Polar tiene claro que su camino en la senda de los wearables no va tanto en por la productividad sino haciendo lo que ellos llevan años trabajando: todo lo relacionado con la actividad deportiva. Nada de notificaciones ni redes sociales, un pulsómetro de entrenamiento con GPS para controlar nuestras sesiones y cuantificar nuestra actividad deportiva.
A los modelos que ya tiene, ahora se suma el Polar M400. Un modelo que cuenta con casi todas las funciones de sus modelos tope de gama pero con un rediseño para darle un acabado más estilizado y de diseño. Más sencillo y deportivo pero con el mismo objetivo: monitorizar nuestras sesiones corriendo.
Un entrenador de muñeca con estilo
Como en los anteriores relojes de Polar con GPS, podemos ir trazando nuestras rutas corriendo para luego volcarlas en el móvil (a través de su aplicación) o conectándolo por microUSB al ordenador. Podemos configurar metas y objetivos diarios, cuando consigamos récords nos avisará de que hemos conseguido nuestro objetivo.
Tendremos también un modo de entrenamiento personal para configurar sesiones personalizadas en función de los objetivos que queramos conseguir. Tenemos dos modos de análisis: uno inmediato según entrenamos y otro más calmado y avanzado que nos permite analizar los datos de diferentes sesiones.
La batería funciona durante 24 días con monitorización de actividad y la carga se realiza a través de microUSB. La memoria almacena hasta 30 horas de entrenamiento y además de pasos y distancia nos permite contar las calorías que quemamos así como la altitud, algo cada vez más básico en este tipo de accesorios.
Polar M400 se pondrá a la venta el mes de octubre a un precio de 200 euros con un monitor de pulsaciones y a 160 si queremos solo el reloj. Estará disponible en color blanco o negro.
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