fue el primer videojuego en utilizar un microprocesador. La versión original de Nishikado se basaba todavía en transistores utilizados como puertas lógicas. Gun Fight fue desarrollado por David Nutting. Este diseñador industrial logró convencer a Intel para ser una de las primeras cincuenta personas en recibir un kit de desarrollo del procesador Intel 8080.
Nutting ya había utilizado con éxito el procesador en un Pinball de la casa Bally para la que trabajaba y decidió volver a intentarlo, esta vez para un videojuego. La aplicación fue un éxito que revolucionó el mercado de recreativas para siempre. Gun Fight engendró no pocas versiones cuya dinastía llegó hasta el Commodore 64. El juego también cambió la manera de diseñar recreativas, dando lugar a una nueva generación de juegos como el mítico Space Invaders, pero esa es otra historia.
En Xataka | Recretivas míticas I: De Zoltar a Pong
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