Desde Steam han confirmado que no podemos dejar nuestra cuenta de Steam en herencia
Contractualmente, tampoco podemos revelar nuestras credenciales a otra persona
¿Qué será de tu cuenta de Steam cuando ya no estés en este mundo? ¿Qué pasará con todos esos juegos que reclamaste gratis en una oferta de vete-a-saber-dónde y que nunca has llegado a jugar? ¿Quién presumirá de haber invertido más de mil horas en 'Factorio'? Pues no lo sabemos. Lo que sí sabemos es que Valve ha confirmado que tu cuenta de Steam no se puede dejar en herencia.
Tu cuenta es tuya y solo tuya. La noticia ha saltado después de que un usuario publicase en el foro ResetEra una respuesta del soporte de Steam. El usuario pregunta que "no tengo planes de morir en el corto plazo, pero cuando lo haga, ¿podría transferencia la propiedad de mi cuenta vía herencia?". La respuesta del soporte de la plataforma ha sido la siguiente:
"Desafortunadamente, las cuentas y juegos de Steam no son transferibles. El soporte de Steam no puede darle acceso a alguien a la cuenta o combinar sus contenidos con los de otra cuenta. Lamentamos informarte de que tu cuenta de Steam no puede ser transferida vía herencia".
Pero... ¿cómo lo van a saber? Esa es una muy buena pregunta. A priori, Steam no limita desde dónde puedes acceder a su plataforma ni tiene por qué saber que el usuario original ha fallecido. De hecho, si le dejas tu cuenta de Steam a un amigo lo único que tiene que hacer para acceder es pedirte el código de Steam Guard (a.k.a. 2FA). Nadie tiene por qué saber que no eres tú quién está jugando, más allá de que una cuenta con 150 años de antigüedad seguramente no se vea todos los días.
La cosa es que, si nos ponemos técnicos, esto incumpliría las políticas de Steam.
Recuerda: tienes un contrato. No puedes transferir tu cuenta a otra persona vía herencia, pero nada impide que en tu testamento (o en un Post-it, eso da igual) dejes tus credenciales apuntadas para el futuro heredero. Sin embargo, si miramos el acuerdo de suscriptor de Steam, es decir, ese acuerdo de 10.081 palabras y 27 páginas que todos hemos leído a conciencia y firmado sabiendo lo que ponía, veremos que el apartado 11, punto C, expone lo siguiente:
"No debe revelar, compartir ni permitir de ningún otro modo que otros usuarios utilicen su contraseña o cuenta, excepto si Valve lo autoriza expresamente [...]
[...] Su cuenta, incluida toda información vinculada a ella (p. ej. datos de contacto, datos de facturación, historial de la cuenta y suscripciones, etc.), es estrictamente personal. Por lo tanto, no tiene permiso para vender su cuenta, cobrar a terceros por el derecho de usarla ni transferirla de cualquier otro modo; tampoco tiene permiso para vender sus suscripciones, cobrar a terceros por el derecho de usarlas ni transferirlas, excepto en los casos que queden expresamente permitidos en este acuerdo (incluidos los términos de suscripción o las normas de uso) o cuando Valve lo autorice específicamente" .
Dicho en pocas palabras. Realmente no estamos autorizados a revelar las credenciales de nuestra cuenta. Nos llevamos todas nuestras valiosas... ¿pertenencias? a la tumba. No sucederá lo mismo con los juegos físicos, que sí podrán ser heredados por nuestros descendientes. Ojalá estar presente cuando mis nietos hereden mi 'Pro Evolution Soccer 6' y no sepan ni qué es un disco.
Realmente, es un debate interesante. Todavía hay mucho que hacer en materia de propiedad y herencia digital. Gran parte del contenido que "poseemos" actualmente es digital, online y está ligado a una cuenta que, probable y contractualmente, no podamos transferir. Pensemos no solo en la cuenta de Steam, sino en las canciones de iTunes, las películas compradas en Apple TV o Rakuten... Es un asunto complejo, sin duda.
Imagen | Pixabay editada por Xataka
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