Hace un año y un mes desde la primera vez que nos hicimos eco en Xataka de la existencia de Humane, aquella entonces enigmática startup fundada por exempleados de Apple.
Su promesa, revestida de cierto halo misterioso más allá del secretismo habitual en quien está desarrollando un producto, era la de una plataforma de IA que combinase hardware y software, con algunas filtraciones sobre lo que hemos visto en estos últimos meses.
Casi un año después de aquello ya pudimos conocer a su AI Pin en el MWC 2024. Y no nos dejó precisamente un buen sabor de boca. Los primeros medios en analizar este dispositivo han consolidado aquellos temores: es un desastre.
Mal inicio para una startup que lleva mucho dinero invertido en esto.
230 millones de dólares, capital semilla al margen
Para empezar, Humane ya cuenta con más de 250 empleados, según las cifras de PitchBook. Y eso que antes de lanzar su dispositivo ya acometió algunos despidos. Para continuar, lleva varias rondas de financiación que suman decenas de inversores. Y muchos millones de dólares.
- Septiembre de 2020: Serie A, 30 millones de dólares. Inversores destacados: Sam Altman, Lachy Groom, Marc Benioff, Plexo Capital, Valia Ventures, Kindred Ventures.
- Septiembre de 2021: Serie B, 100 millones de dólares. Inversores destacados: Softbank, BOND, Forerunner Ventures, Qualcomm Ventures.
- Marzo de 2023: Serie C, 100 millones de dólares. Inversores destacados: Microsoft, LG Technology Ventures, Volvo Cars Tech Fund, Top Tier Capital, SK Networks.
230 millones de dólares a los que hay que sumar el capital semilla que lograran antes de 2020 y antes de haber facturado un solo dólar. Claro que su equipo tenía un bagaje: en él se encuentran Patrick Gates, Director de Tecnología en Humane y ex Director Senior de Ingeniería en Apple; Imran Chaudhri, ex Director de Diseño en el equipo de Interfaz Humana en Apple; y Bethany Bongiorno, ex Directora de Sistema Operativo en Apple. Estos dos últimos, marido y mujer, son sus fundadores.
No hay muchas empresas de hardware que hayan recibido tanta atención como Humane en estos últimos meses. Contar con Altman entre sus inversores ha debido ayudar mucho a ello.
Tesla y Apple
El AI Pin se vende por 700 dólares, más un contrato de línea móvil obligatorio por 24 dólares mensuales. La empresa dijo estar produciendo 100.000 unidades como partida inicial. Es decir, si los vendiesen todos "apenas" obtendrían 70 millones de dólares a los que hay que descontar el coste de fabricación e imputar salarios y otros gastos.
Obviamente la inversión acumulada por Humane no está pensada para alcanzar la rentabilidad con su primer producto, pero su aterrizaje en el mercado es poco halagüeño.
La expectación lograda, no siempre traducida en interés comercial, seguramente le servirá para una segunda versión del AI Pin o para otro tipo de producto similar pero con otro factor de forma. La pregunta es si dará para una tercera versión.
De hecho, la pregunta es si Humane aspira realmente a convertirse en un fabricante de hardware rentable o si sus planes pasan por venderse a un gran fabricante como pueda ser Microsoft, Google, Amazon o quien sea. Es una sensación que transmite en ocasiones: parece más una empresa buscando causar un impacto en la industria que se traduzca en una venta de la sociedad.
Sus fundadores, en conversación con Bloomberg, compararon el escepticismo inicial frente al iPhone original o frente al primer Tesla con la curva de aprendizaje que supone su AI Pin.
Hay muchas cosas que salen de la novedad y de no entender el potencial de algo que realmente se interpone en el camino de que la gente lo aprecie de inmediato. Creo que eso pasa mucho. Ciertamente lo vimos incluso con algo que no es un dispositivo electrónico de consumo, algo así como un Tesla, por ejemplo. Al principio, Tesla tuvo una respuesta similar. Creo que mucha gente se preguntó: "¿Por qué realmente necesitas algo como esto?"
La comparativa con el primer vendedor de smartphones y el primer fabricante de coches por capitalización bursátil, ambos a mucha distancia de los segundos, suena más a seguir apuntando alto cuando el mercado está empezando a cuestionar gravemente el producto que acaba de lanzar.
Y esa es una parte del problema original: la gestión de las expectativas. Apuntaba John Gruber en Daring Fireball que el AI Pin promete en exceso y luego no cumple, algo que no contribuye a depositar una mayor confianza en sus futuras versiones.
Un camino inverso, con un perfil más bajo (para qué más si tener a Altman entre los inversores ya garantiza exposición) pero cumpliendo sin fisuras lo que uno ha prometido, al menos no genera el rechazo de quien presume de lo que no puede ejecutar.
Y en esas está Humane. Viendo cómo el lanzamiento comercial de su dispositivo está siendo desastroso, y seguramente estudiando cómo revertir la situación. De momento se comparan con Tesla y con Apple.
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