Si todo hubiese ido según lo previsto hoy ya estaríamos jugando a 'Final Fantasy VII Remake', puede que ya hubiésemos terminado 'The Last of Us 2' y estaríamos mirando por el rabillo del ojo el lanzamiento de 'Cyberpunk 2077' y 'Marvel’s Avengers'. Estaríamos en un universo alternativo mucho más apetecible que el actual.
Como la riada que arrasa con todo y deja más de un coche panza arriba, la llegada de la nueva generación de consolas parece haber sido el detonante de un diluvio que nos ha dejado un inicio de 2020 bastante pobre. Si hay una lógica comercial detrás de estos retrasos, o si es algo que hayamos vivido con anterioridad, es precisamente lo que nos hemos planteado descubrir.
Un cambio de generación marcado por los retrasos
‘Dragon Ball Z Kakarot’ en enero y ‘Dreams’ en febrero son los dos únicos bombazos de gran envergadura que hemos recibido hasta ahora. De hecho, el segundo no habría ni que contarlo teniendo en cuenta que lleva meses en Acceso Anticipado. El resto de títulos que planeaba alegrarnos no sólo el inicio de siglo, también el final del anterior, parecen haberse escondido bajo una piedra a la espera de tiempos mejores.
De estos últimos, aunque algo más olvidados pero igualmente importantes, vienen lanzamientos previstos para finales de 2019 que finalmente se fueron al horizonte de 2020. 'Watch Dogs Legion', 'Gods & Monsters' y 'Rainbow Six: Quarantine', todos de Ubisoft, se subieron a una ola que los movería de un año a otro, provocando además la mayor caída en bolsa de los galos desde hace seis años.
Con PS5 y Xbox Series X a la vuelta de la esquina, las malas lenguas no tardarán en afirmar que la estrategia detrás de todos estos cambios está en intentar rascar más del impulso de la nueva generación. Y lo cierto es que, con la promesa de la retrocompatibilidad en mente, prometida al menos en los casos del salto de PS4 y Xbox One a sus respectivas nuevas versiones, no parece descabellado.
Una buena forma de comprobar si es una de esas estrategias que el tiempo ha borrado de nuestra memoria está precisamente en mirar atrás. Comprobar si en anteriores saltos generacionales vivimos situaciones similares y cómo Microsoft y Sony abordaron el cambio de una consola a otra.
Lo que ocurrió en el salto de Xbox a Xbox 360
Corre el año 2005 y, pese a los rumores de cambio, no será hasta mayo que conoceremos el futuro lanzamiento de Xbox 360 en la MTV -fíjate tú si ha llovido-. A principios de verano el E3 sirve para vestir el catálogo de la nueva consola y, hasta que se lance a finales de noviembre de ese mismo año, los jugadores de Xbox tienen por delante una colección de novedades que no es poca cosa.
Microsoft nos tenía preparado el ‘Jade Empire’ de Bioware para abril e iniciaba la saga ‘Forza Motorsport’ en mayo. Por si eso fuera poco también celebraba el lanzamiento exclusivo para consolas de 'Doom 3' en abril y el port de 'Half-Life 2' a mediados de noviembre. Por si el asunto se quedaba corto, también se encargó de llevar el recopilatorio de 'Ninja Gaiden Black' de forma exclusiva a su máquina. Dos grandes lanzamientos propios y otras tres exclusivas de gran calibre para consola.
Por otro lado, es el año de lanzamiento de juegos míticos third party de la talla de ‘Burnout Revenge’, ‘Psychonauts’ o ‘The Warriors’, uno de los últimos grandes experimentos de Rockstar. No puede decirse que fuese un año flojo. En comparación, 2004 había sido el año de ‘Halo 2’, ‘Ninja Gaiden’ y el primer ‘Fable’ en materia de exclusivos.
Lo que ocurrió en el salto de PS2 a PS3
Saltando a un año después de todo aquello, en noviembre de 2006, tendríamos la oportunidad de echarle el guante a PS3, el relevo de la exitosa PS2. ¿Cómo se portó Sony en aquella transición?
