El Chromecast es un dongle HDMI que poco a poco ha ido conquistando los hogares de muchos usuarios, pero algunos de ellos podrían preocuparse al no saber si estos dispositivos, que no tienen un interruptor o botón de encendido como tal, siguen activos o no tras usarlos.
Lo cierto es que es cada vez más sencillo apagar los Chromecast, pero hay varias razones por las que eso es algo que no es especialmente interesante. Veámoslas.
Cómo apagar tu Chromecast
Cuando apagamos el televisor, los Chromecast no se apagan sino que entran en modo standby: el dispositivo sigue recibiendo corriente aunque no esté funcionando. Lo mismo ocurre si en lugar de apagar la televisión cambiamos la entrada y en lugar de la correspondiente al Chromecast seleccionamos otro puerto HDMI o la entrada de antena por ejemplo.
Lo que tenemos que hacer para desconectar el Chromecast -aparte de desconectarlo de la toma de corriente y la televisión, que es la opción clara- es pulsar en el icono de Chromecast en nuestro dispositivo, ya sea un ordenador de sobremesa, portátil, tablet o smartphone. Desde el menú desplegable que aparece podremos seleccionar la opción "Detener el envío".
Hay otras opciones, y si contamos con un dispositivo de la familia Google Home y el Chromecast conectados a la misma red WiFi podremos usar comandos de voz para apagar o encender el Chromecast. Los dos únicos requisitos es que 1) el televisor al que conectamos el Chromecast debe tener soporte para HDMI-CEC con esta opción activada y 2) que tengamos el Chromecast conectado a una toma de corriente en la pared y no a la toma USB de la televisión (para que la TV sea independiente del Chromecast en cuanto al encendido).
Hay ventajas claras en mantener el Chromecast siempre activo
Aunque es posible desconectarlo por completo, hay argumentos que hacen que probablemente sea mucho más interesante dejar que el Chromecast siempre esté conectado y activo o en modo standby.
Probablemente para los usuarios una de las preocupaciones es la de ver que estamos ante otro dispositivo "vampiro" que sigue consumiendo electricidad aun cuando está apagado. Esas y otras consideraciones son precisamente las que hay que tomar en cuenta para no desconectarlo:
- Es súper eficiente: como sucede con otros productos de este estilo, el Chromecast apenas consume energía (1-2 vatios como máximo) por lo que el gasto que uno pueda tener en ese teórico "consumo fantasma" es anecdótico.
- Actualizaciones transparentes: tenerlo siempre conectado también tiene la ventaja de que si hay actualizaciones disponibles ya estén instaladas cuando vayamos a usarlo.
- Conectarlo y desconectarlo puede dañar el puerto HDMI: el diseño físico de este puerto no lo hace especialmente apto para estar conectando y desconectando dispositivos, y aunque esa sería la forma fácil de desactivarlo, no es recomendable. Este es el motivo de que algunas de estas soluciones incluyan una extensión del cable HDMI que evita que el dongle sufra potenciales daños si lo conectamos y desconectamos con frecuencia.
- HDMI-CEC: este estándar que permite controlar la televisión desde el dispositivo HDMI conectado a ella (y que tenga soporte para esa tecnología, claro) hace que si está apagada pero el Chromecast está activo podamos por ejemplo reproducir el contenido en el móvil, enviarla a la televisión y que esta se encienda automáticamente.
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