Cuando queremos mantener nuestros documentos confidenciales lejos de miradas fisgonas recurrimos a la destructora de papel. Ahora podemos hacer lo mismo con los archivos que tenemos guardados en CDs o DVDs simplemente introduciéndolos en esta destructora automática que asegura que los datos van a ser irrecuperables. Aunque no vamos a encontrar tiras de confeti como en la clásica de papel, la superficie del disco queda lo suficientemente dañada para evitar la recuperación de los datos. Los auténticos paranóicos de la seguridad pueden pasar el disco repetidas veces aunque con una vez es suficiente. Dispone de un motor eléctrico de 12 Voltios y un adaptador de corriente. También presenta un interruptor para seleccionar la cara del CD.
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