No puede decirse que mal, pero más por la ayuda de terceros que por haber puesto suficiente chicha en el asador. Viviendo de las rentas del primer 'God of War' y 'Shadow of the Colossus', ambos lanzados en 2005, fueron los acuerdos y exclusivas con otras compañías las que acompañaron a PS2 durante su recta final.
A esos acuerdos -o más bien a la falta de ellos con su competencia- le debemos la revisión de ‘Metal Gear Solid 3’, ‘Kingdom Hearts 2’ o ‘Final Fantasy XII’, además de rarezas y juegos de culto de la talla de ‘Okami’ o ‘We Love Katamari’. Cero preocupaciones sobre la falta de juegos de Sony sumando además títulos no exclusivos como ‘Bully’ o ‘Guitar Hero’.
De PS3 a PS4 y de Xbox 360 a Xbox One
Pero no saltemos a la actualidad todavía. Primero pongamos 2013 en el radar y viajemos hasta el último cambio generacional que hemos vivido. Por ser más reciente, tal vez sea de más ayuda comprobar hasta qué punto los juegos intergeneracionales, aquellos destinados a lanzarse en esta generación y en la siguiente, modificaron en cierta medida los planes de Microsoft y Sony.
A diferencia de lo ocurrido en el salto anterior, aquí era Microsoft la que ya estaba a otra cosa, y es que el único exclusivo con cara y ojos de los de Redmond al que podemos agarrarnos es ‘State of Decay’. Lanzado durante el verano y llevado después a Xbox One, es el único brote verde en un descampado que se había encargado de barrer la nueva consola.
El resto son juegos que siguieron su curso natural de lanzamientos y llegaron a mediados de la primera mitad de año o coincidiendo con la campaña navideña. A 2013 le debemos bombazos como, ‘Bioshock Infinite’, ‘XCOM’, ‘GTA V’, el inicio de la nueva trilogía de ‘Tomb Raider’ y la llegada de ‘Battlefield 4’. De todos ellos, sólo este último buscó un lanzamiento casi simultáneo en ambas generaciones -octubre en el caso de PS3 y Xbox 360, noviembre en el de PS4 y Xbox One-.
Con versiones también para PS3, Sony sí supo acompañar todos esos lanzamientos de un calendario propio bastante más amable con el jugador de su consola. En enero los jugadores occidentales recibíamos 'Ni no Kuni' y, para calentar de cara al lanzamiento, PS3 daba los últimos coletazos con tres recomendables rarezas: ‘Puppeteer’ en septiembre, ‘Rain’ en octubre y ‘Resogun’ en noviembre con un lanzamiento simultáneo en ambas consolas.
Sin embargo, tal y como ocurrirá este año, la consola se despedía de su público por todo lo alto con el lanzamiento de ‘The Last of Us’, convertido en el juego estrella de ese verano. Un año después se lanzaría ‘The Last of Us Remastered’ para PS4, evidenciando con ello el cambio más significativo al que nos enfrentamos ahora.
La guerra de la retrocompatibilidad
Durante gran parte de esta generación Microsoft y Sony se han distanciado con su estrategia respecto a la mirada al pasado. Con Xbox One habilitando el uso de discos de Xbox 360 e incluso la primera Xbox, así como la posibilidad de descargar y jugar los que ya hubieses adquirido en versión digital.
No ha sido una retrocompatibilidad 100%, sino que era la propia Microsoft la que mes a mes iba anunciando qué nuevos juegos se irían sumando a ese catálogo. Uno que echó el freno a mediados de 2019 alcanzando la cifra de más de 600 títulos retrocompatibles.
La visión de Sony, en cambio, invitó a pasar por caja con remasterizaciones como la citada de ‘The Last of Us’ u otras como ‘Shadow of the Colossus’. Para comprobar hasta qué punto le funcionó la idea a nivel comercial, sólo hay que echar un vistazo a los números de su versión física.
