Una nueva generación de consolas: en contra

A pesar de que estoy de acuerdo en muchas de las apreciaciones que Sacha argumenta para defender una próxima generación de consolas, mi posición clara en este campo es que no habrá nueva generación de consolas. No tal y como las conocemos ahora mismo, quizás a excepción de la Wii de Nintendo, pero ese es un caso separado.

El por qué de que no creo en una nueva generación de consolas hay que buscarlo en mi pasión por ver pronto nuevas formas de jugar y de comunicarse los diferentes gadgets que me rodean. Así, con la integración de las consolas portátiles, los teléfonos y el juego online en televisores, miro el mundo del videojuego como un elemento más de nuestro hogar digital y conectado que como un nuevo gadget individual.

Nuevas formas de jugar

Pensar en una nueva generación de consolas casi exclusivamente se puede entender si creemos que las que tenemos en la actualidad se quedarán desfasadas en unos años. Y ahí entra la percepción que casa individuo tiene de la palabra jugar. ¿Es solo potencia? ¿Son solo gráficos? ¿Son realmente mejorables los equipos que tenemos ahora para aumentar la experiencia? Tengo mis dudas sinceramente. No estoy hablando de pasar a jugar en el ordenador, que tampoco lo veo, sino de que la plataforma de juego no será lo realmente importante, por lo que no necesitaremos nuevas consolas, sino tecnologías y juegos.

El futuro del juego creo que va más en otra línea, que sigue otro camino que en los próximos años verá superada barreas como la conectividad o potencia.

La consola se pierde como elemento

Mi base para decir que no habrá nueva generación de consolas es la integración de la tecnología que hasta ahora encontrábamos en estos equipos en otros lugares del hogar digital. Teléfonos móviles, receptores de medios digitales o lo que más me gusta, el televisor, serán el centro de procesamiento para esos juegos futuros.

Realidad virtual, juegos sociales en la nube o en tres dimensiones encontrarán más cabida en un solo lugar al que conectar periféricos. Nos llevaremos los juegos en el móvil por ejemplo, y al llegar a casa, conectado al televisor, los procesadores que están por llegar a la caja tonta se encargarán del resto.

Sí, soy seguramente un loco, pero sinceramente creo en esa nueva ubicación del mundo del videojuego en un futuro muy cercano, suficiente para que no haya otra generación de consolas de sobremesa tal y como las conocemos hoy en día.

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