Los q-JAYS son los auriculares con doble altavoz más pequeños del mercado y nos llegan de la mano de una marca que garantiza la calidad a un precio ajustado, como ya vimos en el análisis de su hermano mayor, los d-JAYS.
Ahora hemos tenido oportunidad de probarlos y, como imaginábamos, no nos han decepcionado. Tanto por la calidad del sonido como por todos los accesorios con los que vienen, estos auriculares valen cada euro que paguemos por ellos. Probablemente a muchos su precio les parecerá excesivo, unos 170 euros, pero una vez los has probado te costará no hacerte con unos. Yo ya me lo estoy planteando.
Vamos primero con sus especificaciones técnicas. Estos auriculares disponen de un par de altavoces dentro de cada carcasa, un tweeter y un woofer, con lo que refuerzan la calidad de sonido en todas las frecuencias. A pesar de eso, el tamaño de las carcasas es realmente reducido y hace preguntarse como caben ahí dentro.
Tienen una frecuencia de respuesta entre los 20 HZ y los 20 KHz, una sensibilidad de 95 dB SPL | 1 kHz y una impedancia de 39 ohmnios @ 1 kHz. En la caja, además de los auriculares, encontraremos toda una serie de accesorios: hasta 7 cápsulas de diferentes tamaños para adaptarlas a nuestro oído, cuatro filtros, dos alargos (uno con conexión en L y el otro recta), una funda de transporte, un adaptador para dos auriculares y un adaptador para el avión.
Lo primero que llama la atención de los auriculares es que el cable es bastante corto, 60 centímetros, lo que resulta insuficiente si llevamos el reproductor en el bolsillo. Por suerte, los dos alargos, de 90 centímetros cada uno, nos ofrecen toda la longitud que necesitamos.
Para comparar la calidad del sonido los comparamos con unos Sennheiser CX300 y con unos auriculares del "todo-a-cien". Evidentemente, contra estos segundos no tenían nada a hacer; la diferencia es tan evidente que no vale la pena ni mencionarla, pero baste decir que al cambio es como si nunca hubieras escuchado música sino solo una amalgama de ruidos que se parecían a una canción.
La comparación con los Sennheiser es más peliaguda, pero también tenemos que declarar a los q-JAYS ganadores. Aunque estoy muy contento con ellos, los Sennheiser requieren introducir muy bien el auricular en la oreja para que los bajos se oigan adecuadamente, lo que para muchos puede resultar algo molesto.
Los q-Jays en cambio resultan muy cómodos una vez escogido el tamaño de cápsula adecuado. Prácticamente no notaremos que los llevamos puestos, aparte de por que nos aíslan del ruido externo. Por la forma de la cápsula también lo hacen mejor que los Sennheiser, lo que agradeceremos al usarlos en el avión o en otros sitios ruidosos.
La diferencia de sonido no es demasiado elevada, al menos para oídos no audiófilos como los míos, pero llega a notarse en una mejor definición de los instrumentos y en unos bajos que, para mi gusto, suenan mejor sin necesidad de apretarse el auricular hasta dentro de la oreja.
¿Los recomendaría? Pues la verdad es que con ese precio es difícil amortizar la compra, a no ser que seamos unos puristas del sonido. En general, la mayoría usamos los auriculares por la calle, en el metro,... donde el ruido externo nos impedirá apreciar claramente todos los detalles. Por eso, yo prefiero unos auriculares de calidad media, como los Sennheiser, y de precio ajustado (a mi me costaron 30 euros), dejando los q-JAYS para aquellos que sepan y puedan aprovechar todas sus ventajas.
Más información | q-JAYS.
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