Hace tiempo que Xiaomi diversificó su negocio para demostrar que además de hacer smartphones y tablets asequibles era capaz de trasladar esa filosofía a otras muchas categorías de productos. Cámaras de acción, auriculares, domótica, purificadores de agua y aire… Una estrategia muy acertada ya que así expandían la marca y podían llegar a mercados clave (como Estados Unidos) para ir tanteando el interés. La cristalización de este movimiento empresial son pequeños complementos como la MiBand 1S.
Los wearables de las grandes marcas tienen un precio elevado. La mayoría valen unos 100 euros y por debajo de esa cifra son casi todo pulseras que pasan sin pena ni gloria por las tiendas. Xiaomi, una vez más, quiere demostrar que es capaz de hacer un dispositivo tecnológico competitivo a un precio más reducido que sus competidores. Mal no lo debe hacer cuando en IDC la coloca tan solo detrás de FitBit. Hechas las presentaciones vamos con el análisis de una pulsera que consigue atraer nuestra atención con el pulsómetro pero logra que nos quedemos por otros motivos.
Una evolución discreta pero muy necesaria
Cuando conocimos a la MiBand 1S hace un par de meses vimos que su principal novedad era la introducción de un pulsómetro. Xiaomi no quería quedarse atrás en esta particular carrera tecnológica y decidió poner al día su pulsera cuantificadora. Veamos qué ofrece en comparación con el modelo anterior.
Xiaomi MiBand 1S | Xiaomi MiBand | |
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Dimensiones | 37 x 13,6 x 9,9 mm | 36 x 14 x 9 mm |
Peso | 5,5 gramos (sin pulsera) | 5 gramos (sin pulsera) |
Materiales | Aleación de metal en la placa del sensor y policarbonato. Silicona en la pulsera. | Aleación de metal en la placa del sensor y policarbonato. Silicona en la pulsera. |
¿Resistencia al agua? | Sí, IP67 | Sí, IP67 |
Batería | 45 mAh | 45 mAh |
Sensores | Acelerómetro (ADI) y pulsómetro | Acelerómetro (ADI) |
Precio | 27 euros (en Geekbuying) | 18,85 euros (en Amazon) |
Si nos ceñimos a los datos técnicos, vemos que efectivamente el principal cambio de un modelo a otro es la posibilidad de medir pulsaciones. Dejando de lado esta ficha, en cuanto nos ponemos la pulsera en la muñeca descubrimos que hay varias cosas que han cambiado y en las que Xiaomi no ha hecho apenas hincapié.
Mismo diseño pero materiales más resistentes
Xiaomi quería mantener la línea de diseño en la MiBand. Había quienes le pedían un cambio de imagen para introducir un pequeño reloj. Si, habría estado genial poder ver la hora pero ellos tienen claro que su wearable es para medir pasos, no para darnos la hora. Puede gustar más o menos la decisión, la compañía china tiene muy claro cuál es el camino.
Como en el modelo anterior, es cómoda de llevar. La pulsera se ajusta bien a todo tipo de muñecas y solo en las muy pequeñas resalta más de la cuenta. Si no es nuestro caso, es un complemento muy discreto que no llama la atención. El único momento donde da la nota es cuando se encienden las luces LED.
Aquí tenéis el principal cambio de la MiBand 1S: un pulsómetro en la parte trasera.
En la correa de plástico nos encontramos la principal novedad. A simple vista parece idéntica pero una inspección al detalle deja ver que se ha mejorado la calidad de los materiales: más rígido, acabados más firmes en el marco que rodea a la pieza que mide nuestros pasos… Más de uno ha perdido su MiBand original por culpa de la pulsera de Xiaomi. Era muy mala, ahora ese problema está arreglado.
El cuerpo principal (la cápsula donde va toda la parte electrónica) sigue idéntica. Tres luces LED nos indicarán los progresos además de iluminarse para este propósito también sirve para avisarnos de alguna notificación (aplicaciones, llamadas entrantes...). La parte superior es una aleación metálica con un sensor táctil que sirve para cancelar alarmas.
En comparación con el cuerpo del modelo anterior, es algo más grueso y ahora encaja mejor en la pulsera. Llevo casi un mes usándola y de momento no se ha resquebrajado. El cargador también es algo más ancho para poder alojar el módulo. Un dato: el cargador de la la MiBand original no vale para la 1S.
