El producto de la IFA 2017, sin duda el LG V30, tenía una cuenta pendiente: enfrentarse al Samsung Galaxy S8+, el modelo de smartphone de gama alta de referencia en la actualidad. Y qué mejor escenario que Berlín para ponerlos frente a frente.
Los dos buques insignia del diseño sin marcos
LG inició la fiebre por los marcos reducidos y el Galaxy S8+ fue quien impuso definitivamente la curvatura en los laterales para dar un toque de diseño diferenciador. Ahora, a mitad de 2017, tanto el LG V30 como el Samsung Galaxy S8+ podemos decir que están entre lo mejor del mercado, quizás con el Xiaomi Mi Mix, en términos de referencia del diseño más innovador y llamativo en el mundo del smartphone de gama alta.
La aproximación que hacen ambos gama alta de referencia es idéntica: formato alargado, pantalla sin bordes y el recurso del uso del cristal en la parte trasera reforzado con metal en los bordes casi inexistentes para darle consistencia al conjunto.
Quizás la única diferencia esté en la elección del lugar para el sensor de huellas. Mientras que Samsung optó por dejarlo más arriba, justo al lado del módulo de la cámara, el LG V30 lo baja algo y hace que sea más directo e intuitivo su acceso. Aunque en el tiempo que llevamos con el Samsung Galaxy S8+ hemos conseguido acostumbrarnos y acertar a la primera y de manera automática con la colocación del dedo en el sensor de huellas en vez de sobre la lente de la cámara, lo que nos evita la obsesión con la limpieza de ese elemento.
La pantalla: ojo que llegan más OLED
Más allá de cuestión de tamaño, donde no hay comparación directa al estar la diagonal del LG V30 situada en medio de los dos Galaxy S8, la tecnología del panel es la que provoca un enfrentamiento directo entre dos de los serios candidatos a mejor teléfono del año desde ya. Hablamos de los paneles OLED, tecnología imprescindible ahora misma para todo frabricante que quiere innovar en el diseño de sus pantallas, especialmente si hay curvatura de por medio.
Hasta ahora el rey indiscutible y adalid de la tecnología OLED en los smartphones era Samsung con sus SuperAMOLED, referencia de calidad desde hace años. Con básicamente la misma tecnología, LG introduce el OLED en su V30 con el mismo objetivo: panel más flexible y por supuesto un salto de calidad en contraste y espectacularidad.
Si finalmente Apple apuesta por la pantalla OLED en su futuro iPhone 8, estaremos en este 2017 ante una auténtica revolución de la que hasta ahora solo se había beneficiado Samsung con sus SuperAMOLED, referencia actual del mercado hasta que alguien esté dispuesto a decir lo contrario.
En los demás aspectos casi van a la par, con aprovechamiento del frontal para la pantalla en más de un 80% en ambos casos, y ese formato de pantalla alargada y estrecha que tiene protagonismo absoluto.
Máxima igualdad en potencia y batería
En el enfrentamiento entre el LG V30 y el Galaxy S8+ de Samsung no hay que dejar de lado la cuestión de la batería. Con diseño tan arriesgados y la búsqueda constante de la diferenciación, estamos atravesando un momento crítico en cuanto a preocupación y cuidado de las baterías. La carga rápida es lo que se está potenciando ahora mismo, pero no ha que olvidarse de la capacidad de cada batería.
Entre estos dos buques insginia la diferencia no es mucha: 3300 mAh para el LG V30 por los 3000 mAh del modelo de Samsung. A falta de probar la del LG V30 a fondo, las previsiones son de máxima igualdad, máxime cuando el interior es bastante similar en cuando a procesador y memoria RAM. Aquí no hay apenas diferencias entre potencia del procesador, memoria RAM (4 GB) o capacidad interna, de 64 GB con posibilidad de ampliarla con tarjetas microSD.
Cuestión de número de cámaras
Con mucha igualdad en casi todos los apartados vistos hasta ahora, la cámara puede ser la baza que juegue a favor o en contra de alguno de estos dos grandes rivales. Aquí los datos son muy claros: dos cámaras por parte del LG V30 frente a la única de la que disfruta la familia Samsung Galaxy S8. Se queda en teoría el Samsung algo por detrás de lo que es ya toda una tendenci aen la gama alta.
Pero la realidad ya no es igual de desequilibrante. En nuestras primeras pruebas con el LG V30 (recordemos que es unidad de preproducción que siempre suele mejorar en la versión final, sobre todo en aspectos de software), la cámara parece estar algo por debajo de la del Galaxy S8 en modo nocturno. El rival es muy fuerte, lo hemos comprobado en nuestra comparativa de cámaras de fotos, así que por ahora ese impresionante f1.6 no surte todos los efectos que esperábamos.
Sí que nos da más juego en creatividad, punto destacado del LG V30 gracias a esa segunda cámara con gran angular, la cual se suma al bokeh más "perfecto" que podríamos conseguir con un f1.6 de la cámara principal. También puede sacar partido el LG V30 a "trucos" de vídeo, pero habrá que probarlos más a fondo.
Un punto que nunca hay que olvidar y del que LG se ha preocupado mucho en este terminal de gama alta es el sonido. A ver si se impregnan de esa idea muchos más fabricantes porque se agradece mucho.
Y vosotros, ¿os quedáis con el Galaxy S8 o apostaríais por el LG V30?
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