¿Qué sucede si metes en un mismo gadget control inalámbrico, sonido omnidireccional y una pizca de Inteligencia Artificial como aderezo? No, no es un chiste: el resultado sería algo así como este SoundLink Revolve, una familia de altavoces portátiles con conexión Bluetooth y sonido 360°.
BOSE Corp., la empresa estadounidense fundada por el ex-profesor del MIT Amar Bose, siempre se ha caracterizado por flirtear entre la excelencia —siendo proveedor de audio en Cadillac, Ferrari o Rolls Royce— y productos de consumo más ordinarios, como barras de sonido o auriculares inalámbricos.
El Bose SoundLink Revolve no entra dentro del terreno del «altavoz inteligente» —a saber: HomePod, Amazon Echo o Google Home—, tampoco es un monitor inalámbrico al uso y mucho menos un juguete para llevar a la piscina. Este cilindro coqueto posee un poco de cada segmento y sabe desenvolverse en CASI cualquier situación. Veamos hasta dónde llega ese “casi”.
Características del Bose SoundLink Revolve
Dimensiones y peso | 151,6 mm de alto x 82,3 mm de ancho; 660 gr. |
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Tamaño del altavoz | 1 driver de 76,2 mm (omnidireccional) |
Conexiones | NFC, Bluetooth 4.2, jack de 3,5 mm y micro-USB |
Autonomía y tiempo de carga | Batería IonLitio con hasta 12 horas (2 horas para carga completa) |
Receptor | 1 Micrófono frontal con reconocimiento inteligente de voz |
Volumen | 1.026,83 centímetros cúbicos |
Contenido en el estuche | Instrucciones, Cable micro-USB y conector de corriente |
Grado de protección IP | IPX4 (cuerpo de aluminio resistente al agua a una presión de 80-100 kN/m²) |
Extras | Responde a llamadas y acceso a Siri o Google Now |
Precio | 194 € en Amazon, disponible en negro(Triple Black) y gris (Lux Gray). También disponible [en su distribuidor oficial](http://www.gaplasa.com/bose/shop/es/altavoces-inalambricos/58-bose-soundlink-revolve.html#/5-color-gris) |
Diseño compacto, aptitud versátil
En un primer contacto visual llama la atención su estructura: de dimensiones muy reducidas, cuenta con un cuerpo de una sola pieza muy contenido. Y muy optimizado dentro de su espectro sonoro, como veremos más adelante.
Fuera de su caja y con la app recién descargada —disponible en iOS y Android— se nos pide actualizar el equipo. Es decir, igual que las OTAs de los teléfonos móviles, podemos actualizar el firmware del dispositivo sin necesidad de conectar ningún cable. Busco el idioma español (en este caso, español de México) y arranco con la versión 5.0.2.
Cabe decir que, si queremos, podemos evitarnos este proceso: el propio logo de BOSE es el punto de conexión NFC (emparejamiento cercano). Para usarlo no es necesario actualizar.
El pad frontal cuenta con seis botones: Bluetooth, On/Off, aumento y disminución de volumen, botón indicador para usar el altavoz y botón para alternar entre el audio Auxiliar y el audio por USB. Su tacto es suave, sin recorrido, un tacto de membrana de respuesta inmediata —nada de mantener pulsado—. Queda claro desde el primer vistazo que BOSE ha presentado un producto sencillo e intuitivo.
Bluetooth, jack o micro-USB: tú eliges
Aunque sólo permite mantener dos dispositivos conectados de forma simultánea, este SoundLink Revolve es capaz de memorizar hasta 10 dispositivos. De esta forma evitamos tener que andar emparejando equipos cada vez que los usemos: seleccionamos desde la app a cuál damos preferencia y el sistema se encarga del resto.
El problema llega con el micrófono: para que el sistema escuche alto y claro, necesitamos mantenernos a una distancia no superior a 2 metros. Si nos alejamos demasiado tal vez encontremos algunos problemas en la recepción de voz.
Decía al principio que éste no es un altavoz inteligente en sentido estricto: para usar los comandos de voz no basta con “llamarlo”, es necesario mantener pulsado el botón de control de voz, ya que se conecta al asistente de nuestro teléfono. Una vez activado, podemos responder a llamadas y contamos con acceso a Siri o Google Now —para preguntarle por el tiempo en nuestra ciudad o buscar lugares donde comer—.
Pongámonos graves
Pero no olvidemos que estamos ante un altavoz: sus características de audio son el elemento determinante.
Lo que entendemos por sonido omnidireccional parte de un altavoz todo-banda. Es decir, un driver que reproduce toda la gama de frecuencias, no como habitualmente, donde un woofer se encarga de frecuencias graves y un tweeter de las agudas. El sonido se reparte de forma homogénea gracias a su diseño acampanado, donde el driver proyecta el audio apuntando hacia abajo, hacia un deflector que amortigua y absorbe el exceso de vibración, distribuyendo el sonido en todas direcciones.
La vibración, pese a la base gomosa, se refleja sobre la superficie: sólo hay que realizar la clásica prueba de la taza con una cuchara dentro. La zona superior de los Revolve, en cambio, cuenta con una cámara de resonancia para graves: las frecuencias bajas son proyectadas al exterior mediante dos radiadores pasivos.
Llegados a este punto me gusta retar a los altavoces con metal sinfónico, con ese estilo grandilocuente y problemático: los juegos de reverberaciones a distintas profundidades, la distorsión redundante de las guitarras, el uso de texturas orquestales generando mayor amplitud… Y no, no es fácil reproducir algo así en un altavoz tan pequeño. En estas pruebas el SoundLink Revolve sufre problemas de definición, incluso a volúmenes intermedios.
