El riesgo de rebrote es real. Por ello los distintos países trabajan en herramientas de seguimiento para poder contener mejor la propagación del virus al conocer con quién hemos estado en contacto. El Gobierno de Singapur es uno de los que más está apostando por estas soluciones, pero parece que su popular app TraceTogether no ha conseguido el éxito esperado. Su siguiente paso es ofrecer pulseras rastreadoras a la población.
Según ha anunciado en el Parlamento de Singapur, Vivian Balakrishnan, ministro de la iniciativa 'Smart Nation', se planea dar una pulsera identificativa a cada uno de los 5,7 millones de residentes para intentar conocer quiénes son los focos de contagio.
Una pulsera rastreadora para superar la necesidad del smartphone
El pequeño wearable podrá guardarse en una bolsa de mano y estará basado en la tecnología Bluetooth anteriormente utilizada en el rastreo de contactos, según describe Reuters.
“Estamos desarrollando y pronto implementaremos un dispositivo portátil que no dependerá de la posesión de un teléfono inteligente", explica el ministro. Y es que una de las críticas que se realizaban a la aplicación TraceTogether era que se necesitaba un smartphone para funcionar. No será necesario en este nuevo proyecto que preparan. Por el momento se encuentra en pruebas, pero "lo distribuiremos a toda la población de Singapur si funciona" explican.
El Gobierno del país decidió que su aplicación no fuera obligatoria al no funcionar igual de bien en todos los sistemas operativos. Ante la pregunta de si esta pulsera será de uso obligatorio, el ministro Balakrishnan no especificó respuesta. Tampoco se conocen más detalles sobre cómo será su aspecto.
Enfrentados con el sistema de Apple y Google
Al no apostar por el sistema de notificaciones de exposición al COVID-19 de Apple y Google, la aplicación TraceTogether tuvo problemas con el escaneo en segundo plano. Una aplicación descargada hasta la fecha 1,5 millones de veces, lo que representa el 20-25% de la población de Singapur.
"Hemos tenido repetidas discusiones tanto a nivel técnico como político con Apple, pero aún no hemos podido encontrar una solución satisfactoria", defendería el Dr. Balakrishnan. Una frase que puede ser entendida como rechazo por parte del gobierno del país por utilizar el sistema de Apple y Google.
"A pesar de las limitaciones de la cobertura actual, los datos de TraceTogether ya han sido una herramienta útil y adicional para nuestros rastreadores de contactos, especialmente cuando se usan en combinación con otras fuentes de datos", explican. Sobre el uso de estos datos, continúan explicando que "los datos que tienen más de 25 días se eliminarán automáticamente del teléfono" y que "en caso de requerir el uso de los datos de contacto, solo un pequeño grupo de oficiales autorizados en el Ministerio de Salud tendrá acceso a ellos".
Cualquier medida parece ser poco
Resumiendo la intención de su sistema de rastreo de contactos, Balakrishnan explica que "si podemos reducir la incidencia de grupos mediante un mejor y más rápido rastreo de contactos, entonces podremos evitar tener que reintroducir medidas restrictivas de movilidad en el futuro".
A principios del mes de mayo, Singapur introdujo otra medida de restricción para volver a la actividad. Se trata del sistema SafeEntry, por el cual todos los negocios y comercios exigirán un registro digital del nombre, DNI, teléfono y hora de todos los visitantes cuando entren y salgan de la tienda.
Singapur no es el único país en en apostar por un wearable para rastrear el COVID-19. El pasado mes de marzo, Hong Kong mostraba su pulsera que registraba "cambios en la ubicación".
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