Tras la presentación de la Xbox One, toca repasar algunas de las novedades que veremos con esta nueva consola de sobremesa. Hubo consola, hubo mando y juegos, aunque menos de los esperados. Hasta que Microsoft de más datos en el próximo E3, los juegos son el tema más polémico asociado a la nueva Xbox.
Sin retrocompatibilidad, como se esperaba
Dado que la Xbox One pasa de arquitectura PowerPC a una x86, la temida ni retrocompatibilidad era inevitable. Esto significa que el catálogo de la actual Xbox 360 no servirá para la nueva consola de sobremesa de Microsoft.
Por ahora la empresa de Redmond no ha dado detalles de si piensa habilitar algún tipo de emulación para hacer posible jugar a anteriores títulos, pero no parecen por la labor. Esta no retrocompatibilidad también traerá que tanto la propia Microsoft como terceras compañías se centren casi exclusivamente en títulos para la nueva consola, por mucho que Microsoft diga que seguirá apoyando el desarrollo de videojuegos para la Xbox 360.
Sobre la conexión permanente, Microsoft ha confirmado que no tienen intención de obligar a estar permanentemente conectado con su nueva Xbox One. Sin embargo, casi todas las funcionalidades de la consola se apoyan en esa conexión a Internet y que se necesite o no para un juego dependerá en última instancia del desarrollador. Ellos no la impondrán pero los demás ...
Instalación en el disco duro y canon por usar juegos de segunda mano
Si la no retrocompatibilidad se esperaba, ha sido una verdadera sorpresa el golpe de Microsoft a los juegos de segunda mano. Nos tendrán que contar más detenidamente en el E3, pero por ahora se sabe que no se podrán usar libremente juegos de segunda mano.
La clave está en la necesidad que impone Microsoft para que los juegos sean instalados en el disco duro. Y una vez allí, los asocia con nuestro perfil Xbox Live. Esto facilita que se pueda jugar a esos títulos sin necesidad del disco físico, y Microsoft no se arriesgará a esta posibilidad sin aplicar cierto control. Falta por conocer cuál será para no penalizar la segunda mano.
Lo que han pensado - y nos darán más detalles en el E3 - es que para instalar un juego en otra Xbox One y asociarla a otro perfil Xbox Live, habrá que pagar una cuota o canon. No hay más detalles de la cantidad ni cómo se pagará, pero parece que esa es la manera que ha escogido Microsoft para el mercado de segunda mano. Habrá que esperar qué tiene que decir Microsoft a esta posibilidad.
Por último, la asociación de Kinect con la Xbox One será tal que tendrá que estar conectado para que Xbox One funcione.
Más información | Wired.
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