¿Por qué? Por contar con un sólo driver: si la carga instrumental es muy alta, la propia reverberación de la membrana creará distorsión armónica, y todas esas reflexiones indeseadas enturbiarán la escucha. Cuando el volumen pasa del 75-80% empieza a anular frecuencias entre sí.
También es permeable al tipo de superficie donde está posicionado: absorbe frecuencias externas, así que las bases sólidas responden peor —una mesa de trabajo metálica, un mueble laminados de melamina— que sobre una superficie porosa, como podría ser una banqueta de madera o un sofá.
Este efecto “rebote” se reduce usando un trípode. La base del altavoz cuenta con una rosca estándar para minitrípodes como los de las cámaras réflex. Y os garantizo que la diferencia merece la pena. En líneas generales, el rango de medios es la frecuencia con mayor predominancia y su relación tamaño-potencia es muy coherente. De hecho ofrece aproximadamente la potencia de unos Ultimate Ears Megaboom en un espacio mucho más reducido.
Batallando durante horas
El icono de batería cuenta con cuatro indicadores de colores: verde (batería de medio a completamente cargada), amarilla parpadeante o fija (cargando o carga media) y rojo parpadeante (carga necesaria). El LED de Bluetooth en azul parpadeante nos recuerda que está emparejando, en blanco parpadeante significa “conectando” y en blanco fijo significa “conectado”.
No necesitamos ninguna app para conocer el estado de la batería: pulsando el botón de encendido la voz del asistente nos dirá la cantidad de carga restante en la batería y la cantidad de dispositivos a los que está emparejado.
El control del micrófono también cuenta con distintos usos para el volumen: con una pulsación abrimos el reproductor musical (Play/Pausa) y manteniendo pulsado pasamos entre canciones hacia adelante o hacia atrás. Esta es la única faceta que al principio resulta un tanto confusa. Siempre podemos controlar nuestras pistas a través de la app móvil.
Una de las facetas más fascinantes de este Revolve se esconde justo en su batería: en StandBy no consume energía. O no da apariencia de hacerlo, al menos. Salí fuera de casa durante dos días y, al tratarse de un modelo de pruebas, el altavoz se quedó esperando. Recuerdo que estaba al 100%. Dos días después, el altavoz respondió lo siguiente: «100% de batería. Conectado a PC de Isra». Tanto la app como el asistente integrado remarcaron la misma cifra.
Si hablamos sobre números fríos, estos SoundLink Revolve prometen 12 horas. Pero tal vez sea una aproximación un tanto agresiva. Con un perfil de volumen por encima del 60% la duración se puede desplomar a las 9 horas. Por suerte, su conector de carga universal sirve para cualquier punto USB. Además, puede usarse mientras carga —un pitido nos informará del proceso—.
Para situarnos en contexto, rivales como el Boom 2 o Megaboom ofrecen entre 15 y 20 horas respectivamente. La batería del Revolve+, el modelo superior en talla y potencia, asciende hasta las 16 horas. En cualquier caso, la propia BOSE distribuye una estación de carga que facilita las cosas, que se adapta a la base y pasa completamente desapercibida.
Una app con gobernarlos a todos
Como decíamos, tanto la app como la web de la marca cuenta con un ‘Bose Updater’. Desde la app podemos cambiar el idioma, el nombre del equipo, activar el temporizador de apagado —de forma predefinida el autoapagado se mantiene activo— y activar o desactivar las indicaciones de voz.
Su simplificación en el uso también se traduce a la hora de emparejar tanto con otros altavoces de la familia BOSE, como en la función “encuentra mis audífonos”, una herramienta para geolocalizar audífonos BOSE emitiendo un pitido. Esta es la razón por la que la app requiere activar ubicación.
Una vez el SoundLink Revolve reconoce a otro compañero se ofrece la posibilidad de cambiar al ‘Modo estéreo’ —cada altavoz se encarga de reproducir un canal—. Por supuesto, cada altavoz puede reproducir música desde una fuente distinta pero ser controlados desde un mismo dispositivo.
Bose SoundLink Revolve, la opinión de Xataka
He dejado para el final algunos elementos con cierta intención: este es un equipo capacitado para aguantar los envites del exterior: una lluvia inesperada, una caída, etcétera. No me podía imaginar lo bien que rendía en la ducha hasta que simple y llanamente lo metí en la ducha. En ese preciso instante recibí una llamada y pude contestarla. Es aquí donde el SoundLink Revolve demuestra su versatilidad, donde sentí ese escalofrío de vivir en el siglo XXI.
La parte superior de goma del Revolve tiende a ensuciarse con más frecuencia de la deseable: no tiene esa tolerancia antimanchas propia en otros dispositivos. En cambio, la malla de aluminio de todo el cuerpo es tan robusta como parece, además de ser resistente a arañazos.
A priori cuesta adaptarse a su rendimiento. Es fácil chocar de frente con sus limitaciones, pero al aire libre ofrece tan buen rendimiento que abruma. Lo decíamos: no es un altavoz muy inteligente, tampoco es un económico speaker Bluetooth de piscina, ni siquiera un portentoso sistema omnidireccional, ya que existen tecnologías más capaces y modelos más eficientes.
Se trata de una mezcla homogénea de todos, cubriendo una fracción de cada nicho sin especializarse. Y si en un primer contacto, las ausencias se consideran trabas funcionales, tras 10 días de uso puedo afirmar que estoy ante una baza ganadora. Con sus deudas, este Revolve opera igual de bien como altavoz de apoyo ante una deliciosa barbacoa en exteriores, que haciendo frente al día a día rotando entre los ordenadores de la oficina. No puede decirse lo mismo de todos coloridos equipos de escala XXL.
El equipo ha sido cedido para la prueba por parte de Gaplasa, distribuidor oficial de BOSE. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas
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