El cable de carga ha cambiado, es igual de largo que en el modelo anterior pero esta vez tiene sección plana por lo que es más difícil que se enrolle y por tanto se acabe rompiendo. Por último, pero no por ello menos importante, mantiene la resistencia al agua, IP67.
Nunca me la he quitado para ducharme ni tampoco para hacer natación. Aguanta bien el agua y también estar sumergida durante breves periodos de tiempo a una profundidad de un metro y medio. Lástima que no reconozca cuando estás nadando y posteriormente muestre los resultados en la aplicación.
Aplicación: muchos aciertos, algunos errores y deberes pendientes para el futuro
Xiaomi sigue manteniendo su aplicación MiFit para Android y iOS. Ahora la app es compatible con los dos modelos que hay en el mercado, la única diferencia es que al sincronizar una MiBand 1S nos aparecerá la opción de medir pulsaciones. En Android la aplicación funciona sin problemas mientras que en iPhone tiende a dar algunos errores con la sincronización y el diseño de la interfaz podría estar más cuidado.
Cogiendo como referencia la app de Android, versión con la que hemos probado la pulsera, tenemos una interfaz limpia y muy intuitiva. Según la abrimos nos aparecerá los pasos que hemos dado ese día. Si deslizamos el dedo en horizontal accedemos a la cuantificación de nuestro sueño y al pulsar en cualquiera de los dos gráficos nos detallará hora por hora cómo ha sido nuestro rendimiento.
La información que aporta es muy completa: podemos ver cada intérvalo en forma de tabla o bien como una lista en la parte inferior. La aplicación está traducida al español pero no del todo, hay algunos elementos que están en inglés todavía. Xiaomi debería cuidar un poco más estos detalles.
Los ajustes de la pulsera los encontramos en un menú a tan solo dos toques de la pantalla principal de la aplicación. Desde allí podemos controlar en qué mano llevamos la MiBand, configurar las alarmas, ver el estado de la batería y también hacer las mediciones de pulsaciones, de las cuales hablaremos luego más en detalle.
Las alarmas, como en el modelo anterior, son vibratorias. Si tenéis dudas sobre su uso, ya os digo que como despertador es muy útil ya que nos levanta de la cama y no molestamos con un sonido si dormirmos con otra persona. Si vais a usar muchas, quizá os convenga buscar otro método porque solo permite configurar tres alarmas.
A la hora de cuantificar el sueño, Xiaomi dice que con la medición de pulsaciones mejora los resultados. Resulta difícil saberlo pero comparando con el modelo anterior los resultados son muy parecidos. Lo bueno de la MiBand S es que se pone sola en modo sueño y no tenemos que pulsar ningún botón en la aplicación. Si nos desvelamos en mitad de la noche y volvemos a dormir a las horas le cuesta ponerse de nuevo a cuantificar el sueño.
Si tenéis Android, podéis configurar la pulsera como un dispositivo Bluetooth de confianza en Smart Lock. Si no conocéis esta función se trata de una forma de decir que la MiBand 1S es una llave para abrir el móvil. De este modo, en vez de poner un patrón o un PIN el móvil reconocerá que la pulsera está conectada y así desbloqueará nuestro smartphone de forma segura. De este modo, si nos separamos de él o nos lo roban pedirá el PIN y el patrón. Si queréis más información sobre este modo, en Xataka Android os lo explicamos.
La gran carencia de MiBand es la parte social. Al contrario que FitBit u otras pulseras cuantificadoras, no hay una red de amigos con los que podemos competir. Podemos compartir nuestros resultados en Facebook y Twitter, menú desde el cual nos avisará también de cómo han sido nuestros resultados en comparación con otros usuarios. Está bien pero no tiene el factor pique con personas a las que conocemos.
Otro consejo para los usuarios de Android: la aplicación que hay en Google Play se actualiza a un ritmo muy lento. Mi consejo es que bajéis la aplicación oficial de la página de Xiaomi o bien busquéis traducciones como las que hacen en algunos foros. Además de corregir los mensajes de texto tardan poco en traer las últimas versiones que vienen de China.
Por último, si queréis expandir las posibilidades del sistema de notificaciones en la pulsera, existen dos opciones. O bien utilizar la herramienta de configuración que hay en MiFit (está bien pero te limita a tres aplicaciones) o bien MiBand Tools o MiBand Notify. Las dos aumentan sustancialmente las funciones y deja en evidencia que Xiaomi tiene que mejorar todavía en este apartado un poco más.
