Pedir prestados libros físicos en cualquier biblioteca tiene su versión digital gracias a los lectores de e-books
Las bibliotecas virtuales en España usan un DRM que no es compatible con los Kindle. Fue una de las razones de que me comprar un lector de Kobo
Compro libros, pero lo que hago sobre todo es pedirlos prestados a las bibliotecas. Y no a las bibliotecas físicas, sino a las virtuales, que trabajan con libros electrónicos y que permiten disfrutar de esas mismas opciones, pero con la comodidad de no tener que desplazarte a la biblioteca.
Por la zona en la que vivo yo me inscribí como miembro en eBook Pozuelo, pero también en la biblioteca virtual eBiblio que aglutina varios catálogos dependiendo de la comunidad en la que estés. En mi caso, eBiblio en Madrid.
El registro a veces se puede hacer online, pero en el caso de eBook Pozuelo no, al menos cuando yo lo hice. Fue necesario que me presentase con mi DNI en una de las bibliotecas municipales, y tras rellenar un formulario —y de forma gratuita— pude solicitar esa inscripción.
Una vez hecha, ya tenía mi usuario y contraseña para acceder a la plataforma. Se puede hacer desde el ordenador, pero eBook Pozuelo e eBiblio tienen aplicaciones tanto para Android como para iOS, lo que permite disfrutar de su catálogo en móviles —una opción fantástica en mi opinión— y tabletas.
El catálogo es en mi opinión espléndido, aunque lógicamente no siempre encontraremos lo que buscamos. En ciertos títulos, los más demandados por su popularidad o por ser recientes, podremos apuntarnos a la cola de lectura: cuando los que lo han pedido primero lo devuelvan, podremos acceder al ejemplar. Lo bueno aquí es que la aplicación notifica dicha disponibilidad en cuanto se produce. La clasificación y selección de obras disponibles es notable —y es aún más extenso en eBiblio—, y el proceso de búsqueda y préstamos es sencillo.
Hay tanto ebooks como audiobooks, y podremos pedir varios préstamos de forma simultánea. El periodo de préstamo es de 20 días, lo que suele dar margen suficiente para leer esos libros prestados. Aun no haciéndolo siempre podemos tratar de renovar el préstamo cuando este acabe.
Para mí no obstante hay una opción más destacable, y es la de poder disfrutar de esos libros no solo en el ordenador o en el móvil, sino también en el lector de libros electrónicos.
Aquí hay que hacer una matización importante: las bibliotecas virtuales —al menos, las dos que yo uso— tienen un sistema DRM basado en Adobe Digital Editions. Lo explican por ejemplo en eBiblio: eso hace que no todos los lectores de libros electrónicos sean compatibles. De hecho, los Kindle de Amazon no lo son, lo que es sin duda un obstáculo para disfrutar al máximo de esta opción si sois usuarios de esos dispositivos.
Yo me enteré tarde: tenía un Kindle de seis pulgadas básico que disfruté mucho, pero cuando me enteré de estos servicios de bibliotecas virtuales no estaban disponibles en el Kindle, lo tuve claro: era el momento de cambiar de lector de ebooks. En mi caso compré hace años un Kobo Libra H2O con botones físicos de paso de página —era mi otro gran requisito al dar el salto— y desde entonces he disfrutado de estas plataformas de préstamo digital.
La forma de hacerlo es muy sencilla. Al pedir prestado un libro puedes leerlo online (casi como si lo hicieras "en streaming"), pero también lo puedes descargar para leerlo offline.
En los móviles Android e iOS el proceso es transparente para el usuario, pero no ocurre lo mismo en lectores de libros electrónicos. No es en absoluto difícil, desde luego, y de hecho Rakuten por ejemplo explica el proceso para lograrlo.
Para poder transferir el libro al lector primero hay que descargar el fichero ACSM que te ofrece la biblioteca al pedir prestado el libro. Ese pequeño fichero contiene los metadatos necesarios para obtener la copia que puedes leer tanto en el ordenador como en el lector de libros electrónicos.
Para finalizar el proceso es necesario descargar e instalar el software de Adobe Digital Editions. Al hacerlo y pinchar dos veces en el icono del fichero ACSM se lanzará esa aplicación, y a partir de ahí podremos o bien leer el libro en el ordenador, o bien transferirlo a nuestro lector de ebooks, que eso sí, debemos haber conectado previamente al ordenador. La transferencia es casi instantánea, y al "expulsar" el lector como si fuera una unidad USB, este se actualizará con el nuevo libro disponible en la biblioteca.
Desde ese momento podremos disfrutar de ese libro durante el periodo de préstamo establecido, y podremos eliminarlo tanto antes —si no nos convence, por ejemplo— como al terminar ese periodo. Sin duda, una forma fantástica de aprovechar las plataformas de préstamo digital que ofrecen estas bibliotecas virtuales, ¿no os parece?
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