En la lucha entre Blu-ray y HD-DVD para imponerse como nuevo estándar para almacenamiento y visualización de películas se está teniendo muy en cuenta la seguridad de los sistemas. El objetivo es impedir que se produzca una situación como la del DVD, en que cualquiera puede hacer copias de los títulos de los que disponga. Los estudios de cine están muy preocupados por la piratería de sus películas y no van a permitir que emerja un nuevo sistema que no se adapte totalmente a sus necesidades.
Probablemente esto va a acabar repercutiendose en el usuario. Los reproductores Blu-ray deberán estar conectados a Internet para poder funcionar y, además, podrán ser deshabilitados remotamente en caso de que así lo decida el fabricante, por ejemplo en caso de que el usuario haya intentado trastear con el reproductor. Según un representante de 20th Century Fox, "cualquier reproductor que haga algo que se supone que no debe hacer es un reproductor hackeado", de modo que podrá dejar de funcionar cuando el fabricante quiera.
Así, el usuario no está realmente comprando un aparato sino simplemente alquilándolo y solo lo podrá usar cuando y como el fabricante decida que puede hacerlo. ¿Aceptará el consumidor este tipo de restricciones? Es un tema complejo y que puede inclinar la balanza a favor de uno u otro formato.
Vía | Reuters.
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