Batería, un paso atrás pero sigue siendo excelente
En el modelo anterior fue uno de sus principales atractivos: Xiaomi prometía un mes de batería y lo cumplió con creces. En mi experiencia, he estado hasta cuarenta días de uso con ella con una alarma al día. Al introducir el pulsómetro esta cifra iba a descender y así ha sido.
Con una carga de la MiBand 1S (una alarma al día y recibiendo dos o tres avisos por objetivos y llamadas) logro que me dure unos 20 días. No es un mes pero sigue siendo lo suficientemente alta como para que nos fijemos en ella. Algo bueno tenía prescindir del reloj y centrarse en la cuantificación.
La carga es rápida, lo cual es un incentivo. Si usamos el USB de un ordenador podemos tardar una hora y media pero si usamos directamente un cargador de móvil en una hora la tendremos al 100%. Mi consejo es que la carguéis (cuando sea necesario) en esos ratos de inactividad que tenéis a lo largo del día como por ejemplo cuando estéis trabajando delante del ordenador. El pulsómetro marca la autonomía pero los datos de la 1S sigue siendo muy buenos para que no tengamos que preocuparnos de la batería cada poco tiempo.
Pulsómetro, un añadido de poco valor
Vayamos ahora con la principal novedad de esta MiBand 1S. En la parte trasera del sensor, la que da a nuestra piel, incluye un lector de pulsaciones muy parecido al que encontraríamos en un Apple Watch o un reloj con Android Wear. Un diodo verde parpadea para hacer las mediciones y decirnos en unos segundos a cuánto va nuestro corazón.
La idea es buena, la ejecución no tanto. Xiaomi tiene muy claro que quiere un cuantificador para el usuario de a pie, no una herramienta para deportistas habituales y eso se nota en cómo está integrada esta pieza de hardware.
Como hemos comentado antes, el pulsómetro se encarga de hacer mediciones automáticas a lo largo del día para (según Xiaomi) calibrar los resultados del resto de sensores y ofrecer una medición más precisa. Todo eso está muy bien pero ¿qué pasa cuando queremos hacer algo más controlado y llevar un registro? Malas noticias.
MiBand 1S tiene una opción que nos permite hacer mediciones de pulsaciones manuales. Pulsamos un botón, colocamos el brazo en la posición que nos indica y en unos segundos nos devuelve un resultado. ¿Y si queremos que durante un periodo de tiempo en concreto se encargue de medirlo? No es posible, una pena porque siendo capaz de diferenciar cuándo andamos y cuándo corremos nos sabe a poco.
La sensación que nos deja en este apartado es que el pulsómetro está para justificar el lanzamiento de un nuevo modelo. No aporta mucho valor a la experiencia diaria y salvo para momentos puntuales donde queremos comprobar esta constante vital es inútil. Habría estado genial una especie de modo deporte donde te avisara cuando te pasas de ‘x’ pulsaciones. Insisto, parece que Xiaomi no quiere ir al público más deportivo con esta pulsera.
El wearable para la gente que no quiere un wearable, la opinión de Xataka
Llegados a este punto del análisis puede parecer que la renovación de la pulsera ha sido muy discreta. En cierto modo sí pero eso no es una mala noticia. Sí, el pulsómetro no suma mucho a una experiencia que ya era buena. Lo que sí que aporta y de manera sustancial son esas pequeñas actualizaciones en materiales y acabados.
MiBand 1S sigue siendo una pulsera discreta que ahora resiste mejor el roce, el sudor y el agua. La goma no se resquebraja y esta vez será más difícil perder la pieza cuantificadora. Solo por eso merece la pena la actualización a este nuevo modelo. ¿Merece la pena comprarlo? Sin dudarlo.
No es el cuantificador más completo del mercado (le falta altímetro) pero ofrece tanto por tan poco dinero que no hay mucho que pensarse. Si nos preocupa la parte social y llevar un reloj, quizá la Charge de FitBit sea para ti. Si en cambio quieres un modelo básico, que funcione bien y además no tengamos que cargarlo cada pocos días, es un modelo muy recomendable.
Si vais a comprar una, tened cuidado y aseguraros de que el modelo que os venden es el 1S. Como Xiaomi no tiene distribución en Europa, nos toca bucear en tiendas chinas como Geekbuying. Tarde o temprano llegará a Amazon como ya ocurrió con el modelo anterior. Mucha atención en las descripciones y nombres para que no os engañen.
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