Aiden tiene 4 años y en su colegio tiene problemas con los abusones, pero cuando llega a su casa es feliz con un amigo en particular: se trata un altavoz inteligente Amazon Echo y del asistente de voz Alexa, al que hace tiempo le preguntó "Alexa, ¿quieres ser mi amiga?".
Lo hizo tras comenzar a realizar distintos tipos de preguntas poco a poco. Primero sobre canciones que le gustaban y luego preguntas generales ("¿cómo de grande es el océano?"). El niño acabó cogiendo confianza y convirtió al altavoz en algo importante. Eso, dicen los psicólogos, no tiene por qué ser necesariamente malo, aunque advierten que no todo es positivo en esa relación.
Los altavoces inteligentes triunfan en el hogar
Lo cuentan en Engadget a través de un caso real con nombres inventados para proteger la privacidad de esos pacientes. Tanto estos como otros padres se han mostrado preocupados por una relación que aún así consideran beneficiosa. Como decía Robin, la madre de otro niño, "sabe que no es real, pero sus respuestas le parecen genuinas y le proporcionan confort".

El auge de los altavoces inteligentes es especialmente llamativo en Estados Unidos por su lógico soporte inicial del idioma inglés. Un estudio reciente revela cómo el 32% de los consumidores allí ya cuenta con uno de estos dispositivos (frente al 28% del mes de enero), y se espera que esa cuota supere el 50% tras las navidades.
Sin embargo, hay mercados como el asiático que crecen a ritmo notable —China es otra gran consumidora de estos productos— y ahora el soporte reciente del español en muchos de estos altavoces podría impulsar aún más su uso.
Mi hijo tiene como amigo a una máquina
Curiosamente, ese uso del altavoz inteligente va más allá de las órdenes. No todos los usuarios aprovechan todas las opciones de estos dispositivos, pero los datos de Kelton Research indican que el 39% de las familias que cuentan con un Google Home afirman que les ayuda a estar más organizados.

La introducción de estos dispositivos en el hogar parece trivial para los usuarios adultos, pero ciertamente podría plantear dudas entre padres que se preocupen en la forma en la que sus hijos los utilizan más allá de las implicaciones de privacidad que tiene ese uso. En ese ámbito por ejemplo dos políticos americanos preocupados enviaron una carta a Jeff Bezos indicaron que los dispositivos de Amazon "interfieren con las interaciones cara a cara y los juegos individuales que los niños necesitan para desarrollarse".
Para los psicólogos que estudian esos casos en los que la relación niño-altavoz va más allá de las preguntas y respuestas simples no hay demasiado problema. Kaveri Subrahmanyam "los niños siempre han tenido amigos imaginarios y/o relaciones parasociales con personajes de dibujos animados, así que los padres no tienen que preocuparse si los niños piensan que Alexa es una amiga".
Un estudio del MIT de 2017 ya revelaba como los niños pequeños estaban más inclinados a hablar con asistentes de voz como si fueran personas reales. En dicha investigación los niños que trabajaron con estos dispositivos no solo hacían preguntas generales: también sentían curiosidad por cómo funcionaban estos aparatos, y se lo preguntaban directamente. "¿Tienes un teléfono en tu interior?" o "¿qué eres?" eran algunas de esas preguntas.
Algunos padres revelan cómo sus hijos incluso se han beneficiado de dicha relación: hablan más claro para que Alexa pueda entenderles, por ejemplo. Para algunos psicólogos ese tipo de conversaciones incluso pueden ser beneficiosas para evitar que los niños pasen aún más tiempo delante de las pantallas de tabletas, móviles o televisores.
¿Cómo se piden las cosas?
Para otros psicólogos, no obstante, esos beneficios no están tan claros. Fran Walfish, autor de 'The Self Aware Parent' explicaba cómo los niños que se relacionan con Alexa luego esperan esas respuestas precisas e instantáneas de sus verdaderos amigos en la vida real. "La interactividad humana requiere paciencia para que la gente pueda pensar, procesar la información y buscar respuestas. Los ordenadores, incluyendo a Alexa, dan la mejor respuesta instantáneamente".

No solo eso: hay padres que han notado cómo sus hijos se han contagiado de esa forma de hablarle al asistente y acaban hablándole con órdenes a todo el mundo. Uno de esos padres escribía un breve texto (en inglés) titulado "El Amazon Echo es mágico. Pero también está convirtiendo a mi hijo en un mamón".
A estos asistentes no hay que pedirles las cosas por favor ni darles las gracias, lo que puede malacostumbrar a los niños. En Google se han dado cuenta del problema, y durante su conferencia Google I/O de este año anunciaron una nueva característica de su familia de altavoces inteligentes llamada "Pretty Please" que hace que el altavoz responda de forma especial al comunicarse con él diciendo "por favor" y "gracias". Esa opción incluso puede detectar que el niño no ha utilizado "la palabra mágica" cuando da una orden de voz.

Amazon también ha prestado atención a ese problema, y de hecho tienen un altavoz especialmente diseñado para niños —el Amazon Echo Dot Kids Edition— que también refuerza de forma positiva la comunicación educada de los niños.
Al final, concluyen estos expertos, limitar esa interacción con el asistente de voz puede ser una buena idea, y lo que hay que hacer es aprovechar esas ventajas que ofrece esa relación con el altavoz inteligente.
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jaimejames
¿4 años y sufre bullying en el colegio?, ¿con 4 años?
¿no es mejor tratar el problema de los abusones en lugar de dejar que el hijo desarrolle un cariño no muy sano con un objeto inanimado?
pableras
Con 4 años no se puede hablar de bullying. Ni de acoso escolar. Y lo de abusones, un poco cogido con pinzas.
Pero, por experiencia propia, puedo decir que en la franja de 3/4 años si que existen niños con problemas que causan problemas. Y son muy jodidos de sufrir. Más adelante ya desarrollarán una intencionalidad, serán conscientes de lo que hacen y por qué lo hacen, entonces, hablaremos de acoso escolar.
Tristemente, a estas edades tan tempranas, no son ellos sino que son un reflejo de su entorno familiar, elemento principal en la socialización y educación del menor. Con 4 años no hay acoso, hay niños a los que no se les ha marcado ningún tipo de límite, a los que no se les han establecido límites concretos y a los que, hablemos claro, no se le ha enseñado (no sólo en el plano académico, en el emocional (fundamental en estas etapas)) adecuadamente. Y esto escuece porque todos los padres somos la ostia y lo hacemos todo la mar de bien. Y ojo que no estoy entrando en hogares desestructurados o con problemas de malos tratos, agresividad o violencia. Hablo de, posiblemente, hogares "normales" (recordad: límites y reglas).
Entonces, es cierto que puede existir un problema. Es muy probable que la causa del problema no sea el niño en si. Y es bastante probable que todo esto se esté originando en el entorno familiar. Por tanto, no creo que un altavoz sea la solución a estos problemas. Con 4 años todavía se pueden corregir estas actitudes, pero nunca hay que perder de vista cuál es el problema: el niño abusón, no el niño del que abusan. Que se haga amigo de un altavoz no va a hacer que el otro niño cambie. Así lo único que conseguimos es que uno se aísle en su burbuja y el otro de por saco a otros niños. Pero el problema persistirá. Y muy probablemente, se agravará.
imf017
Esto no puede ser bueno: primero los móviles y ahora los altavoces estos ...
chemavascuence
Espero que el niño no le pregunté quienes son los Reyes Magos o Papá Noel porque, al menos Google Home, se encargará de acabar con la inocencia. Por cierto el dispositivo de arriba es un Google Home mini.