‘Ayudame Obi-Wan. Eres mi única esperanza’. Desde aquella princesa Leia miniaturizada o la imponente imagen tridimensional del emperador saltamos a un Swarzenegger que se cachondeaba de los muyayos de Cohagen en Desafío Total, para terminar en el Angelator creado por la Doctora Forense Angela Montenegro en la serie de TV Bones, o las simulaciones tridimensionales de campo de batalla de Avatar.
Lo habéis adivinado. Hoy en el especial Tecnología o ficción nos adentramos en el espinoso mundo de los hologramas 3D, un invento del que podemos encontrar decenas de ejemplos en la ficción pero que aún está dando sus primeros pasitos en la realidad.
En Abril de este año, el rapero Tupac Shakur, más conocido como 2Pac y fallecido hace 16 años en un tiroteo, dió un inopinado concierto en compañía de Snoop Dog y Dr Dre. La ‘resurrección’ de 2Pac fue calificada rápidamente de holograma 3D.
Al otro lado del mundo, en Japón, la cantante virtual Hatsune Miku da conciertos multitudinarios. Un vídeo bastante espectacular la muestra movíendose en el escenario con soltura pero ¿Es un holograma 3D?
Mucho nos tememos que en ambos casos la respuesta es no. Tanto Hatsune como el resucitado 2Pac son proyecciones convencionales sobre una pantalla transparente de Mylar o PET (tereftalato de polietileno). Este material tiene una alta transparencia y recoge la imagen que se refleja desde un espejo en el suelo y que tiene su origen en un proyector HD convencional en el techo del escenario. Otros interpretes de carne y hueso pueden situarse junto a la imagen fantasma sin que se aprecie diferencia. La técnica se llama Pepper Ghost y es tan antigua como convincente pero nada tiene que ver con un holograma 3D real.
En el caso del rapero desaparecido, la tecnología es la Eyeliner 3D de la empresa de espectáculos Musion, responsable también de los conciertos de Gorillaz. La cantante japonesa sintética corre a cargo de Yamaha y Crypton Media. En ambos casos es relativamente fácil recrear la sensación de un objeto 3D en movimiento en la oscuridad de un escenario, sólo que no es 3D, sino plano. En el vídeo de Miku, si estáis atentos, puede verse al público reflejado ocasionalmente sobre la pantalla de Mylar. Nada de hologramas, y menos aún en 3D.
En busca de lo casi imposible
En realidad, la tecnología holográfica 3D es un concepto aparentemente sencillo pero mucho más complicado de realizar de lo que parece. Un holograma 3D tiene el volumen de un objeto y, como tal, se nos muestra de distinta forma según desde donde lo miremos. Aquí aparece el primer problema, que no es otro que la necesidad de un sistema de cámaras múltiple. En el MIT, hace unos años utilizaban hasta 16 cámaras para grabar la imagen.
En 2011 sustituyeron esas 16 cámaras por un sólo Kinect de Xbox 360. En una demostración consiguieron mostrar a la mismísima princesa Leia en un clip corto de vídeo a 15 fotogramas por segundo. Es la mayor tasa de refresco creada para un holograma hasta la fecha.
Quizá lo más desalentador del asunto sea que para esta proyección el MIT sigue utilizando el holoproyector Mark II creado por Stephen Benton, un genio que también trabajaba para el MIT y que falleció en 2003. Su tecnología sigue siendo lo más cercano a un holograma real que conocemos. En esencia, el dispositivo de Benton utiliza proyectores de imagen verticales y horizontales que forman el holograma al pasar por una lente. El tamaño máximo de estos hologramas es de apenas 15 centímetros de alto.
Microsoft Vermeer
Otros sistemas holográficos llamados Light Field Displays o hologramas volumétricos proyectan la imagen sobre una cúpula de cristal. Recientemente, Microsoft ha utilizado la misma técnica que utiliza dos espejos cóncavos para crear Vermeer. Este dispositivo genera imágenes tridimensionales reales que flotan en el aire y con las que incluso se puede interactuar al carecer de una cúpula de cristal sobre ellas.
Las imágenes del Vermeer son muy toscas. La razón no es otra que un problema de computación. Mark Lucente, de la compañía de desarrollo de proyectores holográficos Zebra Imaging, indica que se se necesitan anchos de banda de más de 1.5GBps para transmitir una imagen con una calidad suficiente.
Hasta el Angelator de Bones ha ido desapareciendo de la serie para ser sustituido en las últimas temporadas por pantallas planas que consumen bastante menos presupuesto de producción. Quizá al final todo sea una cuestión monetaria unida a que aún no se ve un uso claro para semejante tinglado tecnológico. Los hologramas están ahí, al alcande de la mano, pero por el momento se siguen desvaneciendo como fantasmas cuando parece que podemos tocarlos.
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