Que lo que ya vendió bien en su día puede volver a hacer buenos números es evidente, pero más allá de los ingresos generados por Sony con este movimiento, no ayuda a ver mejor el porqué de todos los retrasos que hemos venido viviendo este año.
Con la promesa de la retrocompatibilidad en la nueva generación entre los juegos de Xbox One y los de Xbox Series X, y una situación similar en el caso de PS4 y PS5 con flecos aún por confirmar, ¿están retrasando sus juegos las third party para intentar rascar ventas de una y otra consola con una misma edición?
Para ello habría que conocer de primera mano cuáles son los planes exactos de Microsoft y Sony. Y es que pese a que sabemos que esa posibilidad está sobre la mesa, aún no sabemos hasta qué punto o de qué forma se materializará. Lo que sí podemos ver es qué bien, o mal, le sentó una nueva generación a los juegos intergeneracionales.
Las ventas provocadas por un salto generacional
Agarrémonos a un juego que lo tenía todo de cara para funcionar bien. ‘Battlefield 3’ venía de colocar 7,35 millones de copias en Xbox 360 y 7,21 millones en PS3. Ambas versiones lanzadas en 2011. Esto es lo que ocurrió con la llegada de ‘Battlefield IV’ y su lanzamiento casi simultáneo en ambas generaciones.
Una venta combinada de 7,58 millones de unidades entre PS3 y PS4 frente a una mezcla que se quedó en 5,63 millones en el de Xbox 360 y Xbox One. Más allá del batacazo de Xbox, que no vivió su mejor momento durante los primeros meses de One, otros juegos similares, incluso meses después de su lanzamiento inicial, arrojan que el cambio de generación suele sentar bastante bien a sus ventas.
Las 610.000 copias de Rayman Legends en PS3 se convirtieron en 1,50 millones en PS4 cinco meses después. 'Tomb Raider' saltó de 2,51 millones en PS3 a mediados de 2013 a 1,51 millones con su Definitive Edition en enero de 2014. Incluso asomarse a un pozo como el de 'GTA V', que venía de vender 36,18 millones de copias físicas entre las versiones de PS3 y Xbox 360 consiguió sumar otros 28,11 millones en su salto generacional.
2020, otro año muy prometedor
En comparación, y centrándonos únicamente en los juegos confirmados por Microsoft y procedentes de estudios internos, recuperando la pregunta inicial toca ver qué recibirán las plataformas de Xbox de forma exclusiva. En total, siete juegos en 2020:
- 'Battletoads'
- 'Bleeding Edge'
- 'Gears: Tactics'
- 'Grounded'
- 'Halo Infinite'
- 'Microsoft Flight Simulator'
- 'Ori and the Will of the Wisps'
Por su parte, siguiendo con la comparativa de Microsoft y para que sirva de referencia, estos son los juegos que Sony, sus estudios y los distintos acuerdos con third parties, planean llevar a PS4 este 2020.
- 'Dreams'
- 'Final Fantasy VII Remake'
- 'Ghost of Tsushima'
- 'Iron Man VR'
- 'Nioh 2'
- 'Persona 5 Royal'
- 'The Last of Us 2'
Podría decirse que la despedida de PS4 y Xbox One le da sopas con hondas a las anteriores generaciones. Y eso sin contar todos los indies que alargarían de forma brutal esas listas y, por supuesto, todos los juegos que están por anunciar y contarán con versiones para las consolas actuales.
Por último, teniendo en cuenta que los catálogos iniciales de las consolas casi nunca han sido una fuente de lanzamientos que se siguen valorando con el paso del tiempo -pocos se acuerdan ya del 'Ryse' de Xbox One o el 'Killzone Shadowfall' de PS4-, que las third parties busquen en esa prometida retrocompatibilidad la oportunidad de ser el juego estrella de lanzamiento de PS5 y Xbox Series X no parece descabellado. A fin de cuentas suena mucho más apetecible iniciar la generación con ‘Cyberpunk 2077’ que con un hipotético ‘Knack 3’.
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